Portada » Historia » La Guerra Civil Española (1936-1939): Causas, Desarrollo y Consecuencias
La II República supuso el fracaso del gobierno democrático en España, coincidiendo con los momentos más duros de la crisis del 29, por lo que no contará con los recursos necesarios para llevar a cabo las reformas que pretendía. Las expectativas no cumplidas junto con la oposición de los sectores más conservadores, llevó a una mayor radicalización política y social.
El gobierno del Frente Popular, de febrero a julio del 36, que unía a los partidos de izquierdas, reanuda la reforma agraria, reabre el Parlamento catalán y aprueba los estatutos vascos y gallegos. La derecha se radicaliza en torno al Bloque Nacional de Calvo Sotelo. Con Azaña ya como presidente de la República y Casares Quiroga como presidente del gobierno, aumenta la agitación social, la radicalización en el campo y el anticlericalismo. La Falange es ilegalizada y José Antonio Primo de Rivera encarcelado.
La conspiración militar se remonta al golpe de Sanjurjo de 1932. Azaña había alejado de Madrid a los generales más contrarios a la República, como Franco, quien fue enviado a Canarias, (Mola a Pamplona, Goded a Mallorca y Valera a Cádiz). El asesinato de Calvo Sotelo el 13 de julio del 36 adelanta el golpe de estado. El Alzamiento se inicia el 17 de julio en Melilla y el 18 de julio en la Península. Franco vuela de Canarias a Marruecos. El dominio de Sevilla, Cádiz y Algeciras, permitió trasladar las tropas desde Marruecos. La conspiración fue dirigida por el general Mola, con la intención de poner a su frente a Sanjurjo cuando llegara a España, ya que se encontraba exiliado en Portugal, pero éste muere en accidente aéreo el 20 de julio.
La zona Nacional o Rebelde domina Galicia; Castilla León, Navarra, La Rioja, casi todo Aragón, parte de Andalucía Occidental, norte de Extremadura, Baleares, Canarias, Ceuta y Melilla. En general controlan las zonas rurales y los centros cerealísticos, con sólo dos capitales importantes, Sevilla y Zaragoza.
Cuentan con el apoyo de la UME (Unión Militar Española), Falange, JONS, carlistas (tradicionalistas o requetés), partidos de derecha más o menos vinculados a la CEDA. La Iglesia (menos en el País Vasco) legitima el alzamiento como si fuera una cruzada cristiana. Cuenta con un tercio de la Armada Naval y un cuarto de la Aviación. En total entre 140.000 y 150.000 efectivos.
La zona republicana se extiende por Castilla la Mancha, Madrid, Cataluña, Valencia, Murcia, gran parte de Extremadura, Andalucía Oriental y cornisa cantábrica desde Asturias a San Sebastián. Controlan por tanto las ciudades más importantes, las zonas mineras e industriales y las reservas de oro del Banco de España.
Cuentan con el apoyo de los partidos de izquierdas y los nacionalistas. Aunque surgirán conflictos entre socialistas y comunistas contra los anarquistas, y entre los propios comunistas (los del PCE y los del POUM, Partido Obrero de Unificación Marxista). Les apoya también la UMRA (Unión Militar Republicana Antifascista), dos tercios de la Armada Naval y tres cuartos de la Aviación. Para evitar rebeliones dentro del ejército se licenció a los soldados y se armó a las Milicias Populares, organizadas de forma autónoma teniendo su base en los sindicatos (UGT, CNT, FAI y comunistas) (de ellas salen líderes como Durruti o El Campesino). Actuaron tanto en el frente como en la retaguardia, al margen del poder establecido. En total entre 160.000 y 170.000 efectivos.
En cuanto a la intervención internacional hay que tener en cuenta que nos encontramos en los años previos a la Segunda Guerra Mundial. Las democracias europeas (Francia y RU) en un intento de no provocar o apaciguar a Hitler, acuerdan el Comité de No Intervención, según el cual ningún país debía apoyar, al menos oficialmente, a ninguno de los bandos. Sin embargo, Franco contó con la ayuda en hombres de la Italia de Mussolini (40.000 soldados de la CTV, Corpo de Truppe Volontarie), y con hombres y armas de la Alemania de Hitler (16.000 soldados de la Legión Cóndor). También con el apoyo oficial del Vaticano, quién legitimó la guerra en julio del 37, y el apoyo de la dictadura de Salazar en Portugal. Por su parte, los republicanos reciben la ayuda de la URSS, de la Brigadas Internacionales (entre 40.000 y 100.000 voluntarios de diferentes países) y de forma no oficial de Francia.
En 1936 los nacionales están mejor organizados y cuentan con una jerarquía de mandos más firme, además de unas tropas mejor adiestradas (especialmente el ejército de África). En el norte, Mola desde Pamplona controla Guipúzcoa. En el sur Queipo de Llano desde Sevilla controla Huelva, Córdoba y Granada, mientras que Yagüe ocupa Mérida y Badajoz. El objetivo de Franco era unir la zona nacional norte y sur avanzando por Extremadura y centrarse en el ataque a Madrid. Sin embargo se desvió para socorrer el Alcázar de Toledo defendido por Moscardó. El ataque a Madrid (entre noviembre y diciembre) fue rechazado por el general republicano Miaja, ayudado por las Brigadas Internacionales. Mola incomunicó la franja Asturias-Bilbao. El Frente se fija en el Guadarrama y el gobierno republicano se traslada a Valencia.
En 1937 Málaga es tomada por los italianos. Los nacionales intentan cercar Madrid pero son detenidos en las batallas del Jarama y Guadalajara. Entre abril y octubre del 37 los nacionales toman el Frente Norte. El primer paso fue la conquista de Guipúzcoa, Vizcaya y Bilbao, donde la Legión Cóndor bombardea Guernica. Los republicanos fracasan en Brunete (al oeste de Madrid). En el segundo paso los nacionales toman Santander y los republicanos responden conquistando Belchite pero no logran llegar a Zaragoza. El tercer paso fue la toma de Asturias y Gijón, con lo cual los nacionales se hacen con los recursos mineros e industriales.
En 1938 los nacionales recuperan Teruel y la batalla se centra en el Frente de Aragón (marzo-abril). El objetivo es dividir la zona republicana aislando Madrid de Barcelona por el Ebro. Así caen Lleida y Castellón. La batalla del Ebro (julio-noviembre) fue la más sangrienta. Los republicanos, dirigidos por Vicente Rojo, intentan volver a unir las dos zonas republicanas. Fue una batalla de desgaste con grandes pérdidas donde apenas se movió la línea de frente anterior. Los nacionales estaban dirigidos por Yagüe. En noviembre se retiran de España las Brigadas Internacionales.
En 1939 se produce la ofensiva final sobre Cataluña. Los nacionales toman Tarragona, Barcelona y Girona, alcanzando la frontera con Francia. Manuel Azaña se exilia. En marzo cae Madrid tras el golpe de Estado de Segismundo Casado. Le siguen las rendiciones de Jaén, Ciudad Real, Albacete, Valencia y Murcia. El 31 de marzo ocupan Alicante y el 1 de abril se declara el fin de la guerra.
Mientras se desarrolla la guerra también se da una evolución política en las retaguardias: En la zona republicana, siendo presidente de la República Manuel Azaña, se suceden cuatro presidentes de gobierno: Casares Quiroga, José Giral, Largo Caballero y Juan Negrín. Al principio se formaron comités locales y provinciales que ejercían el poder real junto a las Milicias Populares. Faltaba una auténtica jerarquía militar. Largo Caballero, quien inició la colectivización de la industria y la expropiación de tierras, tenía como objetivo devolver la autoridad al gobierno sustituyendo las Milicias por un ejército regular. El gobierno se apoyaba principalmente en el partido comunista, más disciplinado y respaldado por la URSS. Juan Negrín resta poder a los anarquistas y tiene como objetivo resistir a toda costa confiando en la internacionalización de la guerra ante una próxima guerra mundial. En abril Negrín ofrece a Franco un acuerdo de paz basado en 13 puntos, a final de año lo redujo a 3. Negrín ofrecía amnistía a cambio de preservar la democracia. Franco ni respondió. (entre los puntos se encontraba la amnistía, democracia, sufragio, regionalismo, libertad religiosa y reforma agraria). Negrín confiaba en un armisticio, pero Franco exige la rendición incondicional. En marzo del 39 el general Casado da un golpe de estado adelantando la rendición.
En la zona nacional se formó un primer gobierno en Burgos con la Junta de Defensa Nacional, que reunía a los generales sublevados. El 1 de octubre de 1936 esta Junta proclama a Franco Jefe de Estado y Generalísimo, aunando así el poder militar y civil (“mientras dure la guerra”). En abril del 37 se aprueba el Decreto de Unificación, con el cual se ilegalizan los partidos políticos existentes y se unifican en uno solo, al estilo fascista, llamado FET y JONS (Falange Española Tradicionalista y de la JONS, Junta de Ofensiva Nacional Sindicalista). El jefe del partido es el propio Franco. En marzo del 38 aprueba el Fuero del Trabajo, estableciendo las relaciones laborales dentro de un sindicato vertical y prohibiendo las huelgas.
Las consecuencias de la guerra civil fueron muy diversas.
En conclusión, la guerra civil es el episodio más sangriento de la historia de España, donde de nuevo el ejército protagoniza el cambio político. Para muchos fue un ensayo de la Segunda Guerra Mundial, enfrentándose el bloque fascista contra la URSS. Dará paso a la dictadura de Franco, que se mantendrá hasta 1975.