Portada » Español » Literatura Española del Renacimiento: Siglos XIV-XVI
El Renacimiento, iniciado en Italia en el siglo XIV, se extendió por Europa durante el siglo XVI. Este período presenció el surgimiento del humanismo, una nueva mentalidad que transformó la relación del hombre con la religión, haciéndola más personal. En la segunda mitad del siglo XVI, la Reforma protestante provocó la Contrarreforma católica. Simultáneamente, se consolidó el poder de las monarquías europeas, especialmente la española.
En cuanto a la cultura y el arte, el Renacimiento supuso un renacer del legado de la Antigüedad, con Italia como cuna artística. Se recuperaron las formas artísticas clásicas, buscando la sencillez, el equilibrio y la armonía. El humanismo impulsó avances revolucionarios en la ciencia y la tecnología.
La literatura renacentista experimentó cambios significativos, sobre todo en la poesía:
Siguiendo los pasos de la lírica italiana y de Francesco Petrarca, cuyo Cancionero es su obra más importante, la lírica española adoptó nuevas formas. El Cancionero, dividido en dos partes, relata la historia de amor del poeta con su amada Laura. El tema central es el amor no correspondido, con un estilo que utiliza motivos heredados del amor cortés. La estrofa principal es el soneto.
Garcilaso de la Vega, el primer poeta renacentista español, encarnó el ideal del cortesano renacentista: soldado y poeta. No escribió poesía guerrera ni religiosa. Junto con su amigo Juan Boscán, introdujo los metros italianos en la poesía española.
En la segunda mitad del siglo XVI, destacan dos tipos de poesía religiosa:
Ambas utilizan un lenguaje sencillo.
Fray Luis de León, miembro de la orden agustina y catedrático de Teología en Salamanca, fue detenido por la Inquisición. Tradujo el Cantar de los Cantares y escribió A la salida de la cárcel durante sus cinco años de prisión.
Autor de obras en prosa y verso, y traductor, Fray Luis de León destaca por:
San Juan de la Cruz, miembro de la orden carmelita, estudió Teología en Salamanca y participó en la reforma carmelita junto a Santa Teresa de Jesús.
La épica influyó en la novela de caballerías, pero surgieron nuevos subgéneros:
Tuvo gran éxito, destacando Amadís de Gaula.
Narra los amores de pastores, escrita en prosa e incluyendo poemas. La Diana, de Jorge de Montemayor, es la más representativa.
Protagonizada por una pareja de enamorados que se separa y se reencuentra. Selva de Aventuras, de Jerónimo de Contreras, es un ejemplo.
Recupera temas y personajes de los romances fronterizos, narrando historias de amor. Historia del Abencerraje y la hermosa Jarifa, de autor anónimo, es un ejemplo.
Un subgénero nuevo que marca el inicio de la novela moderna. Lazarillo de Tormes es su obra fundamental.