Portada » Biología » Combustión y centrales termoeléctricas: Impacto ambiental y alternativas
Para que una combustión sea completa, se requiere que la cantidad de aire utilizado tenga el oxígeno necesario para transformar todo el hidrógeno en agua y el carbono en dióxido de carbono.
Si la cantidad de oxígeno empleado es inferior, la combustión se denomina incompleta y se caracteriza por la presencia de cuerpos no totalmente oxidados, como el venenoso monóxido de carbono.
Los óxidos de azufre (SO2 y SO3) son los agentes más habituales en el aire. Proceden de la combustión de combustibles utilizados en la industria y en la calefacción doméstica.
Los óxidos de nitrógeno (N2O5 y N2O3) se encuentran entre los gases emitidos por los tubos de escape de los vehículos a motor.
Todas estas sustancias ácidas forman lo que se ha denominado lluvia ácida.
El dióxido de carbono se origina de la combustión de los compuestos orgánicos e incide en el recalentamiento de la atmósfera, fenómeno conocido como efecto invernadero.
Este exceso de dióxido de carbono en la atmósfera actúa como una pantalla sobre la Tierra, que evita que la energía pueda escapar. La luz visible que llega a la Tierra desde el Sol pierde energía al atravesar la atmósfera terrestre y se transforma en radiación infrarroja.
Se clasifican en:
Se denominan centrales clásicas a aquellas centrales térmicas que emplean la combustión del carbón, petróleo (fuelóleo) o gas natural para generar energía eléctrica. Son las centrales más económicas y rentables, su utilización está muy extendida, a pesar de que estén siendo criticadas debido a su elevado impacto medioambiental.
Son un tipo de central que utiliza gas natural, gasóleo o incluso carbón preparado como combustible para alimentar una turbina de gas. Como los gases tienen todavía una temperatura muy alta, se utilizan para producir vapor que mueve una segunda turbina, esta vez de vapor. Se consiguen rendimientos muy superiores, del orden del 55%.
Tienen una incidencia importante sobre el medio ambiente. Para paliar los daños que estas plantas provocan en el entorno natural, se incorporan a las instalaciones diversos elementos y sistemas.
Impacto ambiental:
Todas ellas emiten a la atmósfera dióxido de carbono (CO2).
Las centrales de gas natural pueden funcionar con el llamado ciclo combinado, que permite rendimientos mayores.