Portada » Lengua y literatura » El Romanticismo: Arte y Cultura en la Europa del Siglo XIX
El siglo XIX fue una época de hechos históricos trascendentales. Nos situamos de pleno en la Época Contemporánea, época devoradora de novedades y de grandes cambios sociales, económicos y políticos. La Revolución Francesa de 1789 había puesto en crisis a toda la sociedad del Antiguo Régimen. Sus efectos se hicieron notar no solo en Francia; los ideales de «libertad, igualdad y fraternidad» encontraron amplio eco en prácticamente toda Europa. Pero tras la derrota de Napoleón Bonaparte, las monarquías absolutistas europeas intentaron volver al Antiguo Régimen. Sin embargo, una serie de oleadas revolucionarias se van a suceder por toda Europa: son las Revoluciones Burguesas que se desarrollan a lo largo del siglo XIX.
Además, se está desarrollando la Revolución Industrial, uno de los acontecimientos más relevantes de la historia de la humanidad. Se producen grandes adelantos técnicos y científicos: avances en la astronomía, química o medicina; surgen inventos como el teléfono, el telégrafo, la lámpara eléctrica, produciéndose progresos espectaculares en las comunicaciones. Además del ferrocarril, se construyen los grandes transatlánticos de vapor. Las consecuencias del desarrollo industrial fueron profundas en la sociedad, la economía, el arte, etc. Por último, y muy en relación con la industrialización, los países europeos inician una frenética lucha por el control de los territorios y recursos de otros continentes: es el periodo de formación de los grandes imperios coloniales.
Esta obra se enmarca en las Revoluciones Burguesas en 1830, con la que se puso fin al denominado «Terror Blanco», lo que supuso el triunfo del Liberalismo y, por tanto, el ascenso social de la burguesía liberal. Su influencia rebasó las fronteras de Francia, dando lugar a movimientos similares en diversos países de Europa. Se seguía luchando por los principios defendidos en la Revolución Francesa. Durante este periodo coexisten dos corrientes:
La sociedad industrializada, urbana y capitalista en la que vivimos en la actualidad es, en buena medida, fruto de estos procesos históricos que los artistas románticos no solo plasmaron, sino que también contribuyeron a cambiar.
El Romanticismo es una corriente artística y cultural que se desarrolla en Europa durante la primera mitad del siglo XIX, aunque sus orígenes se encuentran ya en el siglo XVIII. Es una nueva sensibilidad que se manifiesta en todos los niveles del ser humano y que nació por una pérdida de la fe en la razón como reacción a las guerras napoleónicas o a la crisis del Antiguo Régimen en Europa. Podemos establecer sus rasgos esenciales:
Los pintores románticos son muy numerosos; en Francia domina el romanticismo exaltado y rebelde, rico en colorido, de Delacroix y Gericault. La pintura romántica se caracteriza por:
Los artistas románticos pueden servirse de diversas formas de expresión, incluida la neoclásica. No existe un estilo romántico, sino una mentalidad romántica. Valoran mucho la creatividad y la originalidad. El individualismo propio de la época hizo que los pintores no trabajasen por encargo, sino conforme a los dictados de su imaginación, expresando a través de la pintura sus ideas y sentimientos personales.