Portada » Filosofía » El Problema del Conocimiento y la Metafísica en Descartes
Descartes, figura clave del siglo XVII, es considerado el fundador de la Filosofía Moderna y principal exponente del Racionalismo. Esta corriente filosófica postula a la Razón, en contraposición a los sentidos, como la única fuente de conocimiento verdadero.
Para Descartes, la búsqueda de un conocimiento cierto e indudable es fundamental. Su prioridad reside en encontrar un método que guíe el razonamiento, compatible con la forma de pensar de la Razón humana.
Descartes analiza el funcionamiento de la Razón, común a todos los hombres, e identifica dos modos de conocimiento seguros: la intuición y la deducción. Su método se basa en cuatro reglas para alcanzar un conocimiento seguro:
Descartes aplica este método y la duda metódica para encontrar una verdad indudable y construir una metafísica cierta. A través de la duda, busca aquello que sea evidente e indudable:
Sin embargo, Descartes afirma que no podemos dudar de que dudamos; al pensar, no podemos dudar de que estamos pensando y, por lo tanto, de que existimos. La primera intuición de una verdad indudable es pienso, luego existo (cogito ergo sum). Existimos como un yo pensante, un cogito, afirmando la existencia de la sustancia pensante (el cogito) como primera verdad indudable.
Partiendo del cogito, Descartes construye una metafísica. El cogito piensa ideas que se dividen en tres tipos:
La idea de Infinito (Dios) no es adventicia ni facticia, por lo tanto, debe ser innata. Aplicando el principio de causalidad, Descartes demuestra la existencia de Dios: la idea de infinito debe ser causada por un ser infinito. Dios existe porque nos ha dado la idea de Dios o de infinito.
Descartes también recurre al Argumento Ontológico de San Anselmo: el concepto de Dios, al implicar perfección, conlleva necesariamente su existencia. De acuerdo con Santo Tomás, Dios debe existir como primera causa incausada. El Dios de Descartes, la sustancia infinita, es infinito, omnisciente, perfecto y bueno.
Dios es la garantía de que a nuestras ideas sobre el mundo exterior les corresponde una realidad extramental, ya que Dios es bueno y no nos engaña. La sustancia extensa, concebida como una máquina, se explica a través del Mecanicismo.
Descartes define tres sustancias:
«Sustancia» se define como aquello que existe independientemente de cualquier otro ser. Solo Dios sería sustancia en sentido estricto, pero la sustancia extensa y la pensante, al ser independientes entre sí, también pueden considerarse sustancias.