Portada » Arte » Arte Islámico: Arquitectura, Características y Evolución en Al-Ándalus
El arte islámico nace en la península Arábiga, una región habitada por tribus de religión politeísta. La Meca y Medina eran los centros caravaneros más importantes hacia Oriente. Mahoma, tras recibir la palabra de Alá, comienza a predicar en La Meca, pero cuenta con pocos y humildes afiliados. Los ricos le ven como un peligro, por lo que se exilia a Medina (Hégira). Este momento marca el inicio del calendario musulmán. Años después, regresa e impone la nueva fe y elabora un credo, recogido en el Corán, cuyos principios son: profesión de fe, orar cinco veces al día, ayuno el mes de Ramadán, la limosna y la peregrinación a La Meca una vez en su vida. La historia del Islam pasa por tres fases: Califato Ortodoxo, Califato Omeya y Califato Abasida.
El arte islámico se caracteriza por ser anicónico, ya que el Corán prohíbe las imágenes religiosas. Además, presenta una tendencia a la horizontalidad y utiliza materiales pobres. El elemento sustentante más usado es el pilar o la columna (en la mezquita: pilar sobre columna). Destacan el arco de herradura y el polilobulado, así como las bóvedas de cañón y las cúpulas califales decoradas con mocárabes. Se aprecia un claro horror vacui. Los motivos ornamentales musulmanes se clasifican en:
En las ciudades musulmanas no había un plano urbanístico fijado, por lo que presentaban una estructura irregular, con calles estrechas y tortuosas que solían estar dotadas de baños públicos, hospitales, jardines y un centro comercial (zoco). El principal edificio era la mezquita, destinada a acoger a los fieles los viernes. Su estructura deriva de la casa de Mahoma en Medina, con planta rectangular y un patio (sahn) que tenía una fuente (sabil). Adosada al muro del sahn, se encuentra el alminar o minarete, desde donde se llamaba a la oración. Por último, el haram, el muro de la quibla (que señala La Meca). En este, se halla el mihrab y, frente a él, la maqsura (donde se situaba el Imán) y, a su lado, el mimbar.
Entre mediados del siglo VIII y el XI, Córdoba era una provincia más del imperio Omeya. Pero tras el asesinato de la familia califal, logra escapar Abderramán I, que se refugia en Al-Ándalus y la convierte en emirato independiente. En el siglo X, Abderramán III la convierte en califato independiente.
Se observa una síntesis hispano-musulmana y romana: capiteles corintios, naturalistas o con forma de avispero, herencia visigoda (arco de herradura, polilobulado, túmida y arcos entrelazados), empleo del alfiz y la bóveda califal.
Construida entre los siglos VIII y XI, es una obra cumbre del arte hispanoárabe del período califal. Se construyó sobre los cimientos de la basílica de San Vicente, con varias ampliaciones:
Tras estas ampliaciones, la mezquita tiene 19 naves (mihrab descentrado) y 35 tramos con un patio muy amplio. En el siglo XVI se construye una catedral gótica sobre el tramo central de la mezquita, y el alminar es cubierto por un campanario. Además de su gran tamaño, destaca por su altura, lograda mediante una doble arcada que refleja su asimilación de la síntesis hispanorromana, sobre un cimacio. El mihrab es un espacio sagrado al que se accede por un arco de herradura califal, con enjutas decoradas con ataurique cordobés. La fachada del mihrab se remata en la parte superior con arcos polilobulados con columnillas corintias. Precede al mihrab la cúpula califal, con mármoles y mosaicos de escritura cúfica. El mihrab siempre se orienta a La Meca, pero en España se orienta hacia el sur. La Mezquita de Córdoba es un referente no solo en España, sino también en África.
La dinastía nazarí fue la última en residir en suelo peninsular (hasta 1492). Sus edificios destacan por la sobriedad exterior y una rica decoración interior, el uso de materiales pobres, el arco peraltado, las columnas circulares y los capiteles de dos cuerpos decorados con mocárabes. La Alhambra recibe su nombre del color rojo de sus ladrillos. Se construyó entre los siglos XIV y XV sobre una pequeña fortaleza del siglo XI en las colinas que rodean Granada. Su planta se divide en:
Patio de los Arrayanes: Es el más grande, de forma rectangular, con un estanque en medio y vegetación. Está porticado, con arcos de herradura peraltada decorados con atauriques o mocárabes.
Patio de los Leones: Construido a finales del siglo XIV. Está porticado, con capiteles de doble cuerpo y arcos peraltados. En el centro, se encuentra una fuente sostenida por varios leones. Presenta una profusa decoración, con horror vacui de temas epigráficos, lacerías y atauriques.
En conclusión, la Alhambra es una arquitectura que enmascara la pobreza de los materiales para crear un espacio encantado, recreando el paraíso en la tierra.