Portada » Lengua y literatura » La Poética de Baudelaire: Eternidad, Amor, Decadencia y Belleza en ‘Las Flores del Mal’
Temporalidad. Destrucción. Olvido. El tiempo en Baudelaire es fundamentalmente presente, de ahí que hablemos de la radicalización de la obra. El futuro es una utopía y el pasado solo existe en función del presente. De esta radicalización del presente surge la necesidad de buscar lo eterno. Así surge un choque en su poética entre la conciencia de la limitación temporal y la voluntad de lo perdurable. Esto lo encontramos en poemas como “El hombre y la mar”; el hombre libre busca la mar, símbolo de la eternidad, porque tiene un alma eterna a pesar de ser temporal (“hombre libre, ¡tú siempre preferirás la mar!”). A esta eternidad solo llegamos mediante la belleza; (“La belleza” es fría y perfecta, y así se salva de la temporalidad y se convierte en eternidad.). Pese al deseo de permanencia como búsqueda de lo imposible, se va imponiendo su opuesto, el Tiempo. Este tiempo es destructor de la belleza y el principal enemigo del poeta. (“El enemigo”, “devora vida el Tiempo y el oscuro enemigo”). Este paso inexorable del tiempo que se refleja en “El reloj” destruyéndolo todo y reduciéndolo a despojos. En el poema “Una carroña”, se muestra una influencia de Ronsard, donde se presenta un recuerdo de la juventud y, por lo tanto, una cercanía al olvido, lo que implica una cercanía a la muerte.
Esta es la gran tragedia del poeta, saberse mortal queriendo ser eterno. Ya sabe que todos los hombres son mortales, pero también él mismo lo es a pesar de concebirse como un ser elegido. El tiempo es el mayor aliado de la muerte, tal como se muestra en el poema “El retrato” (“…y que el Tiempo… oscuro ejecutor…”). El poeta no se da por vencido y ve como única salida olvidar su cualidad temporal y sumergirse en las aguas del “Leteo”, es decir, acercarse al Diablo aunque esto le cueste la propia vida.
Amor y muerte. Esta dualidad nos lleva al conflicto clásico entre Eros-Tánatos. Es un contraste permanente en la literatura. La atracción al poder es irremediable y forma parte del amor. La búsqueda demoniaca del amor nos lleva a la destrucción, nos acerca al demonio (como muestra el poema “Destrucción”) y a la muerte (por ejemplo, el poema “La muerte de los amantes”). El amor en Baudelaire es perverso y este carácter diabólico hace que aumente la sensación de placer. Este amor lo muestra el autor en su obra, pero también con su propia experiencia en relaciones arriesgadas con lesbianas, prostitutas, etc., que lo llevan al abismo de la muerte.
Por lo tanto, esta búsqueda permanente del placer y un amor perverso no es único en su obra, sino que está muy presente en su vida, lo que hace que su final sea lleno de enfermedades y, finalmente, la muerte. La mujer, así, tiene gran papel en esa pasión desenfrenada, fundamentalmente el modelo de la mujer mulata que Baudelaire nos muestra en el poema “El gato”.
La mujer. La mujer es un tema clave para entender la obra. Transmite la idea de belleza, al mismo tiempo que transmite lo demoniaco. En Baudelaire hay un conflicto entre la mujer natural que lleva al pecado, presentada como una figura de placer y una belleza salvaje y perversa, y la mujer que lleva a la belleza, lo que significa eternidad y perfección.
En “Las flores del mal” hay poemas que representan los dos tipos de mujer. La belleza en la mujer significa destrucción, incluso en algunos poemas se identifica con el Diablo (“Himno a la belleza”). Esta belleza atrae y a la vez destruye. El hombre se siente hechizado por esta belleza aun sabiendo que le va a destruir (“Vampiro”). El tiempo influye en la belleza de la mujer, ya que con el tiempo la mujer envejece y, por tanto, pierde la belleza y perfección para convertirse en tiempo, en muerte. Esta idea la muestra el poema “Una carroña”. Esta idea del tiempo como factor que influye en la belleza de la mujer da lugar al tópico tempus-fugit y el de collige-virgo-rosas; ambos quieren decir que se aproveche la juventud mientras se tiene porque pronto se acaba.
La mujer de Baudelaire en algún caso le lleva a pensar en la maternidad.
La figura de la mujer, como hemos dicho, tiene un importante papel en la obra, hasta el punto de que Baudelaire dedica varios poemas a varias mujeres en concreto. Así tenemos varios grupos de poemas: uno primero dedicado a Sara, que fue la primera prostituta con la que estuvo; uno segundo que dedica a una mujer mulata llamada Jeanne Duval, quien muestra un modelo de belleza salvaje y satánica en la mujer. En el siguiente grupo de poemas dedicados a Madame Sabatier, Baudelaire representa el modelo de mujer idealizada y angelical; y, por último, Baudelaire se inspira en Marie Daubrun, quien representa un modelo intermedio entre las dos mujeres propuestas en las etapas anteriores.
La voz poética y sus máscaras. Tan importante como el yo, es el otro, lo que lleva al Desdoblamiento del yo que Baudelaire adquiere de Poe. Este desdoblamiento se puede plantear de varias formas, pero lo esencial es que intenta llenar ese vacío interior. El desdoblamiento lleva al tema de la identidad y alteridad. La aparición del otro es la materialización del ansia de sobrevivir frente a la amenaza de la muerte. Este tema del desdoblamiento presenta una estrecha relación entre el doble y el disfraz. El doble existe en el momento en que existe conciencia del yo, y el otro se revela como una alternativa al yo. El disfraz es simplemente una máscara.
El autor realiza varias llamadas al lector, primero en el poema “Al lector” identificándolo como criatura satánica y también al final del libro en “Epígrafe para un libro condenado”. Esta idea del desdoblamiento, alteridad e identidad la plantea en un poema “La máscara”, donde encontramos una declaración de intenciones sobre el hastío. La máscara exalta unas lágrimas, la tristeza que tenemos y en definitiva somos, que se intenta ocultar mediante la alegría.
La teoría de las correspondencias y sinestesias. En el poema “Correspondencias”, más que en el resto de la obra, se muestra esta teoría de las correspondencias. Habría que distinguir entre correspondencias horizontales, que las podemos captar con sinestesias, y correspondencias verticales, que consisten en la trascendentalización de las primeras correspondencias. La sinestesia es la percepción conjunta de varios tipos de sensaciones de diferentes sentidos en un mismo acto perceptivo; es decir, captar a la vez olores, sonidos, gustos, colores, etc.
significa la crisis
del final de la época. El poeta se siente incomprendido lo que le lleva a la
tristeza y la soledad. Frente a esta soledad que invade al poeta, el poeta se
quiere presentar como en búsqueda de belleza y perfección. Para conseguirlo se
separa de lo lógico y la razón y se acerca a lo mágico; es decir busca lo
oscuro y oculto, lo eterno.Todo esto basado en una red de
símbolos y correspondencias. Así el primer bloque de poemas se titula Spleen e
ideal, es decir, la melancolía frente a la esperanza de salvación.La decadencia se muestra en el
poeta a través del poema “el albatros” donde como hemos visto anteriormente se
muestra la idea de un poeta como un ser inadaptado. (Ver lo que hemos visto
anteriormente). La decadencia también se muestra a través de las imágenes de la
ciudad en Cuadros parisienes. En esta sección se representan a aquellos más
desfavorecidos y por lo tanto símbolo de decadencia y malestar. Debido a esta
decadencia del poeta, de su inadaptación, el poeta intenta buscar la belleza y
por esto el arte a través de métodos como el alcohol, las drogas, los sueños,
etc. como vemos en “La vida entera.El
oximbolo.El oximbolo consiste en que el
adjetivo utilizado describa lo contrario que queremos decir del nombre.
Baudelaire utiliza el oximbolo incluso en el titulo de la propia obra, “Las
flores del mal”. Estas contrariedades, podríamos decir, dan una concepción de
“oscura claridad” a la obra, es decir trata temas provocadores y prohibidos
utilizando sus contrarios. Estos contrarios se unen. Así dan lugar a
correspondencias horizontales y verticales (volver al punto 6).Esta unión de contrarios se
centra sobre todo entre Dios y el Demonio. La atracción del Demonio en el
hombre es inevitable. Dios no ayuda al poeta y este se acerca a Satán. Este
conflicto viene del conflicto entre el bien y el mal.El tiempo y la eternidad muestran
un enfrentamiento. El hombre libre tiende a la eternidad, pero siendo temporal
no se resigna a intentarlo, lo que le provoca la destrucción.Esta unión de contrarios da
estructura a la obra y permanenciLA MÉTRICA, EL LENGUAJE Y EL ESTILO:Baudelaire rechaza los poemas
largos, opta por composiciones breves y concisas, ya que considera que es la
mejor forma de transmitir sus ideas.La estrofa que utiliza son los
sonetos irregulares con rimas cruzadas. Utiliza versos alejandrinos franceses,
con 12 sílabas. En ocasiones utiliza el verso eneasílabo, que hace referencia a
la literatura tradicional francesa. Por tanto su obra se forma por la
combinación de ambos versos.El léxico utilizado posee gran
riqueza de figuras literarias, con personificaciones, enumeraciones, metáforas,
metonimias, alegorías, hipérboles, paradojas, no debemos olvidar el oxímbolo, y
gran cantidad de símbolos, etc.Baudelaire pretende coger todos
los aspectos estéticos de su alcance para encontrar el ideal de belleza en su
obra. Busca una poesía sugerente que refleje sensaciones.