Portada » Español » Poesía y Teatro Infantil: Guía para la Educación Creativa
El haiku, una forma de poesía originaria de Japón con más de veinte siglos de tradición, tiene sus raíces en la poesía instantánea de origen chino. Se compone de tres versos con una métrica de 5, 7 y 5 sílabas, respectivamente. Además de la métrica, existen cuatro requisitos adicionales:
Los haikus muestran escenas de la naturaleza y transmiten la impresión de lo que el poeta ha contemplado en 17 sílabas, a menudo evocando serenidad y cierta melancolía. El estilo tradicional es simple y natural, sin grandes metáforas, para que nada distraiga al lector de ese instante. Las metáforas que aparecen suelen ser muy sencillas.
Un niño ciego,
guiado por su madre.
¡Cerezo en flor!
La mosca vuela,
tan cerca del estanque.
Lengua de rana.
En la cárcel
Las avispas lloran
lágrimas afiladas.
Avispas lloran
vestidas a rayas.
Negras y amarillas.
Lloran las avispas
si se sienten presas.
La poesía infantil, creada por escritores adultos e intencionadamente dirigida a niños, o disfrutada por ellos incluso sin esa intención inicial, sugiere, despierta y provoca respuestas emocionales. La buena poesía enfatiza la musicalidad a través del ritmo y la rima, y suele ser breve o narrativa para mantener el interés de los niños. El contenido es sencillo pero significativo, relacionado con sus experiencias y el mundo infantil. El lenguaje, rico en connotaciones sensoriales, preciso y vigoroso, está diseñado para evocar imágenes y despertar la imaginación. Los versos son cortos, no superando las ocho sílabas, lo que facilita la memorización y el recitado.
La poesía en el aula presenta varios desafíos. Introduce vocabulario desconocido, por lo que es importante observar cómo los niños responden y asegurar su comprensión del poema. Es necesario ayudarles a interpretar las metáforas y facilitar la memorización de los versos. Además, se debe fomentar la recitación grupal para mejorar su expresión y participación.
En el teatro infantil destacan una serie de elementos esenciales que lo definen: acto, escena, acotación, dramaturgo y apuntador. El acto, dividido comúnmente en tres partes, constituye la base narrativa del drama, mientras que la escena implica un cambio de personajes en la representación. Las acotaciones, a su vez, ofrecen indicaciones precisas del autor sobre el desarrollo de la escena.
El teatro infantil abarca dos categorías fundamentales: obras dramáticas escritas por niños o adolescentes, donde el autor es quien dota de una trama argumental y sentido literario, y textos diseñados específicamente para niños y adolescentes, teniendo en cuenta su audiencia.
El texto teatral se caracteriza por su estilo conversacional, lenguaje sencillo y dinamismo en las situaciones, con la presencia de conflictos e intrigas que mantienen el interés del espectador.
En el teatro, los participantes son actores que siguen un guión fijo con un enfoque en el resultado final de la obra, mientras que en la dramatización, los participantes son jugadores que improvisan, centrando la atención en el proceso creativo en lugar de un producto terminado.