Portada » Geología » Estructura y Dinámica de la Tierra: Un Viaje al Corazón de Nuestro Planeta
James Hutton fue el primero en plantear que la edad de nuestro planeta debía medirse en millones de años.
En la superficie terrestre, ocurre la meteorización de las rocas y su transformación en sedimentos, que son transportados y acumulados en las cuencas sedimentarias.
En el interior de la corteza terrestre, los materiales están sometidos a altas presiones y temperaturas. Los sedimentos se transforman en rocas que pueden plegarse, cambiar su aspecto y composición, o incluso fundirse.
El ciclo de las rocas es el conjunto de procesos que las modifican, las transforman en sedimentos y convierten estos de nuevo en rocas.
El aumento de temperatura que se produce hacia el interior de la Tierra se denomina gradiente geotérmico. Su valor medio es de unos 3°C por cada cien metros de profundidad. El causante del gradiente geotérmico es el calor interno de la Tierra, en su mayor parte procedente de hace más de 4.000 millones de años.
Hace unos 4.500 millones de años, nuestro planeta llegó a estar fundido casi por completo. Los materiales se ordenaron por densidades:
Los gases desprendidos de las rocas fundidas formaron la atmósfera. El vapor de agua se condensó y formó los océanos y el resto de la hidrosfera.
Analizando los registros de las ondas sísmicas, los sismólogos pueden localizar la profundidad de las separaciones entre las capas terrestres. Estas superficies de separación se denominan discontinuidades.
La parte más externa del manto superior está unida a la corteza, formando un conjunto rígido llamado litosfera.
El resto del manto superior, bajo la litosfera, aunque sólido, puede fluir lentamente. La litosfera, al ser arrastrada por estos movimientos del manto sublitosférico, se fragmenta en grandes bloques llamados placas litosféricas.
Durante el siglo XIX y principios del XX, se desarrollaron teorías fijistas, que trataban de explicar el origen de las cordilleras y el plegamiento de los estratos, partiendo de la idea de que continentes y océanos siempre ocuparon las mismas posiciones.
Alfred Wegener propuso la deriva continental: los continentes se desplazaban y, hace 300 millones de años, habían estado unidos en una masa continental única: Pangea. Esta teoría, inicialmente desacreditada, se apoyaba en:
A unos 100 km de profundidad, existe una zona (astenosfera) donde los materiales pierden rigidez y se comportan plásticamente, permitiendo que el fondo de las cuencas se hunda por el peso de los sedimentos y que los relieves se levanten a medida que la erosión los aligera.
El desarrollo del SONAR permitió elaborar mapas de los fondos oceánicos, revelando relieves como la dorsal oceánica. El análisis de rocas del fondo no mostraba ninguna con más de 185 millones de años. Esta información desacreditó las teorías fijistas y apoyó la deriva continental.
Hess propuso que las dorsales crean nueva corteza oceánica, empujada a los lados, aumentando la extensión del océano. La edad de las rocas basálticas (más antiguas cuanto más lejos de la dorsal) y los estudios sísmicos respaldan esta hipótesis. La litosfera se desliza, arrastrada por corrientes de convección, a una velocidad de pocos milímetros al año.
Las inversiones del campo magnético quedan registradas en rocas volcánicas con magnetita. Al consolidarse la lava, los cristales de magnetita se orientan en la dirección norte-sur del campo magnético de esa época.
En 1968, se desarrolló la tectónica de placas, que explica los procesos geológicos. A diferencia de la deriva continental, se refiere a la litosfera. Las pruebas de Wegener siguen siendo válidas, confirmando la existencia de Pangea. El plano de Benioff corresponde a la superficie de una placa litosférica oceánica que se hunde en el manto. La distribución de volcanes y terremotos coincide con los bordes de las placas. El Cinturón de Fuego del Pacífico es una zona de vulcanismo y sismicidad donde la litosfera oceánica se hunde bajo los continentes, formando cadenas montañosas. Europa y América se separan entre 2 y 6 mm al año. Las dorsales oceánicas presentan actividad volcánica y sísmica. La simetría del magnetismo prueba la creación de litosfera en las dorsales. Las cadenas montañosas resultan de la colisión entre placas.
Hay dos tipos de litosfera:
Tipos de placas:
Existen también microplacas, fragmentos pequeños de litosfera.
Características:
Las dorsales son discontinuas. Una falla transformante es una zona de cizalla donde una dorsal se interrumpe y continúa desplazada. Su principal característica es el movimiento de cizalla, que produce sismicidad.
La litosfera oceánica se dobla y se hunde en el manto. La placa subducente siempre es oceánica, la cabalgante puede ser oceánica o continental. Origina sismicidad, cordilleras volcánicas o islas volcánicas.
Al colisionar dos placas continentales, una cabalga sobre la otra y el movimiento se detiene. Los sedimentos acumulados se deforman, metamorfizan y apilan, formando un orógeno de colisión.