Portada » Historia » El Auge de los Totalitarismos: De la Crisis Económica al Poder Absoluto
La quiebra bancaria fue la primera consecuencia del crack del 29, de la cual derivarían las demás. Muchos bancos no lograron cobrar los créditos a sus clientes y otros, por temor, retiraron sus depósitos, lo que provocó que, en menos de tres años, quebraran más de 5,000 bancos y 32,000 empresas.
Las industrias, al no hallar apoyo financiero, cerraron sus fábricas o redujeron considerablemente la producción, lo que elevó la tasa de desempleo a más de 15 millones de personas. La economía proteccionista de la Administración Hoover, entre los años 1929 y 1933, agudizó aún más la crisis. Los principios del liberalismo económico (la no intervención del Estado en la economía) impidieron solucionar el drama personal de los millones de desempleados, que llegaron a formar grandes colas frente a la beneficencia para conseguir un plato de comida.
Al finalizar la Gran Guerra, los países europeos constituían sistemas liberales democráticos que favorecían la participación ciudadana; muchas de las nuevas Constituciones recogieron el sufragio universal (hombres y mujeres) y las mejoras laborales para los obreros.
Las causas que provocaron el fracaso del sistema liberal en estos países fueron las siguientes:
Italia, pese a formar parte del bando vencedor de la Gran Guerra, no consiguió ninguno de los territorios que los aliados le habían prometido para que participara en la contienda en 1915. La guerra le ocasionó un gran endeudamiento, una fuerte inflación y una alta tasa de desempleo, que provocaron continuas protestas de los nacionalistas.
El 23 de marzo de 1919 se formaron los Fasci Italiani di Combattimento, un grupo de 300 personas compuesto por excombatientes, obreros en paro, algunos elementos revolucionarios de izquierdas y anarquistas. Su fundador fue Benito Mussolini.
En 1921, los fascistas, con 200,000 afiliados, se constituyeron en el Partido Nacional Fascista y abandonaron toda idea democrática, revolucionaria y anticapitalista. En 1922 se produjo la «marcha sobre Roma» de los camisas negras y el rey Víctor Manuel III, tras negarse a proclamar el estado de excepción y aceptar la dimisión del Gobierno, encargó la formación de un nuevo ejecutivo a Benito Mussolini.
La política interior se basó en los siguientes puntos:
En política económica se tomaron las siguientes medidas:
La política exterior se caracterizó por:
La política educativa se caracterizó por una orientación propagandística:
Adolf Hitler formó parte del grupo paramilitar Deutsche Arbeiter Partei (DAP), organización compuesta por excombatientes, obreros en paro y estudiantes unidos por la ideología pangermanista, que se transformó en 1920 en el Partido Nacionalsocialista Alemán de los Trabajadores (más conocido como partido nazi), cuyo lema era Ein Volk, ein Reich, ein Führer (un pueblo, un imperio, un líder).
En la cárcel, Hitler escribió su libro Mein Kampf (Mi lucha), donde explica los fundamentos de su ideología: racismo, violencia, antisemitismo, anticomunismo y pangermanismo.
Conforme empeoró la situación económica y política en Alemania, el partido nazi aumentó el número de afiliados.
Cuando falleció Hindenburg, el 2 de agosto de 1934, Hitler asumió la Jefatura del Estado, proclamó el nacimiento del III Reich y comenzó la dictadura nazi sin ninguna oposición.
La política interior de Hitler se basó en estos puntos:
La política económica consiguió que el número de desempleados bajase de seis millones en 1933 a un millón en 1936, y puso en marcha, entre otras, las siguientes medidas:
La política exterior se caracterizó por los siguientes aspectos: