Portada » Biología » Fisiología de la Digestión Humana: Proceso, Órganos y Funciones
Los seres con nutrición heterótrofa tomamos materia orgánica como fuente de materia y como fuente de energía. Esta materia es muy variada, a menudo compleja y en muchos casos no puede ser utilizada directamente. Para que resulte de utilidad a las células, deberá sufrir unos tratamientos mecánicos y sobre todo químicos que reciben el nombre genérico de digestión. La digestión, puede definirse como la descomposición de la materia orgánica compleja (macromoléculas, polímeros) en materia orgánica sencilla (monómeros). En ningún caso la materia es oxidada para extraerle energía ni es transformada en otro tipo de biomoléculas; todo esto sucederá más adelante a partir de estas moléculas pequeñas y que son denominadas nutrientes. El proceso de eliminación se denomina defecación. Los restos de materiales que no han sido digeridos y que constituyen residuos se expulsarán mediante la defecación que no debe confundirse en ningún caso con la eliminación de los restos del metabolismo (reacciones celulares) que recibe el nombre de excreción. Los restos de la digestión se deben a que no poseemos (ni los humanos ni ninguna especie animal) enzimas para degradar todos los tipos de materia orgánica que poseen los alimentos. El aparato digestivo en la especie humana está formado por un largo tubo con varios ensanchamientos y estrechamientos que son especializaciones del mismo, y que se encargan de diferentes funciones. Empieza en la boca, por donde penetran los alimentos y termina en el ano, por donde son expulsados los residuos de la digestión. A lo largo de este tubo se vierten unos jugos ricos en enzimas elaborados por diferentes glándulas y células secretoras. Diferenciaremos para su mejor estudio el aparato en tubo digestivo y glándulas digestivas. Los animales más simples han desarrollado una cavidad en la que digieren los alimentos. En ese caso un orificio sirve de entrada y salida. La gran ventaja de poseer dos extremos es que las diferentes porciones de la cavidad o tubo pueden dedicarse a funciones específicas y ya sabemos que la especialización aumenta la eficiencia de los procesos vitales.
El tubo digestivo, de aproximadamente 11 metros de longitud, está formado por:
Cavidad con una entrada rodeada por los labios y limitada por arriba por la bóveda del paladar, lateralmente por las mejillas y abajo por el suelo de la boca. Por detrás comunica con la faringe. Encima de este orificio se distingue un tabique colgante que es el velo del paladar, continuación del paladar duro que presenta un saliente carnoso, la campanilla. En el interior de la cavidad bucal se encuentran la lengua, que es un órgano musculoso y móvil que se apoya en el suelo de la boca y en el cual se encuentra el órgano del gusto, y los dientes, que se hallan colocados formando dos grandes arcadas: una implantada en la mandíbula superior y otra en la inferior. Se hallan encajados en los alvéolos y hay cuatro clases: incisivos, situados en la parte anterior, tienen coronas aplanadas que sirven para cortar el alimento; los colmillos, de corona puntiaguda, se encargan de desgarrar; premolares y los molares, coronas aplanadas, con crestas adaptadas para aplastar y triturar el alimento.
Cavidad en forma de embudo que se halla detrás de la boca, con la que se comunica a través del istmo de las fauces. También establece comunicación por arriba con las fosas nasales y por debajo con la laringe, perteneciente al aparato respiratorio y con el esófago. Es un órgano común a los aparatos digestivo y respiratorio, a través de ella pasa alimento y el aire que respiramos. De sus laterales parten finos conductos, las trompas de Eustaquio, que ponen en comunicación la faringe con el oído medio. A los lados de la faringe se encuentran unos abultamientos que son las amígdalas (salientes que en su interior presentan tejido conjuntivo que contiene una gran cantidad de macrófagos. Su función es la de protegernos de las infecciones bacterianas que en algún momento puedan producirse. Su inflamación es indicativo de esa infección).
Tubo de 30 cm que comunica la faringe con el estómago. Recorre el cuello y el tórax y penetra en el abdomen atravesando el músculo diafragma. Desemboca en el estómago por un orificio cerrado por una válvula de tipo esfínter que recibe el nombre de cardias.
Órgano en forma de saco, de aproximadamente 2 litros de capacidad, está debajo del diafragma, comunica con el esófago mediante el cardias. El orificio de salida, el píloro, también tiene un esfínter y continúa con la primera parte del intestino delgado. El estómago presenta una fuerte musculatura y sus paredes internas están muy replegadas formando resaltes que facilitarán la trituración del alimento.