Portada » Lengua y literatura » Vanguardias del siglo XX: El arte en tiempos de cambio
A principios del siglo XX, una serie de profundos cambios sociales y culturales transformaron el mundo occidental. Esta crisis de fin de siglo se caracterizó por:
Consecuentemente, surgieron corrientes irracionalistas y vitalistas que buscaban explicar la vida desde una perspectiva subjetiva e individualista, a menudo pesimista. Pensadores como Schopenhauer (el mundo regido por una «voluntad» ciega e irracional), Kierkegaard (con sus ideas sobre la «angustia vital») y Nietzsche (quien exaltó la voluntad de ser sobre la razón) ejemplifican esta tendencia. El pensamiento irracionalista influyó en el existencialismo (Heidegger, Sartre): el hombre como un ser para la muerte, enfrentado a la «angustia existencial».
La literatura reflejó estos cambios. Los movimientos literarios se sucedieron rápidamente, plasmando la crisis de valores sociales, morales, políticos y religiosos. Dos rasgos característicos fueron: la visión pesimista del ser humano y del mundo, y la tendencia al experimentalismo y la innovación formal.
Tres grandes tendencias literarias del siglo XX (no excluyentes entre sí) son:
Las vanguardias (del francés avant-garde) fueron movimientos artísticos europeos del primer tercio del siglo XX, especialmente entre las dos guerras mundiales (1918-1939). Sus características generales incluyen:
Otros rasgos son: el alejamiento del gran público, la corta duración y la conciencia de grupo, expresada en manifiestos.
Los principales vanguardismos («ismos») fueron: futurismo, cubismo, expresionismo, dadaísmo y surrealismo.
Fundado por Filippo Marinetti en 1909 con su Primer manifiesto futurista. Exalta el «esplendor geométrico y mecánico del mundo moderno», admirando la civilización mecánica, la velocidad, los inventos (tren, avión, electricidad), el movimiento y los deportes. Desprecia los temas humanos y sentimentales. Busca las «palabras en libertad» con un estilo rápido y dinámico, ignorando la puntuación ortográfica y suprimiendo adjetivos. El futurismo, ligado al fascismo, tuvo pocos resultados literarios, excepto poetas rusos como Maiakovski. Su principal aporte fue la incorporación de nuevos temas.
Creado por Guillaume Apollinaire en 1913, derivado del cubismo pictórico (Picasso, Braque, Gris). Descompone la realidad para recomponerla libremente mediante la simultaneidad de planos y el collage. Prioriza la disposición tipográfica visual-espacial de las palabras, como en los Caligramas de Apollinaire. Se caracteriza por el antisentimentalismo y el humor.
De origen alemán, se desarrolló en todas las artes desde principios de siglo. Prioriza las realidades internas sobre las externas, proyectando la visión trágica y deformada del artista. Busca producir una fuerte impresión en el público. Se desarrolló en teatro y poesía (Georg Trakl, Gottfried Benn) e influyó en el cine (El gabinete del Dr. Caligari).
Fundado en 1916 por Tristan Tzara. Radicalmente destructivo, niega todo, incluso el arte. Su nombre, dadá, representa el balbuceo infantil y fue elegido al azar. Propugna la burla, el humor corrosivo, la rebelión contra la lógica y un lenguaje incoherente. Ejemplo: la receta de Tzara para escribir un poema dadaísta (tijeras, periódico, azar y cola).
El movimiento vanguardista más importante. Su Primer manifiesto surrealista, firmado por André Breton, apareció en 1924. Busca renovar el arte y cambiar la vida, accediendo a una realidad superior (sur-realisme) a través del subconsciente. Explora el subconsciente, liberando al individuo de los impulsos reprimidos (Freud) y de la alienación burguesa (Marx). Utiliza la escritura automática (escribir al dictado del pensamiento sin control de la razón) y la imagen visionaria o metáfora surrealista (asociación libre de ideas). Un tema recurrente es el mundo de los sueños. Influyó en la literatura posterior, especialmente en la escritura automática y la metáfora onírica.