Portada » Biología » Clonación, Trasplantes y Medicina Alternativa: Explorando las Fronteras de la Medicina
El 27 de febrero de 1997, la revista científica Nature publicaba el informe sobre la primera clonación de un mamífero a partir del núcleo de una célula adulta de otro individuo. La «presentación en sociedad» de la oveja Dolly es uno de esos momentos en los que la ciencia espolea una plétora de reacciones emocionales de todo tipo, despertando sueños (o pesadillas) y reavivando mitos y viejos fantasmas. Clonar significa obtener uno o varios individuos a partir de una célula somática o de un núcleo de otro individuo, de modo que los individuos clonados son idénticos o casi idénticos al original.
La clonación consiste en obtener células madre del paciente a tratar, siguiendo el siguiente experimento:
En esta fase podemos hacer dos cosas:
La situación ideal sería aquella en la que, utilizando ingeniería genética, podamos modificar algunos genes para curar una determinada enfermedad. La clonación ofrece la posibilidad de curar enfermedades llevando a cabo trasplantes no con órganos completos, sino con células, mediante la llamada terapia celular. Esto parece una buena alternativa para determinadas enfermedades que son el resultado del mal funcionamiento de una población bien definida de células. Consistiría en reemplazar las células enfermas por otras sanas, sin necesidad de transplantar el órgano entero.
Otra posibilidad que ofrece la clonación sería salvar de la extinción a muchas especies de animales. La clonación de especies extintas ha sido un sueño para muchos científicos. Uno de los objetivos previstos para la clonación fue el mamut lanudo, pero los intentos de extraer ADN de mamuts congelados no han tenido éxito, aunque un equipo ruso-japonés está trabajando en ello. En 2001, una vaca llamada Bessie dio a luz a un gaur (un bisonte indio) clonado de Asia, una especie en peligro, pero el ternero murió después de dos días. En 2003, un banteng (tipo de toro) fue clonado con éxito; además, también fueron clonadas con éxito tres fieras de África a partir de embriones congelados. Estos éxitos han dado esperanzas sobre la posibilidad de que otras especies extintas puedan ser clonadas. Uno de los obstáculos en el intento de clonar especies extintas es la necesidad de mantener el ADN en perfecto estado, muy bien conservado.
Se puede definir como cualquier forma de terapia, de práctica o de tratamiento que estén fuera de la corriente principal o más allá del reino de lo convencional. Puede ser definida más generalmente como cualquier acercamiento o medicina que difiera de las formas occidentales convencionales. Veamos algunos ejemplos:
Se dice que la acupuntura es una ciencia muy antigua, eminentemente práctica, que data de aproximadamente 5000 años. Algunos tratados incluso mencionan que su descubrimiento data de los años 2696 a 2598 a. C. La acupuntura es un método de tratamiento en la ciencia médica que consiste en la utilización de las agujas y el calor. El nombre de acupuntura deriva de las palabras latinas «Acus», que significa aguja, y «Pungue», que significa penetrar; o sea, que consiste en la penetración y estimulación, en forma estratégica, de ciertos puntos en el cuerpo humano a través de la piel, por diferentes tipos de agujas finas o también por el calor que genera la planta Artemisia Vulgaris al ser quemada cerca de la piel, sobre los diferentes puntos de acupuntura.
La musicoterapia hace uso de sonidos, trozos musicales y estructuras rítmicas para conseguir diferentes resultados terapéuticos, directos e indirectos, a nivel psicológico, psicomotriz, orgánico y energético. Dentro del marco general de la musicoterapia existen muchas tendencias, escuelas y direcciones de aplicación. Existe, por ejemplo, la ambiental, encargada de diseñar espacios sonoros amables, acogedores y tranquilizantes en lugares de concentración pública.
El agua mineralizada y caliente de las «termas» tiene diferentes efectos en el cuerpo humano. Algunos autores las dividen en tres: biológica, física y química, aunque en realidad todas actúan al mismo tiempo. El baño en aguas termales aumenta la temperatura del cuerpo, matando gérmenes, entre ellos virus; además, aumenta la presión hidrostática del cuerpo, por lo que aumenta la circulación sanguínea y la oxigenación. Este aumento en la temperatura ayuda a disolver y eliminar las toxinas del cuerpo. Al aumentar la oxigenación, el baño en aguas termales hace que mejore la alimentación de los tejidos del cuerpo en general, motivo por el cual aumenta el metabolismo, estimulando al mismo tiempo las secreciones del tracto digestivo y del hígado, ayudando así a la digestión. Hay enfermedades de la piel que pueden tener una marcada mejoría por baños en aguas termales (en especial si éstas contienen azufre). Las enfermedades que más se benefician son la psoriasis, la dermatitis y las enfermedades por hongos. En algunas ocasiones, también ayudan en la cura de heridas y de otras lesiones de la piel. En ocasiones, esta acción se le atribuye a las «sulfobacterias» (organismo aislado por la «Sociedad Internacional de Medicina Hidrológica» para explicar los efectos de los «elementos intangibles» de las aguas termales).
En general, no debe nunca abandonarse la medicina tradicional por medicinas alternativas «milagrosas». Recuerda que una persona enferma es muy vulnerable y muy fácil de engañar con supuestas curaciones a costa de su dinero.
El trasplante es un tratamiento médico complejo. Permite que órganos, tejidos o células de una persona puedan reemplazar órganos, tejidos o células enfermos de otra persona. En algunos casos, esta acción sirve para salvarle la vida (trasplante de corazón), en otros para mejorar la calidad de vida (trasplante de mano) o ambas cosas (trasplante de riñón).
La leyenda de los santos Cosme y Damián constituye la primera idea de trasplante de donante cadavérico con finalidad terapéutica: los santos amputaron la pierna de un gladiador etíope muerto para reemplazar la pierna gangrenosa del diácono Justiniano. La época propiamente científica de los trasplantes de órganos empieza en el siglo XX. En este siglo existe un crecimiento exponencial de los trasplantes, gracias al surgimiento de nuevas técnicas quirúrgicas que coadyuvan a mejorar la calidad en la preservación de órganos in vitro e in vivo, logrando así mejorar la esperanza de vida para gran número de enfermos. Un acontecimiento de gran importancia en el campo de los trasplantes fue el descubrimiento de los grupos sanguíneos ABO por Karl Landsteiner, quien marcó la pauta para el conocimiento de los antígenos sanguíneos como antígenos del trasplante. Se tiene noticia del primer trasplante de un riñón humano al nombre, practicado en Ucrania por parte de Voronoy en 1933. Sin embargo, este primer trasplante renal entre humanos fue un fracaso. En 1952, en el Hospital Necker de París, tuvo lugar el primer trasplante de riñón entre emparentados. A finales de los años sesenta, el trasplante renal seguía siendo una intervención experimental de elevado riesgo, pero a lo largo de los últimos 25 años el progreso en el trasplante renal ha sido constante, habiendo aumentado la supervivencia de los injertos. Esta mejoría de resultados explica el incremento de los trasplantes realizados en los últimos años. A partir de la segunda mitad del siglo XX, se perfecciona la técnica quirúrgica para el trasplante de órganos y se inicia el desarrollo de medicamentos inmunosupresores. Christian N. Barnard realizó en diciembre de 1967 el primer trasplante cardíaco en el ser humano. Desde el punto de vista médico, nuestra época puede ser considerada como la «era de los trasplantes de órganos», dado el elevado número de ellos y el aumento de los buenos resultados.
Cuando hablamos de donar nuestros órganos, hablamos de ayudar a salvar una vida. Un solo donante puede salvar y mejorar las condiciones de vida de muchas personas donando órganos y tejidos. Para ser donante hay que ser mayor de 18 años y haber expresado su consentimiento para la donación de órganos.
El rechazo se presenta cuando el sistema inmune del receptor de un trasplante ataca al órgano trasplantado. El sistema inmune protege al cuerpo de sustancias potencialmente nocivas, tales como microorganismos, toxinas y células cancerígenas. Estas sustancias dañinas tienen proteínas llamadas antígenos, que son extraños al cuerpo. Cuando el sistema inmune detecta un antígeno, lo atacará. De la misma manera, la presencia de sangre o tejido extraño en el cuerpo puede desencadenar una reacción o rechazo al trasplante. Para evitar esto, antes del procedimiento de trasplante, se «tipifica» el tejido para identificar los antígenos que contiene. Por tanto, un órgano de un donante no vale para cualquier enfermo. Tipificar consiste en buscar al enfermo más compatible con ese órgano para que el sistema inmunitario no lo ataque por considerarlo algo extraño. Aunque la tipificación del tejido asegura que el órgano o tejido sea lo más similar posible a los tejidos del receptor, la compatibilidad nunca es perfecta. Ninguna persona tiene antígenos de tejido idénticos a otra, exceptuando los gemelos idénticos. Para luchar contra el rechazo, se utilizan los medicamentos inmunosupresores, que son necesarios para prevenir un rechazo al trasplante o, de otra manera, el trasplante de órganos y tejidos casi siempre ocasionaría una respuesta inmune y provocaría la destrucción del tejido extraño. Después de un trasplante de órganos, el cuerpo casi siempre rechazará el nuevo órgano porque el envoltorio proteico de sus células difiere del del órgano original. Como consecuencia de esto, el sistema inmunológico detecta el nuevo tejido como «hostil» e intenta eliminarlo atacándole con leucocitos, causando la muerte del tejido. Los inmunosupresores debilitan este sistema de defensa, pero el precio es muy alto: el efecto secundario es que el cuerpo se hace extremadamente vulnerable a las infecciones, muy parecido al SIDA.
El número de trasplantes en España superó en el 2009 la cifra de 4000. Los más frecuentes fueron los renales (riñón, más de 2000) y los hepáticos (hígado, más de 1000). En estos casos, se produce la circunstancia de que algunos de los donantes están vivos, siendo familiares que donan un riñón o parte de su hígado al paciente. El primer trasplante de cara en Andalucía se ha producido hace poco más de un mes, el 26 de enero, en el hospital Virgen del Rocío en Sevilla. La operación duró 30 horas. Es el noveno trasplante de cara que se realiza en todo el mundo.