Portada » Lengua y literatura » Del Simbolismo a las Vanguardias: Un Recorrido por la Literatura Española e Hispanoamericana
Los simbolistas buscaban la belleza absoluta y defendieron la libertad de creación, con un culto a lo nuevo y anticonvencional. Rechazaban las formas artísticas tradicionales y la retórica academicista. Abogaron por el predominio de la intuición sobre la razón, empleando un lenguaje simbólico para comunicar los matices más íntimos del estado de ánimo. La palabra poética debía sugerir, no nombrar. Daban gran importancia a los elementos sonoros, rítmicos y melódicos, así como al cromatismo y la sinestesia. Sus obras son un ejemplo de refinamiento y cuidado formal.
El objetivo de las vanguardias fue renovar los códigos estéticos, experimentando con nuevos lenguajes artísticos para expresar el sentir del mundo contemporáneo. Surgieron así diversos movimientos o «ismos»:
Los escritores expresionistas utilizaban un lenguaje de gran plasticidad, basado en la intensificación y deformación de lo real, para denunciar la irracionalidad y los horrores de la guerra. Se manifestó en la lírica, la pintura y la música.
Impulsado por Filippo Tomaso Marinetti, este movimiento exaltaba las conquistas de la ciencia y la técnica, y la nueva civilización maquinista.
Su principal impulsor fue Guillaume Apollinaire. Defendía el concepto visual del poema, el predominio de lo intelectual sobre lo sensorial, la autonomía de la palabra poética, la jovialidad y el humor.
Con Tristán Tzara como figura principal, el dadaísmo buscaba expresar el primitivismo y el punto de partida del arte.
Cultivado en España por Guillermo de la Torre, Rafael Cansinos-Asséns y Gerardo Diego, los poemas ultraístas eran visuales y su lenguaje, metafórico.
Vicente Huidobro buscaba sustituir el mundo real por un mundo nuevo, creado poéticamente.
Los surrealistas, como André Breton, pretendían liberar al ser humano de cualquier condicionamiento, explorando el subconsciente. Tuvo una gran influencia en la Generación del 27.
El modernismo surgió en Hispanoamérica alrededor de 1880, con Rubén Darío como figura principal. Se rebeló contra el realismo anterior, los gustos conservadores y el materialismo burgués.
El modernismo armoniza características de distintas tendencias, como el Romanticismo, el Parnasianismo (búsqueda de la belleza formal) y el Simbolismo (valor simbólico de las palabras). El escritor modernista se aleja de la vida cotidiana, prefiere la vida bohemia y cultiva el esteticismo. Busca la belleza con independencia de toda idea moral o utilitaria, imaginando lugares exóticos y caballerescos.
El modernismo renueva el lenguaje, eligiendo un léxico selecto y sensorial. Los sustantivos remiten a un mundo ideal, y se utilizan adjetivos variados y recursos expresivos para lograr un estilo ornamental. Se cultiva el verso alejandrino y el verso libre, y se prefiere la lírica a la novela.
Los temas fundamentales del modernismo son: la sed de belleza, el ideal de armonía, la búsqueda del amor, los sueños, la fuga del mundo cotidiano, el origen de los pueblos americanos, el cosmopolitismo, la soledad, la melancolía, el temor a la muerte y el anhelo de trascendencia. El amor es tratado desde una perspectiva intimista y erótica.
i) Rubén Darío: En el contexto de la literatura española e hispanoamericana, Rubén Darío es la máxima figura del modernismo. Su obra poética es la expresión de una personalidad compleja, en la que se conjugan un temperamento emocional e idealista, una visión exultante de la vida, la pasión por la belleza, la angustia existencial, el espíritu cosmopolita y las raíces indigenistas e hispánicas. Para este autor, la poesía es su vida.
iii) Ramón María del Valle-Inclán: Su estética modernista está presente en Aromas de leyenda y El viajero, así como en las novelas que forman las Sonatas.
a) Miguel de Unamuno: Defiende un lenguaje poético discursivo, meditativo, de tono emocional desgarrado y conceptualmente denso, opuesto al lenguaje visionario del Romanticismo y al sensorial del modernismo. Su léxico, muy rico en ideas y paradojas, está impregnado de una fuerza espiritual y vital e incorpora términos populares. Frecuenta el verso libre al lado de los metros y estrofas tradicionales. Los temas de su lírica son: familia, patria y religión.
iii) Antonio Machado: Se trata del otro gran poeta de la Generación del 98. Su producción lírica incluye Soledades, galerías y otros poemas; Campos de Castilla, Nuevas canciones y el Cancionero apócrifo.
Juan Ramón Jiménez
Pedro Salinas
Los escritores de la Generación del 98 comparten características como:
Estos escritores se centraron en el «problema de España», combatiendo el régimen de la Restauración y clamando por la modernización del país.
Grupo de poetas que comenzaron su actividad literaria en España en el siglo XX. Su nombre se debe a las estrechas relaciones que mantuvieron durante su juventud y al tricentenario de Góngora en Sevilla.