Portada » Lenguas extranjeras » Constitución Subjetiva y Transferencia en el Psicoanálisis de Lacan
Lacan plantea que cualquier experiencia de un sujeto puede leerse en tres dimensiones que forman la realidad o constitución subjetiva. Una estructura dinámica organizada en tres registros: lo simbólico, lo imaginario y lo real.
Los registros están anudados como un nudo borromeo, de modo que, si se libera uno de los registros, se deshace la estructura al completo. Nuestro modo de estar en el mundo es bidimensional: interior y exterior. Delimitamos siempre en mente y cuerpo, por lo tanto, funcionamos en un espacio cartesiano. Lo que nos propone Lacan es una organización en tres dimensiones. Hay otra figura que representa muy bien estos planteamientos y es la cinta de Moebius, porque no lleva a pensar que no existe esa realidad dividida en interior y exterior.
Los símbolos nos permiten representar el mundo subjetivo y relacionarnos con el exterior. Los símbolos nos permiten hacer presente algo que está ausente; cuando decimos: elefante, creamos una realidad, hacemos presente algo que no está presente. Lo simbólico nos permite vivir una realidad distinta a la realidad física en la que nos encontramos. El mundo, la realidad del mundo, se reduce a una palabra cuando el niño solo sabe decir papá, su realidad se queda ahí y señala cualquier cosa y la llama siempre papá. A medida que el niño va aprendiendo otras palabras, su mundo se expande y crece.
El periodo de adaptación de los niños no es más que un tiempo para que se adquiera el símbolo del no abandono, que la escuela es solo un momento sin la figura cuidadora de referencia: mamá volverá. A diario, nos relacionamos con la representación que tenemos del mundo y de las cosas que nos rodean.
Lo Real no es la realidad, es lo que no se puede nombrar. Lo Real es lo imposible de ser dicho, de nombrar: lo que no cesa de no escribirse. ¿Cuándo emerge lo Real? Cuando el médico me dice cáncer, cuando encuentro a alguien muerto, cuando ocurre, en definitiva, la interrupción de mis representaciones, eso es lo Real. Lo Real es la dimensión en la que no hay palabras. Lo Real te deja expuesto, en un estado de vulnerabilidad radical, te deja fuera de la estructura del lenguaje por un tiempo. Cuando lo Real se tiene delante, solo se puede abordar mediante la imaginación: me imagino lo que podría ser algo. También la puedo abordar por lo simbólico: le doy un nombre a eso que no sé cómo se llama, que no sé lo que es. Solo se puede acceder a lo Real de estas dos formas. Repetimos: cualquier comportamiento de un sujeto tiene estas tres lecturas: real, simbólico e imaginario.
Es el lugar que ocupa el analista, la transferencia ocurre al lugar que ocupa el analista; no hablamos del lugar físico, hablamos del lugar del analista en el discurso del paciente. En ese sentido, el analista es un significante del discurso del paciente, es un significante que queda en el inconsciente del paciente. Además, Lacan plantea tiempos lógicos en los que se instaura la transferencia (instauración del proceso de la transferencia durante la construcción de la relación terapéutica). La transferencia pone en acto el inconsciente.
Una relación terapeuta-paciente no está de entrada, se requiere un tiempo para construir la relación y terminar un objetivo terapéutico, aunque el paciente proyecta sus conflictos y relaciones con otros en el terapeuta. ¿Qué estaría, por tanto, de entrada, cuando llega el paciente a la consulta? De entrada, está el problema, el sujeto tiene un problema y ha intentado diferentes soluciones sin conseguir nada al respecto, es por esto por lo que va al psicólogo, porque el síntoma sigue ahí. En definitiva, lo que está de entrada es el supuesto saber del terapeuta: voy a tu consulta porque asumo que sabes lo que me pasa, que tienes una solución a mis problemas, a mis síntomas. Una cosa muy distinta será lo que sepa de verdad o no el psicólogo y si es un profesional brillante o un completo inútil. La cuestión es que el supuesto saber tiene un efecto muy potente, tiene un gran poder y, como cualquier poder, debe manejarse con cuidado porque puede tener efectos negativos.