Portada » Español » Dominando el Discurso Argumentativo: Retórica, Falacias y Buenas Prácticas
Desde el punto de vista filosófico, llamamos “discurso” a cualquier mensaje o conjunto de mensajes que elaboramos en el lenguaje natural. El discurso que se emplea en filosofía es el “discurso argumentativo”, que intenta aportar razones para mantener una opinión o una creencia.
Hay dos tipos de argumentos:
Es la capacidad que tenemos de convencer o persuadir a través de la palabra. Para ello, apelamos a la confianza o credibilidad, a las emociones o a la razón.
La retórica o el discurso retórico tiene varias partes:
La falacia es un argumento no razonable, puede ser válido o inválido, pero la conclusión no se puede deducir de sus premisas, aunque aparentemente sí lo parezca.
Falacias del condicional: No respeta las reglas que rigen los argumentos.
Ej: Si Arturo juega en el Real Madrid, entonces es un gran jugador.
Arturo es un gran jugador.
Por tanto, Arturo juega en el Real Madrid.
Falacias probabilísticas: Se supone falsamente que dos sucesos, independientes, están conectados.
Ej: Ayer Arturo tuvo suerte en la tragaperras.
Por tanto, Arturo va a tener siempre suerte en el juego.
Falacia ad logicam: Cuando detectamos una falacia, y decimos que su conclusión tiene que ser necesariamente falsa.
Ej: Los argumentos de Arturo son falaces.
Por tanto, la conclusión que está extrayendo es falsa.
Falacias por ambigüedad: Cuando empleamos términos confusos o generales.
Ej: Solo los hombres utilizan la razón.
Por lo tanto, las mujeres no lo hacen.
Falacias por vaguedad: Se usan términos que son vagos o relativos.
Ej: Mi hijo es muy alto (depende de con quién lo compares).
Falacia del falso dilema: Se plantea como que solo hay dos posibilidades y si una es falsa, la otra tiene que ser verdadera.
Ej: O eres feliz o eres un infeliz.
No eres feliz.
Por lo tanto, eres una persona infeliz.
Falacia ad hominen: Se ataca a la persona en vez de al argumento.
Ej: Arturo dice que estudiar es bueno.
Pero no le creo porque él suspende todas.
Falacia al respeto: Se apela a la autoridad de alguien que sabe mucho sobre el tema.
Ej: La economía española va bien.
Lo ha dicho el ministro de Economía.
Falacia al bastón: Se trata de convencer a alguien apelando a una emoción.
Ej: Tienes que aceptar la ley mordaza porque si no la aceptas puedes ir a la cárcel.
Falacia por falsa generalización: Consiste en generalizar a partir de una muestra reducida de casos.
Ej: Mi madre y mis amigas conducen fatal, por lo tanto, todas las mujeres conducen fatal.
Falacia por confusión entre condición necesaria y condición suficiente: Mi profesor me engañó, porque me dijo que para aprobar como un buen jugador de fútbol debía entrenar todos los días, y lo he hecho y no soy buen jugador de fútbol.
Falacia ad ignorantiam: La ausencia de pruebas a favor no quiere decir que el argumento sea falso.
Ej: No hay pruebas de que Dios no exista, por tanto, Dios no existe. (o al revés).