La Naturaleza y la Física en Aristóteles

Aristóteles define la naturaleza como el principio interno del movimiento (y del reposo) que se da en los seres naturales. Estos poseen en sí mismos el origen o principio de su propia actividad, de sus cambios y movimientos. La naturaleza de cada ser tiende, pues, a actualizarse; todos los seres naturales tienden a alcanzar la perfección que les es propia. El modelo aristotélico de la naturaleza, basado en la biología, es un modelo teleológico. En consecuencia, Aristóteles interpretó el bien como el cumplimiento de la tendencia que lleva a todos los seres hacia su propia perfección. En la filosofía aristotélica, pues, la teología es inmanente, es decir, el bien/fin al que tienden todos los seres naturales es interno a ellos mismos, no es otra cosa que su propia perfección.

Naturaleza y Movimiento

A) Posibilidad y definición del movimiento: Lo que no es, pero puede ser, se halla en potencia (la semilla es árbol en potencia) y aquello que es actualmente se halla en acto (el árbol es árbol en acto, actualmente, efectivamente). Aristóteles explica y define el movimiento como paso o tránsito de la potencia al acto.

B) Clases de movimiento:

1. El cambio sustancial: generación de una sustancia nueva.
2. Cambio accidental: las sustancias sufren modificaciones. El cambio accidental puede ser de tres clases: cuantitativo, cualitativo y local.

C) Elementos que intervienen en el movimiento: En todo tipo de cambio, sea el que sea, sustancial o accidental, hay siempre:

1. Algo que permanece.
2. Algo que desaparece.
3. Algo que aparece.

Las Cuatro Causas

La esencia, la naturaleza, es un principio interno, como ocurre con las formas aristotélicas y no con las ideas de Platón. La materia y la forma son causas de las sustancias naturales, causas intrínsecas. A ellas, Aristóteles añade, como causas extrínsecas, la causa eficiente o agente productor del movimiento y la causa final o fin al cual se orienta el movimiento o proceso. Son cuatro, pues, las causas en la filosofía de Aristóteles. En los procesos naturales, la causa eficiente, la forma y el fin coinciden. En los procesos naturales, por tanto, el fin no es otro que la actualización de las formas.

El Alma y la Justicia en Aristóteles

Aristóteles concibe al alma como principio vital, como principio de la vida. En su explicación del alma, dice que el alma es la forma del cuerpo y el acto es el organismo del cuerpo. Además del alma corruptible, que es forma y acto del cuerpo, Aristóteles admite la presencia en el hombre de un entendimiento incorruptible e inmortal. Este entendimiento no es personal, sino que es igual en todos los hombres. Aristóteles se refiere a la justicia como una virtud particular, de modo que a cada persona se le dé lo que le corresponde. Aristóteles cree en dos posibles justicias: una justicia aritmética, que exige que a los implicados se les dé exactamente lo mismo, y una justicia geométrica, que exige que a los implicados se les dé en proporción a sus méritos para distribuir equitativamente.

Epicureísmo

La Física

La física epicúrea toma sus principios fundamentales del atomismo de Demócrito, con algunas modificaciones. Según Epicuro, todos los cuerpos materiales están compuestos por átomos. Respecto a los dioses, Epicuro aceptaba su existencia, pero niega que intervengan en el curso de los acontecimientos naturales. Según Epicuro, los dioses viven felices en un estado de perpetua serenidad. Según Epicuro, la finalidad de su teoría física era eliminar aquellos temores que nublan la felicidad, y para él, la muerte es el fin de todo bien y todo mal, y el sabio no teme a la muerte.

La Ética

Para Epicuro, la vida feliz es una vida sencilla y autárquica. Lo que la vida reclama es fácil de obtener. Cuando decimos que el placer es la única finalidad, no nos referimos al hecho de no sentir dolor en el cuerpo ni turbación en el alma.

El Neoplatonismo

A mediados del siglo III, se produjo un renacer en el pensamiento de Platón con el nombre de neoplatonismo. Su figura más destacada fue Plotino. La filosofía de este posee un carácter místico e idealista. Para Plotino, más allá de la realidad inteligible está el Uno, al que identifica con el Bien. Este Uno es absolutamente trascendente, y no es un ser, sino una fuente de todos los seres. Para Plotino, todo lo que existe procede por emanación del Uno. De este Uno surge la inteligencia y de la inteligencia el alma. Por lo tanto, el alma solo conoce la inteligencia con la cual se asemeja. Para Plotino, la materia es el estado más degradado de la realidad. El alma busca separarse en todo lo posible del cuerpo y recuperar su estado anterior. La ascensión del alma y su retorno al Uno se realiza mediante la purificación.