Portada » Arte » Arquitectura Romana: Características, Tipos de Edificios y el Panteón
El arte romano es heredero de los modelos griegos del periodo helenístico y de la tradición etrusca, pero es más práctico y utilitario, por lo que la arquitectura es el arte que le interesa, sobre todo las obras públicas y la ingeniería. Desarrolla un completo dominio de los materiales constructivos. La arquitectura es distinta a la helenística. La arquitectura religiosa romana tiene como precedente el templo etrusco, inspirado a su vez en el griego arcaico.
Aprovecharon de los etruscos el arco de medio punto y la bóveda de medio cañón e inventaron la de aristas. Crearon las enjutas combinando el arco y el dintel en un mismo cuerpo. La unión de la arquitectura abovedada y arquitrabada se completó con pilastras y gruesos muros, se alternaron macizos y vanos. Surge así el nicho que da lugar al ábside. En la arquitectura romana aparecen el orden toscano y el capitel compuesto.
Destacan los sillares colocados paralela y perpendicularmente al muro. En las bóvedas, se usaba hormigón (mezclando agua, arena, cal y guijarros). El ladrillo era grande, rectangular y delgado.
El templo romano estaba integrado en la ciudad, presidiendo el foro. Los primeros templos tenían relación con los etruscos. El más corriente se alza sobre un podio y se accede por una escalera frontal. La fachada siempre se destaca. Tras la antesala, se encuentra la naos. No hay opistodomo. A partir de los muros laterales hay semicolumnas adosadas. Ejemplos destacados son la Fortuna Viril, en Roma, y la Maison Carrée, en Francia.
Se toma el modelo griego de la época helenística, pero sin excavar. La orchestra, más reducida, adopta forma semicircular. El escenario consta de tres cuerpos adintelados tan altos como la parte superior del auditorio, decorado con mármoles, columnas y estatuas. Los actores miraban al público. En Roma destaca el Teatro de Marcelo y el de Pompeyo. En España, el de Mérida.
Son una creación romana, ligeramente ovalados, con suelo de madera cubierto de arena. En ellos tenían lugar los espectáculos de fieras y gladiadores. Contaban con un subterráneo con corredores y dependencias. Decoraban esculturas las arcadas exteriores. El más famoso es el Coliseo de Roma (o Anfiteatro Flavio), con capacidad para 50.000 espectadores, construido con hormigón y mármoles, cubierto por piedra y mármol. La cavea no existe hoy, así que se ven los pasadizos y celdas subterráneas. El exterior, de tres pisos más el ático, es una sucesión de arcos entre pilares y semicolumnas adosadas. Encima del entablamento se repite el esquema, pero cambiando el orden: primer piso toscano, segundo jónico y tercero corintio. Los huecos estaban decorados con esculturas. El ático, para más capacidad, estaba adornado con pilastras planas y entre ellas ménsulas. En su inauguración, que duró 100 días, murieron 5.000 fieras de África. Otros ejemplos son los anfiteatros de Arlés (Francia), Itálica (Sevilla) y Mérida.
Son una adaptación del estadio griego, destinados a carreras de cuadrigas. Tienen planta rectangular alargada, con los lados más estrechos terminados en semicírculos. La pista de arena estaba dividida por un muro central de poca altura, la spina, adornado con estatuas, en cuyos extremos había columnas que señalaban las vueltas de los carros. En Roma, se conservan ruinas del Circo Máximo.
Roma cubrió su territorio con nuevas ciudades, imponiendo una civilización urbana: la ciudad como centro de control político y militar, y núcleo de actividad económica. La mentalidad práctica romana consigue ciudades diseñadas según un modelo urbano preestablecido, basado en un sistema de ordenamiento geométrico en cuadrícula. Estaban rodeadas por murallas reforzadas con torres salientes, de forma cuadrada o rectangular, con una puerta en el centro de cada lado. Dos avenidas principales se cruzaban perpendicularmente en el centro urbano y permitían, en caso de peligro, que las tropas atravesaran la ciudad rápidamente: el cardus (norte-sur) y el decumanus (este-oeste). Convergían en el foro, una gran plaza pública con templos y edificios públicos, donde se reunían los ciudadanos para escuchar las arengas públicas y discursos políticos. También había escuelas, termas y baños públicos, teatros, anfiteatros, circos, cloacas y acueductos. La superioridad romana se manifestaba en el abastecimiento de aguas, calles adoquinadas, cloacas, pasos peatonales y aceras.
El Panteón fue dedicado a todos los dioses en el siglo I a.C., durante el reinado de Augusto. Originalmente de planta rectangular, fue destruido en un incendio. El emperador Adriano mandó reconstruirlo en el siglo II d.C. Se cree que el autor es Apolodoro de Damasco y se basó en la planta circular de los templos de Vesta. Tiene un pórtico rectangular con 8 columnas al frente y 4 laterales de orden corintio, dividiendo 3 naves, la central más ancha para acceder a la naos. La cubierta del pórtico es abovedada en la zona central y plana en las otras dos. El interior es de planta circular con 8 nichos circulares y rectangulares, dos salientes a modo de propileos laterales, que contienen nichos en grupos de 4 columnas. Al frente hay 8 columnas más de granito gris sobre las que descansa un frontón. Los nichos están dispuestos alternadamente y separados del recinto por columnas jónicas. Un muro macizo de 6 metros de espesor y, finalmente, un cilindro de hormigón de tres anillos de cal, grava triturada y trozos de ladrillo, sujeta la cúpula. Cada anillo tiene arcos de descarga construidos con grandes ladrillos, traspasando el peso de la bóveda a 8 grandes machones. La cúpula semiesférica tiene el mismo diámetro que la planta, 43 metros, y la misma altura. Está hecha de hormigón con mezcla de material volcánico y recubierta de ladrillo. Una abertura central de unos 9 metros de diámetro, aproximadamente, se abre al cielo proporcionando luz cenital. La cúpula está decorada internamente con un reticulado de casetones que disminuyen hacia la apertura central. Originalmente estaban estucados con estrellas doradas, intentando simular una cúpula celeste. Se salvó de la destrucción al ser convertido en iglesia cristiana, donde están enterrados reyes y el artista Rafael.