Portada » Filosofía » Desarrollo del Juicio Moral: Etapas, Niveles y Educación
La psicología del desarrollo moral se centra en la formulación y delimitación de las etapas y estadios del desarrollo del juicio moral. La educación moral busca educar el juicio moral mediante la discusión de dilemas morales.
Más importante que los valores que sustenta una persona es saber cómo los jerarquiza en una situación moralmente controversial. Esta jerarquización es una operación cognitiva. El conflicto moral es procesado dentro de una estructura cognitiva moral.
El punto de vista propio de esta etapa es el egocentrismo. No se reconocen los intereses de los otros como diferentes a los propios. Las acciones solo se consideran físicamente, no se consideran las interacciones y se confunde la perspectiva de la autoridad con la propia.
Lo justo es la obediencia ciega a la norma, evitar los castigos y no causar daños materiales a personas o cosas.
Las razones para hacer lo justo son evitar el castigo y el poder superior de las autoridades.
La perspectiva característica de esta etapa es el individualismo concreto. Se desligan los intereses de la autoridad y los propios, y se reconoce que todos los individuos tienen intereses que pueden no coincidir. De esto se deduce que lo justo es relativo, ya que está ligado a los intereses personales, y que es necesario un intercambio con los otros para conseguir que los propios intereses se satisfagan.
Lo justo es seguir la norma solo cuando beneficia a alguien, actuar a favor de los intereses propios y dejar que los demás lo hagan también.
La razón para hacer lo justo es satisfacer las propias necesidades en un mundo en el que se tiene que reconocer que los demás también tienen sus necesidades e intereses.
La perspectiva consiste en ponerse en el lugar del otro: es el punto de vista del individuo en relación con otros individuos. Se destacan los sentimientos, acuerdos y expectativas compartidas, pero no se llega aún a una generalización del sistema.
Lo justo es vivir de acuerdo con lo que las personas cercanas a uno mismo esperan. Esto significa aceptar el papel de buen hijo, amigo, hermano, etc. Ser bueno significa tener buenos motivos y preocuparse por los demás. También significa mantener relaciones mutuas de confianza, lealtad, respeto y gratitud.
La razón para hacer lo justo es la necesidad que se siente de ser buena persona ante sí mismo y ante los demás, preocuparse por los demás y la consideración de que si uno se pone en el lugar del otro, quisiera que los demás se portaran bien.
El punto de vista desde el cual el sujeto ejerce su moral se identifica en esta etapa con el del sistema social que define los papeles individuales y las reglas de comportamiento. Las relaciones individuales se consideran en función de su lugar y motivos interpersonales desde el punto de vista de la sociedad o del grupo social que se toma como referencia.
Lo justo es cumplir los deberes que previamente se han aceptado ante el grupo. Las leyes deben cumplirse salvo cuando entran en conflicto con otros deberes sociales establecidos. También se considera como parte de lo justo la contribución a la sociedad, grupo o instituciones.
Las razones para hacer lo justo son mantener el funcionamiento de las instituciones, evitar la disolución del sistema, cumplir los imperativos de conciencia (obligaciones aceptadas) y mantener el autorrespeto.
Las decisiones morales en este nivel tienen su origen en el conjunto de principios, derechos y valores que pueden ser admitidos por todas las personas que componen la sociedad, entendiéndose esta como una asociación destinada a organizarse de un modo justo y beneficioso para todos sin excepción.
En esta etapa se parte de una perspectiva previa a la de la sociedad: la de una persona racional con valores y derechos anteriores a cualquier pacto o vínculo social. Se integran las diferentes perspectivas individuales mediante mecanismos formales de acuerdo, contrato, imparcialidad y procedimiento legal. Se toman en consideración la perspectiva moral y la jurídica, destacándose sus diferencias y encontrándose difícil conciliarlas.
Lo justo es ser consciente de la diversidad de valores y opiniones, y de su origen relativo a las características propias de cada grupo y cada individuo. Consiste también en respetar las reglas para asegurar la imparcialidad y el mantenimiento del contrato social. Se suele considerar una excepción por encima del contrato social el caso de los valores y derechos como la vida y la libertad, que se ven como absolutos y deben, por lo tanto, respetarse en cualquier sociedad, incluso a pesar de la opinión mayoritaria.
La razón para hacer lo justo es la obligación de respetar el pacto social para cumplir y hacer cumplir las leyes en beneficio propio y de los demás, protegiendo los derechos propios y ajenos. La familia, la amistad, la confianza y las obligaciones laborales se sienten como una parte más de este contrato aceptado libremente. Existe interés en que las leyes y deberes se basen en el cálculo racional de la utilidad general, proporcionando el mayor bien para el mayor número de personas.
Se alcanza una perspectiva moral de la que se derivan los acuerdos sociales. Es el punto de vista de la racionalidad, según el cual todo individuo racional reconocerá el imperativo categórico de tratar a las personas como lo que son, fines en sí mismas, y no como medios para conseguir ninguna ventaja individual o social.
Lo justo es seguir los principios éticos universales que se descubren por el uso de la razón. Las leyes particulares y acuerdos sociales son válidos porque se basan en esos principios, y si los violaran o fueran en contra de ellos, deberá seguirse lo indicado por los principios. Estos son los principios universales de la justicia: la igualdad de derechos de los seres humanos y el respeto a su dignidad de individuos. Estos no son únicamente valores que se reconocen, sino que además pueden usarse eficientemente para generar decisiones concretas.
La razón para hacer lo justo es que, racionalmente, se ve la validez de los principios y se llega a un compromiso con ellos. Este es el motivo de que se hable de autonomía moral en esta etapa.