Portada » Medicina y Salud » Emergencias Médicas en Odontología: Diagnóstico y Tratamiento
La epilepsia es un trastorno del sistema nervioso central que puede provocar desde crisis ligeras hasta convulsiones graves. Es fundamental que la historia clínica revele este trastorno para que el equipo dental pueda anticiparse a la posibilidad de una crisis convulsiva durante el tratamiento. Factores como el miedo, el dolor e incluso la luz de la lámpara del equipo dental pueden desencadenar las convulsiones. Aunque estas son transitorias, pueden ser bastante violentas.
El equipo dental debe estar preparado para brindar apoyo vital básico al paciente una vez detenida la actividad convulsiva. La víctima de la crisis puede caer en una depresión del sistema nervioso central, que tiende a producir depresión respiratoria. En ocasiones, se requiere apoyo con oxígeno (O2) o incluso maniobras de inclinación de cabeza. Una vez recuperado, es aconsejable que el paciente sea acompañado a su casa por un adulto responsable.
La angina de pecho y la oclusión coronaria son dos problemas cardíacos importantes. Frecuentemente, el paciente está enterado de su trastorno y lleva consigo medicación para tratar sus ataques. Estos son el resultado de un abastecimiento sanguíneo insuficiente hacia el músculo cardíaco por parte de las arterias coronarias. Como consecuencia, aparecen dolores torácicos intensos que suelen extenderse hacia los brazos y la mandíbula.
El tratamiento habitual consiste en la administración sublingual de tabletas de nitroglicerina (generalmente, dos o tres tabletas). Si los síntomas no se alivian, el paciente debe inhalar los vapores de una ampolleta de nitrito de amilo. Ambos agentes dilatan las arterias coronarias, lo que incrementa el flujo de sangre hacia el tejido muscular cardíaco. Una vez que la nitroglicerina ha hecho efecto, se podrá administrar oxígeno para ayudar al paciente a recuperarse.
La hipoglucemia es un trastorno frecuente en pacientes diabéticos. Específicamente, se trata de una disminución anormal de la glucosa en sangre. Suele ocurrir cuando la dosis de insulina administrada es excesiva para la cantidad de alimento ingerido. El resultado es una disminución de la glucemia, lo que provoca que el paciente se sienta débil, nervioso, con visión borrosa y piel pálida, húmeda y fría. El paciente puede llegar a perder el conocimiento.
Si el equipo dental está al tanto del estado diabético del paciente, el tratamiento es sencillo. Se le ofrecerá un alimento con alto contenido en azúcar. Todo equipo de urgencias debe contener terrones de azúcar para este propósito. Si el paciente pierde el conocimiento, se deben aplicar medidas básicas de soporte vital para garantizar vías respiratorias y circulación eficientes. Se administra una aplicación intravenosa de solución de glucosa al 50%. No se debe intentar administrar azúcar por la boca a un paciente inconsciente.
La sobredosis de solución anestésica en la sangre del paciente produce toxicidad anestésica. Esto puede ocurrir porque el anestésico se inyectó de forma inadvertida en un vaso sanguíneo o porque se inyectó demasiada solución anestésica de una sola vez. El resultado es que el paciente se sentirá estimulado inmediatamente después de la inyección.
Los signos tempranos de estimulación del sistema nervioso central por la solución anestésica son: nerviosismo, verborrea e inquietud. El paciente puede sufrir convulsiones inmediatas. La crisis convulsiva es seguida a menudo por depresión del sistema nervioso central, que da como resultado depresión respiratoria y pérdida del conocimiento, hasta que el sistema corporal desintoxica el anestésico. La clave del tratamiento es conocer con prontitud el estado del paciente. Ningún paciente debe ser dejado solo después de la inyección de una solución anestésica.
Los signos tempranos de estimulación moderada deben llamar la atención del dentista para que administre un barbitúrico de acción breve por vía intravenosa hasta que el paciente se haya tranquilizado. También se debe administrar oxígeno. Si se produce una depresión respiratoria grave y pérdida del conocimiento, se efectuarán medidas de urgencia como la reanimación boca a boca y el tratamiento forzado de oxígeno hasta que se elimine la solución anestésica del cuerpo y el paciente se recupere.