Portada » Español » Medios de Comunicación Masiva y Variedades Lingüísticas del Castellano
Llamamos medios de comunicación de masas a aquellos que se utilizan como canales de transmisión de mensajes a núcleos masivos de población. Se trata de la prensa, radio, cine… Sin embargo, nuestra sociedad no se puede concebir sin su presencia constante.
A pesar de sus diferencias, tienen cuatro características comunes:
Los medios de comunicación son, por tanto, el instrumento más poderoso que existe de influencia social. Todos ellos tienen tres finalidades: informar, formar opinión y entretener.
Cada medio de comunicación tiene sus características, pero si algo tienen en común es que todos ellos utilizan distintos códigos comunicativos. Por ejemplo, en la prensa influye la imagen, los titulares, la disposición del texto… En los medios audiovisuales influyen los decorados, los gestos, la música…
Es un medio que comunica mediante estímulos visuales y acústicos. La transmisión se lleva a cabo por ondas difundidas desde un centro emisor por medio de una antena, satélite o cable. Este medio utiliza la mayor parte de los lenguajes conocidos.
Es un medio que comunica mediante estímulos acústicos. Por tanto, se basa en lo oral. También tiene gran importancia la música, los ruidos o efectos especiales, los silencios…
Se conoce con este nombre al conjunto de publicaciones informativas de aparición regular realizadas de forma escrita. El periódico se publica diariamente, por tanto, se ocupa de una información inmediata. Sin embargo, las revistas se editan semanal, quincenal o mensualmente. En ellas no prima la inmediatez. De todas formas, la prensa no se interesa solo por las noticias, sino que también aparecen otro tipo de contenidos que enriquecen la publicación: publicidad, humor…
Probablemente haya que incluir Internet en los medios de comunicación de masas. Es el fenómeno social por excelencia de los años 90 y es quizás el que más arraigo tiene en la juventud.
Está claro que los medios de comunicación tienen un papel fundamental en nuestra sociedad.
El castellano no se habla igual en todas las áreas geográficas de su dominio. Son dialectos del castellano el andaluz, el extremeño, el murciano y el canario.
Es una variedad lingüística del castellano que se extiende por toda la comunidad autónoma de Andalucía, Gibraltar, Ceuta y Melilla. El castellano llega a esta región en la Edad Media, cuando el reino de Castilla inicia la conquista de los territorios andaluces y, poco a poco, irá consolidando sus diferencias con respecto al mismo. Entre sus cualidades del sonido están:
En el plano morfosintáctico, el andaluz presenta las mismas características que el castellano, únicamente descarta una peculiaridad como la desaparición del vosotros y sustitución por ustedes.
En el plano léxico destacan arcaísmos (palabras antiguas ya en desuso), mozarabismos…
Es un dialecto del castellano considerado como una variedad entre el castellano y el andaluz, con influencias del dialecto leonés. Su origen se relaciona con el desarrollo de ciertos acontecimientos históricos: durante la Reconquista, las tierras extremeñas fueron ocupadas por pobladores castellano-leoneses. Posteriormente, le llegarán influencias del andaluz.
Al igual que el extremeño, se considera una variedad de tránsito entre el castellano y el andaluz, aunque con influencias del catalán e incluso del aragonés, debido a que fueron los aragoneses los que repoblaron esas tierras. Algunos de sus rasgos lingüísticos son: seseo, uso del diminutivo -ico, utilización de palabras procedentes del aragonés y catalán.
Es un dialecto que comparte sus rasgos lingüísticos con las variedades del sur de España y el español de América.
La lengua hablada por los nativos de las islas, el guanche, desapareció con la llegada del castellano en el siglo XV.
La castellanización fue llevada a cabo por pobladores de origen andaluz, lo que explica las similitudes del canario y el andaluz.
Entre sus rasgos lingüísticos están: seseo, pérdida del vosotros que se sustituye por ustedes, presencia de palabras procedentes del guanche, utilización de palabras procedentes del portugués, entonación distinta a la andaluza y más parecida a la entonación caribeña.