Portada » Magisterio » Didáctica: Fundamentos y Enfoques en la Educación
La didáctica constituye una disciplina que pertenece a las ciencias de la educación, cuyo fin es la explicación y la comprensión de los procesos de enseñanza, en vistas a lograr procesos de aprendizaje, proponiendo su realización consecuente con los fines de la educación.
La enseñanza es una práctica teleológica (siempre persigue un fin). Ello implica reconocer en ella dos dimensiones relacionadas:
La didáctica tiene sentido en tanto aporta a la intervención en la enseñanza componentes teóricos y prácticos.
Enseñar: Es «un intento de alguien de transmitir cierto contenido a otro».
¿Qué agentes encontramos en esa definición inicial? Uno que enseña; otro que es destinatario; y algo que se transmite, se da, se pasa. En el enseñar se enseña a otro, la enseñanza siempre requiere de un otro, no existe nada parecido a la autoenseñanza. En el enseñar, se enseñan cosas, conocimientos, saberes, contenidos.
¿Por qué enseñar? Hay que enseñar porque las nuevas generaciones llegan al mundo sin señas, sin signos, desprovistos, sin medios de orientación, sin guías para obrar en lo sucesivo y débiles en términos instintivos.
Entendemos la práctica docente como: “el trabajo cotidiano que desarrolla el maestro en determinadas y concretas condiciones sociales, históricas e institucionales, adquiere una significación tanto para la sociedad como para el propio maestro. Trabajo que, si bien está definido en la significación social y particular por la práctica pedagógica, va mucho más allá de ella al involucrar una compleja red de actividades y relaciones que la traspasa y, por lo general, la neutraliza. Consideramos la práctica pedagógica como aquella que se despliega en el contexto del aula donde se pone de manifiesto una determinada relación maestro-conocimiento-alumno, centrada en el ‘enseñar’ y ‘aprender’.”
Comenzamos a revisar las distintas definiciones del concepto “enseñanza” en el marco de la didáctica. El análisis se focalizará en dos de las acepciones, que han dado lugar, en el devenir histórico, a la construcción de sentidos contradictorios, ya que la didáctica, como toda ciencia, se ha constituido en el marco de un contexto histórico, social, político y cultural. Es por ello que podemos encontrar diferentes corrientes de pensamiento que, de acuerdo a dichos factores, han dado una explicación particular sobre la misma.
A continuación, presentamos la clasificación realizada por Sonia Araujo. Araujo sostiene que existen dos grandes corrientes en el campo de la didáctica:
Frente a esta clasificación, nosotros entendemos que la enseñanza es una práctica social e interpersonal, que se da entre un docente y un alumno y que pone en juego la transmisión de un conocimiento o saber, tratando de habilitar las formas de enriquecimiento cultural y social de otra persona.
El alumno, como persona que es, se encuentra inscrito en una historia con capacidad de superación de esa historia, a través de todas sus potencialidades y dimensiones existenciales, es capaz de un proceso de formación que supone una reconstrucción de saberes y experiencias, con los que habrá de inscribirse socialmente dando vida a su propio proyecto. Para lo cual el docente deberá hacerle sitio, acogerlo en un vínculo.
Por ello, debemos partir de una clara noción del vínculo pedagógico donde estén bien definidas la asimetría y la autoridad. Sabemos que la relación docente-alumno es, por su estructura, una relación asimétrica. Sin embargo, como dice Guillermo Echeverry: “se nos trata de convencer por todos los medios posibles de que la escuela es una democracia dirigida por la mayoría. Es indudable que, por la propia naturaleza de la tarea que realiza, no puede serlo y no debe serlo. Debe, eso sí, ser una escuela al servicio de la democracia, que es algo muy distinto. La institución educativa es un lugar de transmisión y de trabajo. También de obediencia y de respeto, porque la relación entre el docente y el alumno no es una relación entre iguales.
Podemos decir entonces que en toda relación pedagógica cada sujeto tiene un rol definido que es intercambiable en un aspecto y no en otro. Ambos pueden aprender y enseñar: docentes y alumnos, pero uno es adulto y otro es niño, adolescente o joven. Cualquier intento de simetría en este aspecto se constituye en una simetría confusa o inversa que, en lugar de guiar, confunde y no conduce al aprendizaje.
Como adultos, tenemos que generar el ingreso de las nuevas generaciones a la sociedad, asumir la responsabilidad social que nos compete al ser docentes; debemos brindar al alumnado espacios en los que puedan ir fortaleciendo su confianza y se atrevan a hacer las experiencias, construyendo de modo autónomo su proyecto de vida. La escuela debe propiciar que los alumnos gestionen su propio aprendizaje.
El concepto de transposición didáctica designa el paso del conocimiento científico o “saber sabio” al saber enseñado, y reconoce la obligada distancia que los separa. En definitiva, la transposición didáctica es la ruptura que la didáctica especial opera para construir su campo: “Un contenido de saber que ha sido designado como saber a enseñar, sufre a partir de entonces un conjunto de transformaciones adaptativas que van a hacerlo apto para ocupar un lugar entre los objetos de enseñanza. El ‘trabajo’ que transforma de un objeto de saber a enseñar en un objeto de enseñanza es denominado transposición didáctica.
El docente opera en la transposición con los saberes antes de ser enseñados, esto hace que ni el traspaso ni lo seleccionado constituyan parte de un proceso desligado de intereses; muy por el contrario, también determinan aspectos del enseñar y del aprender. Es así que la transposición didáctica constituye la consecuencia de la capacidad de un docente para convertir un conocimiento en enseñable y aprendible, y esto es lo que da vida al acto pedagógico.
Los docentes, desde este saber enseñado, posibilitan el acercamiento a las fronteras de la ciencia y la tecnología, haciendo una selección con criterios didácticos, la que debe atender:
¿A qué llamamos contenidos a ser enseñados? Los contenidos indican el qué se enseña y se aprende. Designan el conjunto de saberes (no solo de conocimientos) o formas culturales cuya asimilación y apropiación por los alumnos se considera esencial para su desarrollo y socialización.
Intelectuales críticos:
Por ello, como sostiene Henry Giroux: “los profesores deben estar en condiciones de conseguir que sean el tiempo, el espacio, la actividad y el conocimiento, los que vertebren la vida diaria en las escuelas. Más específicamente, para llevar a cabo su misión de intelectuales, los profesores han de crear las condiciones estructurales que necesitan para escribir, investigar y colaborar entre sí en la elaboración de currículos y el reparto del poder. En definitiva, los profesores necesitan desarrollar un discurso y un conjunto de hipótesis que les permitan actuar más específicamente como intelectuales transformativos. Como intelectuales, deberán combinar la reflexión y la acción con el fin de potenciar a los estudiantes con las habilidades y los conocimientos necesarios para luchar contra las injusticias y convertirse en actores críticos entregados al desarrollo de un mundo libre de opresiones y explotación. Estos intelectuales no están solo interesados en la consecución de logros individuales o en el progreso de sus estudiantes en sus carreras respectivas, sino que ponen todo su empeño en potenciar a los alumnos, de forma que estos puedan interpretar críticamente el mundo y, si fuera necesario, cambiarlo.
El enfoque instrumental se centra en la adquisición de habilidades prácticas y competencias específicas para el desempeño eficiente en tareas concretas. Utiliza métodos de enseñanza directa y técnicas específicas, con evaluaciones basadas en competencias y pruebas estandarizadas. El énfasis está en la eficacia y la preparación para el mercado laboral.
Por otro lado, el enfoque crítico busca fomentar el pensamiento crítico, la reflexión y la transformación social. Promueve el aprendizaje activo, la discusión y la colaboración, con evaluaciones continuas y formativas basadas en la reflexión crítica. Su énfasis está en la emancipación y la justicia social.
El aprendizaje de los contenidos procedimentales implica:
Aprender depende de la interacción entre alumnos, docentes e instituciones. Depende de lo que haga el aprendiz, pero también depende de las condiciones que ofrecemos los docentes para que el alumno ponga en marcha su actividad cognitiva.
La enseñanza se enfoca en diseñar estrategias efectivas, utilizando metodologías diversas, comunicación clara, recursos didácticos y evaluación continua. El aprendizaje es un proceso activo donde los estudiantes construyen conocimiento, colaboran con otros y adaptan su estilo de aprendizaje. Ambos procesos son dinámicos e interactivos, con el objetivo de lograr un aprendizaje significativo y efectivo.
Aprendizaje Activo, Construcción del Conocimiento, Colaboración y Socialización, Adaptación a Diferentes Estilos de Aprendizaje y Reflexión y Autoevaluación.
Texto: Intro. al planeamiento didáctico.
Didáctica.
-Es una disciplina perteneciente a las ciencias de la educación, cuyo propósito es explicar y comprender los procesos de enseñanza para lograr procesos de aprendizaje. Se destaca que la enseñanza es una práctica teleológica, es decir, orientada a un fin, y que tiene dos dimensiones fundamentales: una social, que responde a necesidades colectivas, y una moral, que implica un compromiso ético del docente.
-La práctica docente se describe como el trabajo cotidiano que realiza el maestro en un contexto específico, cargado de significados sociales e históricos. Aunque está definida por la práctica pedagógica, la labor docente trasciende esta, abarcando una red compleja de actividades y relaciones. La práctica pedagógica, específicamente, se refiere a la interacción en el aula entre el maestro, el conocimiento y el alumno, enfocada en los procesos de «enseñar» y «aprender».
El enseñante y el aprendiente: vínculos pedagógicos.
-Según Guillermo Echeverri, el vínculo pedagógico debe desarrollarse reconociendo la asimetría inherente a la relación entre el docente y el alumno. Echeverri argumenta que la relación docente-alumno no es una relación entre iguales, sino que está marcada por la autoridad del docente, quien tiene el rol de guiar y enseñar, mientras que el alumno aprende y sigue la orientación proporcionada.
Por lo tanto, el vínculo pedagógico debe mantener un equilibrio donde la autoridad del docente esté clara y aceptada, pero también donde se fomente el desarrollo crítico y autónomo del estudiante, asegurando que ambos roles sean respetados y cumplan su propósito dentro del proceso educativo.
Proceso de enseñanza.
Transposición didáctica.
-Destaca su importancia en la transformación del conocimiento científico en contenido que pueda ser enseñado en las aulas. Este concepto, introducido por Ives Chevallard, describe el proceso por el cual un «saber sabio» (conocimiento científico) se convierte en «saber enseñado» (contenido curricular), lo que implica una serie de adaptaciones necesarias para que este conocimiento pueda ser comprendido y aprendido por los estudiantes.
-La transposición didáctica es un proceso intrínseco a la enseñanza, en el cual el saber erudito se traduce en contenidos curriculares, tomando en cuenta una necesaria distancia entre lo potencialmente enseñado y lo que realmente puede ser aprendido. Esta aproximación didáctica es crucial para que los alumnos puedan aprender de manera efectiva.
Henry Giroux sostiene que los docentes deben asumir un rol activo en la creación de condiciones estructurales que permitan la elaboración de currículos y el empoderamiento de los estudiantes. Los profesores, como intelectuales transformativos, no solo deben enfocarse en el progreso académico de los estudiantes, sino también en desarrollar su capacidad crítica para interpretar y, si es necesario, cambiar el mundo. Este enfoque transformativo busca que los estudiantes se conviertan en actores críticos, comprometidos con la lucha contra las injusticias y la opresión.
-En la práctica, la transposición didáctica implica que los docentes seleccionen y organicen los contenidos de manera lógica, psicológica y pedagógica, asegurando que estos se presenten en un orden coherente y que sean accesibles para los estudiantes. Los contenidos deben ser diseñados, organizados, seleccionados y diagramados de acuerdo con metodologías y estrategias específicas para cada disciplina.
Texto: Landazábal y Ballesteros.
Planteamiento de la cuestión.
El texto aborda la complejidad de las dinámicas en un aula de clase, donde las interacciones entre maestros y estudiantes son fundamentalmente humanas, lo que las hace complejas y particulares. El aula es un espacio social y comunicativo donde se construyen y negocian significados que influyen en la subjetividad de los participantes, todo esto en un contexto cultural y político que afecta las formas y estilos de relación. La enseñanza y el aprendizaje en el aula están marcados por la época, el pensamiento predominante y las políticas educativas, por lo que cada aula debe ser comprendida en su especificidad.
Resalta la necesidad de reconstruir la epistemología de la didáctica para superar estas resistencias y fortalecer su rol en la transformación de las prácticas de enseñanza. A pesar de su importancia, la didáctica a menudo no es asumida como una totalidad necesaria para entender y mejorar la práctica docente, lo que limita su capacidad de intervenir de manera efectiva en el ámbito educativo y social.
Antecedentes y objeto de estudio de la didáctica.
-El texto explora los orígenes, el desarrollo y la evolución de la didáctica como disciplina, desde sus primeras obras, como las de Wolfgang Ratke y Comenio, hasta su configuración como una ciencia que guía las prácticas de enseñanza. Comenio, en particular, sentó bases importantes al proponer métodos de enseñanza que favorecen el uso de la razón y el acceso al conocimiento desde una perspectiva científica, lo que reflejaba los ideales de la Ilustración.
-La didáctica, influenciada por disciplinas como la psicología y la fisiología, se ha enriquecido con el tiempo al incorporar conceptos de otras ciencias, como el conductismo y el interaccionismo, que han transformado la visión del proceso de enseñanza-aprendizaje. Aunque inicialmente enfocada en la enseñanza infantil, la didáctica ha ido ampliando su campo de estudio, enfrentando críticas y resistencias, especialmente en contextos como el universitario.
-El texto también aborda cómo la didáctica se relaciona con la práctica docente y la teoría educativa crítica, proponiendo que ambas son inseparables. La didáctica se entiende como una disciplina que no solo estudia las prácticas de enseñanza, sino que también se ocupa de la mediación entre el conocimiento y los estudiantes, favoreciendo procesos de humanización, socialización y desarrollo personal.
-Finalmente, se destaca la necesidad de reconocer la didáctica como una ciencia práctica que, aunque heredera de otras disciplinas, se redefine continuamente en función de las prácticas educativas y las demandas contextuales. Su importancia en la educación actual se manifiesta tanto en el contexto escolar como en el universitario, donde sigue abriendo nuevos caminos y afirmando su relevancia.
El problema del método en la didáctica.
El texto aborda el problema del método en la didáctica, destacando cómo en el pasado se pensó que resolver el problema del método resolvería todos los problemas didácticos. Sin embargo, esta visión instrumentalista fue criticada por ser simplista y reduccionista, centrando la didáctica en resultados en lugar de procesos. Durante las décadas de 1970 y 1980, el método se consideraba una técnica aplicable a cualquier situación, lo que limitaba su efectividad.
A partir de los años 1990, con el enfoque en la calidad educativa, surgieron preguntas más profundas sobre la naturaleza del conocimiento y su adquisición, lo que llevó a una reconsideración del método. Este pasó de ser visto como un simple «recetario» a ser entendido como una construcción metodológica compleja que considera el contexto, la subjetividad y la epistemología.
La construcción metodológica debe integrar tres vértices: lo epistemológico objetivo (contenido), lo subjetivo (cómo se aprende) y lo contextual. El docente juega un papel crucial en esta construcción, ya que su intervención didáctica y sus concepciones sobre la enseñanza y el aprendizaje determinan cómo se enfoca la enseñanza.
La investigación didáctica actual se centra en la comprensión de las relaciones entre enseñanza, aprendizaje y las configuraciones didácticas de los maestros, rechazando la visión instrumentalista y adoptando una perspectiva más compleja y sistémica.
Texto: ANTELO CAP 1
Repartir y dar.
El texto explora los diferentes significados del término «enseñar», que incluyen:
Guiar para obrar en lo sucesivo.
La enseñanza se caracteriza por «repartir» o «distribuir» diversos elementos, como medios de orientación, signos y recursos que permiten a las nuevas generaciones orientarse y desenvolverse en el mundo, destacando la necesidad de despertar la curiosidad y el deseo de aprender en los estudiantes. Cuando se enseña, además de conocimiento, lo que se reparte son guías para la acción futura, es decir, indicaciones sobre cómo proceder y actuar en lo sucesivo.
Mostrar, exponer y hacer ver.
En este contexto, enseñar implica no solo transmitir información, sino también mostrar ejemplos, exponer conceptos y hacer que los alumnos comprendan de manera clara y efectiva. La enseñanza se relaciona con la capacidad de hacer visible y comprensible el conocimiento para facilitar el aprendizaje.
¿Por qué hay que enseñar?
Se destaca que la enseñanza es crucial porque las nuevas generaciones llegan al mundo sin orientación ni guías, por lo que requieren de la transmisión de conocimientos, herramientas y habilidades para desenvolverse en la vida. La labor del educador consiste en proporcionar estos recursos para que los estudiantes puedan aprender a relacionarse con los demás y adquirir las habilidades necesarias para su desarrollo personal y social.
Enseñanza obligatoria
La educación obligatoria es fundamental para proporcionar a los estudiantes las bases necesarias para su desarrollo personal y social, así como para prepararlos para enfrentar los desafíos del mundo actual.
¿Para qué hay que enseñar?
La educación tiene como objetivo dar a los individuos las armas y herramientas para enfrentar los desafíos cotidianos, aprender a relacionarse con los demás y adquirir las competencias necesarias para su desarrollo personal y social.
¿Qué hay que enseñar?
Resalta la importancia de la educación en proporcionar acceso a conocimientos y habilidades. Se enfatiza que la enseñanza debe permitir a los estudiantes acceder a diferentes signos y recursos sin restricciones, facilitando así su desarrollo y aprendizaje. La labor educativa consiste en habilitar los accesos para que los individuos puedan adquirir las herramientas necesarias para su crecimiento personal y social.
¿Cómo enseñar?
Plantea la cuestión sobre la metodología y el enfoque pedagógico en el proceso de enseñanza. Se destaca la importancia de exponer, ofrecer y transmitir conocimientos de manera efectiva para que los estudiantes puedan adquirir las habilidades necesarias para orientarse en la vida. La forma en que se enseña juega un papel fundamental en el aprendizaje y desarrollo de los individuos.
* ¿A qué llamamos enseñar? Al reparto de signos entre las nuevas generaciones. * ¿Por qué hay que enseñar? Hay que enseñar porque las nuevas generaciones vienen sin signos.
* ¿Para qué enseñar? Para que puedan orientarse en la vida. * ¿Qué hay que enseñar? Todos los signos disponibles sin restricciones. * ¿Y cómo hay que enseñar? Exponiendo, ofertando, enseñando.