Portada » Filosofía » Análisis de la Justicia en la República de Platón
El texto que analizaremos procede de La República, diálogo de la etapa de madurez de Platón en el que se exponen las principales doctrinas platónicas acerca de la realidad (ontología), el conocimiento (epistemología), el ser humano (antropología), la ética y la política. En este diálogo encontramos la exposición más completa y sistemática de los tres principios que articulan el pensamiento político platónico:
Nos centraremos en un fragmento del Libro IV de La República en el que Platón expone los dos primeros principios mencionados.
En la primera parte del pasaje, Platón define la justicia política como el ajuste de cada ciudadano a la función social para la que está mejor dotado por naturaleza, sin realizar jamás ninguna función que no le competa.
Este principio establece que “cada uno debía de ocuparse de una sola cosa…, aquella para la cual la naturaleza le hubiese dotado mejor”.
Platón considera que la justicia política “consiste en que cada uno haga sólo lo suyo, sin mezclarse en los asuntos de los demás”.
La justicia será por ello aquella cualidad gracias a la cual la Ciudad conserva sus tres cualidades (moderación, valentía y sabiduría) y alcanza su telos o fin, que no es otro que “la ciudad alcance la excelencia”, que logre su bien, esto es, ser buena al máximo.
En la segunda parte, Platón establece un paralelismo entre la justicia de la Ciudad y la justicia del alma (entre la justicia política y ética) afirmando que, de acuerdo con el denominado principio de correlación estructural entre el alma y la Ciudad, “un hombre justo no diferirá en nada de la ciudad justa en cuanto a la noción de la justicia misma, sino que será semejante”.
En virtud de dicho principio, existen en el alma y en la Ciudad tres partes que tienen que cumplir similares funciones:
Platón termina concluyendo que “quien tenga esos mismos tipos en su alma…, será merecedor de recibir los mismos apelativos que la ciudad”. Quiere decir con ello que un alma justa será aquella en la que sus tres partes alcanzan la virtud al cumplir cada una con su función, contribuyendo de este modo al bien (a la justicia) del conjunto anímico: