Teorías Relativistas (Relativismo Ético)

Las teorías relativistas consideran que no existen morales universales, sino que son relativas: dependiendo de la perspectiva, los valores pueden cambiar, por lo que deben ser revisables. Hay dos razones principales que establecen un planteamiento relativista en cuanto al concepto de bien:

1. Razones sociales: Es la base del sociologismo moral y del utilitarismo o pragmatismo moral. Es decir, es bueno lo que resulta útil para la sociedad; lo que tiene consecuencias prácticas favorables para la gran mayoría de la población. Este es un planteamiento relativista y no universalista, ya que este concepto de bien puede cambiar incluso a lo largo del tiempo en una misma cultura.
2. Razones emocionales o sentimentales: Se basan en las emociones, en la propia voluntad, por lo que es un planteamiento todavía más subjetivo y relativista que el anterior. Es la base del emotivismo, intuicionismo o psicologismo moral, es el ámbito motivacional, que hace referencia a la voluntad (esta se basa en un planteamiento motivacional, en un impulso) más que a la motivación y, además, es la base del planteamiento ético desde la psicología hoy día. La base del emotivismo moral es la empatía; hacerse cargo del dolor o del placer ajeno.

Las Teorías Éticas

Hay dos teorías éticas generales:

Éticas Materiales

• Está relacionado con la autonomía moral (asumir las normas éticas como propias) y con la heteronomía (las normas éticas son impuestas y, por lo tanto, haces algo a la fuerza).
• Las éticas materiales son aquellas que dan contenido al concepto de bien, a la ética misma.
• El comportamiento ético pone el acento en el qué de la acción, qué fines se pretenden alcanzar o qué valor es el que te mueve. Esto es la materia de algo.

1. Éticas eudemonistas: De todas las éticas materiales, las más extendidas, desde Aristóteles, son las éticas eudemonistas (viene de eudaimonia, que en griego significa felicidad). Para ellos, hacer el bien significa ser feliz. Para Aristóteles, la felicidad consiste en que cada uno actúe según sus propias tendencias.
2. El hedonismo: Otra ética material muy conocida es el hedonismo (hedoné: placer), en el que el bien consiste en la búsqueda del placer y la evitación del dolor, lo que sería la base del emotivismo. Epicuro insistía en que los placeres propiamente humanos son los intelectuales, que son los más duraderos, profundos y satisfactorios, aunque también daba importancia a los físicos. Este planteamiento es demasiado subjetivista.
3. El utilitarismo o pragmatismo: Fue defendido principalmente por Bentham y Stuart Mill. Este último considera que el bien consiste en aquellos valores que hacen feliz a una parte de la población. Es bueno lo que es útil socialmente, lo que genera efectos prácticos positivos, esto es conocido como el utilitarismo clásico.
4. El emotivismo o psicologismo moral: Las propias emociones son la base del bien, aquello que nos emociona o lo que deseamos.

Estructura del Acto Moral

Todo acto moral tiene una estructura que se divide en las siguientes fases:

1. Motivación o intención: Está asociada a la dimensión estética (deseos o tendencias). Son tendencias instintivas que nos mueven a actuar, esto se denomina talante o fuerza motriz.
2. El proceso de deliberación: Es el proceso de elegir conscientemente. En esta fase se tienen en cuenta fines y medios para lograr ese fin. Se valora teniendo en cuenta las normas morales, siendo este un proceso electivo en el que hay que decidir. La clave consiste en diferenciar la respuesta, es decir, hacer esperar, no dar lugar a la satisfacción inmediata.
3. Consecuencias de tu conducta: En esta fase es fundamental el ejercicio de ponderación, es decir, sopesar o medir en función de las consecuencias. Dentro de esta fase se encuentra la prudencia.
4. Emocionalidad/dimensión sentimental: (simultánea/paralela en el tiempo a la anterior) Tiene en cuenta los resultados y consecuencias sentimentales de los demás, más allá de que sea lo correcto o no, tiene en cuenta el sentimiento de aprobación o desagrado hacia los demás.
5. Hábito o costumbre: Todo acto moral no llega a ser moral si esa acción no se convierte en hábito o costumbre, es decir, tienes que hacerlo habitualmente. Esto es lo que acaba definiendo a las personas éticamente buenas.

El Concepto de Bien

El concepto del bien es fundamental en la ética, es lo que da sentido a cualquier comportamiento ético, ya que tiende a alcanzar el bien. Platón considera que el bien rige toda la vida humana.

Existen dos tipos de teorías en torno al bien:

Teorías Universalistas

Estas teorías consideran que existe una idea de bien universal, que hay razones que explican el concepto de bien y que hay valores universales.

Existen razones por encima de costumbres, tiempos, lugar, etc. Es decir, más allá de una cultura. Se conoce como una ley moral natural: normas éticas varias y válidas con un carácter objetivo.

Dentro de estas hay dos razones:

1. Teológicas/religiosas: Dios es el autor de todo cuanto existe, del orden universal y, por lo tanto, es el legislador de la dimensión y conducta humana, de la estructura humana. Las normas de carácter divino están insertas dentro de nuestra conciencia y, además, han sido reveladas positivamente, esto es la palabra de Dios.