Portada » Economía » Ciclo de vida de los destinos turísticos: etapas, análisis y estrategias
La diversificación de los espacios turísticos se complementa con la variedad geográfica/territorial de los destinos. Esta complejidad se acentúa por la posibilidad de que una misma tipología turística se manifieste de diversas formas en distintos territorios, o que un mismo territorio contenga diversas tipologías.
Existen varios criterios de clasificación, siendo el principal la vocación turística, que es la especialización temática de la oferta a partir de sus recursos de referencia. Otros criterios interesantes (basados en la funcionalidad turística):
Espacio (base geográfica/física) → Receptor → Destino (área/zona → flujos turísticos, funcionalidad turística). Este es el sustento de la funcionalidad turística. Un destino es un espacio definido y reconocido por su función turística, con una escala mínima municipal y una oferta global amplia y reconocible que satisface las necesidades y deseos específicos de los usuarios. Son áreas con una funcionalidad turística que los hace reconocibles. Esta funcionalidad influye decisivamente en el territorio que sustenta el destino. Por ejemplo: El destino Córdoba sería la zona del casco histórico.
No existe una metodología universal, pero se han definido criterios básicos:
Recientemente se han añadido dos criterios más:
Producto: Experiencia turística singular. Resultado de la funcionalización turística de un recurso territorial. Conjunto de bienes y servicios que satisfacen la experiencia turística del viajero, o la combinación de elementos tangibles e intangibles que ofrecen beneficios.
Oferta: Experiencia global en un territorio. Conjunto de productos turísticos de un destino que definen una experiencia global para el usuario. Es la formalización específica (económica, geográfica o territorial) de los productos en un destino.
Una oferta bien conformada implica un equilibrio entre la demanda y el territorio.
El concepto de región turística deriva del de destino. Una región es una zona con características naturales o culturales homogéneas. La región turística es un conjunto de destinos con integración funcional por ubicarse en una región geográfica. La clave es la integración funcional (sinergia entre destinos). No se requiere homogeneidad territorial para una región turística. Destinos consolidados pueden complementarse con destinos próximos de menor atracción, formando una región turística.
Evoluciona mediante una correlación positiva entre la demanda (número de visitantes) y la oferta (productos turísticos de alojamiento). Define seis fases: