Portada » Filosofía » Descubre el Legado de Platón: Ideas, Conocimiento y Ética
Platón continuó la tradición filosófica presocrática y el pensamiento de Sócrates, criticando el escepticismo y el relativismo de los sofistas. Considera que la ética y la política deben fundamentarse en una concepción global de la realidad. Estableció mayor claridad en el dominio del conocimiento y distinguió dos tipos fundamentales: el conocimiento sensible, que se corresponde con la realidad que captamos por los sentidos, y el conocimiento intelectual, que se corresponde con las verdades universales.
Él mismo fundó la Academia. Los escritos platónicos adoptan la forma de diálogos en los que Sócrates es casi siempre uno de los interlocutores. En la producción filosófica de Platón hay cinco periodos: juventud; transición (La República y El Banquete); madurez (principales mitos platónicos); periodo crítico; y vejez (teoría cosmológica). Entre sus mitos cabe destacar el Mito de la Caverna (el cual utiliza para aunar toda su filosofía), el Mito del carro alado y el Mito de la Atlántida.
La teoría de las Ideas consiste en la afirmación de que existen realidades inmateriales, inmutables y universales. En la madurez se resume en:
En el periodo crítico, la principal dificultad de la teoría platónica de las Ideas es que son una doctrina dualista. Los principales problemas que plantea son:
Pese a esto, Platón afirmó que hay que seguir admitiendo la existencia de las Ideas debido a varias razones:
Hacia el final de su vida, se preocupó del estudio del cosmos, tema al que dedicó el diálogo titulado Timeo. Según su doctrina sobre el cosmos, existen dos mundos: el mundo de las Ideas y el mundo sensible. Los 4 elementos (Empédocles) que intervienen en su doctrina son:
Su primera concepción es la teoría de la anamnesis o reminiscencia, puesto que no se busca lo que ya se conoce, ya que sería inútil, ni lo que se desconoce, porque no sabríamos qué estamos buscando ni cómo reconocerlo cuando se haya encontrado. Buscamos lo que ya conocíamos, pero que lo hemos olvidado, por lo que es necesario que el alma haya conocido las Ideas en una existencia anterior y separada del cuerpo.
Su segunda concepción se expresa según dos formas de conocimiento:
El dualismo (alma frente a cuerpo) constituye el núcleo de la doctrina platónica sobre el ser humano. Platón recoge ideas procedentes del pitagorismo: el alma es inmortal y su unión con el cuerpo es accidental y transitoria. El alma pertenece al ámbito de las Ideas, mientras que el cuerpo pertenece al mundo de los seres físicos.
Platón distingue tres aspectos en la psique o alma:
Solamente la parte racional del alma es inmortal, pues las otras dos están asociadas al cuerpo. Esta visión tripartita del alma se corresponde con la imagen del carro alado utilizada en el mito del Fedro.
En cuanto a la ética y la política, Platón se centró en la justicia, que sería para Platón el equilibrio o armonía de los tres aspectos que distingue en el ser humano. Cada una de estas partes del alma tiene una virtud propia. Corresponde a la razón gobernar, y la virtud propia del buen gobierno es la sabiduría. La virtud propia del alma concupiscible será la moderación o templanza. Por último, la parte irascible del alma tendrá como virtud propia la fortaleza o valor. Un individuo será justo cuando cada una de estas partes del alma cumpla la función que le es propia.