Portada » Historia » La Reforma Protestante y la Contrarreforma: Resumen y Consecuencias
La Reforma Protestante tuvo como primer protagonista al alemán Martín Lutero, religioso de la orden de los agustinos y profesor de la Universidad de Wittenberg.
En 1517, indignado por los abusos que cometían algunos clérigos que concedían indulgencias (es decir, disminuciones de las penas por los pecados) a cambio de dinero, Lutero colgó en la puerta de la iglesia de Wittenberg un documento que contenía 95 tesis. Estas no solo constituían críticas legítimas a actuaciones discutibles de la Iglesia Católica, sino que también contenían principios doctrinales contrarios a la fe católica como:
Ante la negativa de Lutero a retractarse de sus afirmaciones, el Papa León X le envió una bula de excomunión. Pero Lutero quemó públicamente el documento y, en 1521, quedó separado definitivamente de la Iglesia Católica junto con sus seguidores, que recibieron el nombre de protestantes. La reforma luterana tuvo un gran éxito en el centro y norte de Europa.
Juan Calvino (1509-1564) propagó en Francia, los Países Bajos y Europa central la reforma iniciada por Lutero, pero le añadió otros elementos doctrinales, como:
En Inglaterra, la división de la Iglesia nació de las divergencias políticas y religiosas entre el rey Enrique VIII y el papa Clemente VII.
Al principio de su reinado, Enrique fue un fiel seguidor de la Iglesia frente a Martín Lutero, lo que llevó al Papa a conferirle el título de Defensor de la Fe. Pero la negativa del Papa a anular su primer matrimonio con Catalina de Aragón, con quien no tenía hijos varones, provocó que, en 1536, Enrique VIII se separara de la Iglesia Católica y obligara al parlamento a nombrarle cabeza de la Iglesia de Inglaterra, dando lugar a la creación de la Iglesia Anglicana. Inicialmente, la Iglesia Anglicana no tenía una doctrina propia, sino que adoptó los principios de la Iglesia Católica, tanto en la organización como en el culto. Pero, tras la muerte de Enrique VIII, el arzobispo de Canterbury introdujo en el anglicanismo algunos elementos de las doctrinas luterana y calvinista.
La Iglesia Católica tardó en reaccionar ante las propuestas reformistas. Al principio se produjeron algunos intentos de reconciliación entre las posturas protestante y católica, pero la intransigencia de unos y otros los hizo fracasar.
La Reforma Católica o Contrarreforma, llamada así por su oposición a las ideas y la doctrina de la Reforma Protestante, tuvo su culminación en el Concilio de Trento, convocado por el Papa Paulo III en 1545 y clausurado en 1563. La asamblea se propuso corregir los errores de los reformistas y, sobre todo, definir la doctrina de la fe católica. Los aspectos más importantes que clarificó el concilio en temas doctrinales y pastorales fueron los siguientes:
El Concilio fue muy importante para la Iglesia Católica porque le proporcionó una nueva imagen a la luz del Evangelio. Sin embargo, no logró restablecer la unidad religiosa y las iglesias reformadas se mantuvieron separadas.