Portada » Magisterio » Entendiendo la Dinámica Social: Necesidades, Estereotipos y la Acción SocioCultural
Creencia exagerada acerca de las costumbres y atributos de un determinado grupo social; su función es la de justificar o racionalizar nuestra conducta en relación a dicha categoría de gente. Es un concepto simple más que complejo o diferenciado. Es más falso que verdadero, es adquirido de segunda mano y es resistente al cambio.
Actitud individual de antipatía u hostilidad activa contra otro grupo. Cualquier opinión o actitud injustificada por los hechos. Tiene carácter valorativo, tiene un destinatario (grupo) y tiene una finalidad. ¿Es un instinto? ¿Es aprendido? Es funcional, da seguridad al crear categorías y facilita la existencia de chivos expiatorios.
Tendencia a juzgar o a interpretar a otras culturas de acuerdo con los criterios de la propia cultura. Suponer el universo girando en torno al pueblo propio y considerar al propio grupo siempre situado en lo verdadero, y los grupos externos como equivocados o incorrectos cuando su conducta difiere de la del propio grupo. (Kroeber)
Doctrinas o creencias sobre la superioridad racial, incluyendo la creencia de que la raza determina la inteligencia, las características culturales y los atributos morales (Seymour). La determinación de acciones, actitudes y políticas basadas en creencias acerca de las características raciales (Turner).
Es el rechazo o el odio a la persona de origen extranjero. No es uniforme, sino que depende de la situación socioeconómica de los individuos no nativos. Depende del nivel de racialización de las relaciones sociales y puede producirse contra ciudadanos del propio país.
Se entiende como participación e interculturalidad como dos condiciones para la integración.
Estos 3 aspectos tienen que ser complementarios a cualquier plan, programa o proyecto.
Es un método de intervención, con acciones de práctica social, dirigidas y destinadas a animar, ayudar, dar vida, poner en relación a los individuos y a la sociedad en general, con una adecuada tecnología y a través de la utilización de instrumentos que potencien el esfuerzo y la participación social y cultural. A su vez, podemos afirmar que la ASC pretende: transformar la sociedad mediante la participación y la iniciativa, con el fin de conseguir el desarrollo personal, social y cultural y a la vez potenciar la comunicación interpersonal, respetando los valores democráticos que lleven a la concienciación e integración social.
La ASC debe definir claramente el modelo de cultura y de proyecto al que ha de dirigir sus esfuerzos, hacia los contenidos y valores culturales a desarrollar. Desde este punto de vista, conviene destacar la acción cultural como una tarea de incorporación de los valores culturales del pueblo a la cultura universal, a la nueva cultura, al nuevo humanismo como alternativa a la cultura tradicional.
Los programas de ASC han de ser capaces de preparar al hombre no solo para adaptarse a las distintas situaciones sociales, sino para transformar las situaciones e incluso la sociedad.
La ASC alcanza su pleno sentido cuando se aplica para promover la participación comunitaria de las capas sociales y de los sectores de la población que se encuentran ignorantes en lo cultural, aislados en la sociedad y con indiferencia política. Se caracteriza, en definitiva, por superar el concepto de cultura como consumo para acostumbrarse hacia la cultura como participación, aprovechando el potencial que tiene cada individuo, grupo o comunidad. La ASC así concebida implica a las personas y crea una metodología adecuada a todos según su sexo, edad y condición. Tiende siempre a generar dinámicas que conviertan al público de espectador en participante y actor. Las actividades se llevan a cabo por decisión de todas las partes, intentando desarrollar al máximo las posibilidades de las personas y grupos. La ASC tiene 2 referentes constantes que determinan la adecuación de su metodología para cada caso concreto: por una parte, la práctica de la misma gente; por otro lado, el nivel de conciencia que tienen los que participan en estas actividades. La participación y la ASC son las 2 caras de una misma moneda.
La palabra animación denota cuáles son las funciones de la misma. Es decir, actuar como catalizador que desata y anima un proceso que corresponde fundamentalmente a iniciativas de la misma gente. La ASC se orienta preferentemente a un hacer e implica también una superación de la dicotomía entre teoría y práctica. La ASC demanda la presencia de un animador cuya función debe orientarse a proporcionar elementos para que el grupo mismo encuentre las respuestas a sus necesidades y contribuir a que la gente recupere sus propias prácticas sociales. La ASC necesita de un conductor, un impulsor, un líder que sea capaz de dinamizar a los individuos y grupos.
Uno de los objetivos principales de la ASC consiste en que el pueblo pase a ser actor y creador de su propia cultura con el fin de desarrollar sus propios valores. Conseguir este objetivo implica un proceso de fomentar:
La ASC debe prever y desarrollar el análisis, formular finalidades, establecer prioridades, concretar objetivos, articular recursos, fijar medios y plazos, considerar los ritmos y articular evaluaciones. Es importante tener en cuenta la continuidad y la estabilidad en las acciones, pues si son de impacto efímero tienen poco resultado.
Favorecer la participación, facilitar la adhesión a objetivos libremente elaborados, vivir en relación, respeto y aceptación, dar ocasión de intercambiar ideas y expresarse libremente, dar a todos las mismas oportunidades, disminuir el vacío social entre los estratos sociales y potenciar personas y recursos.
Universalización e integración social, normalización, descentralización, participación, intervención social.