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Formadoras de fibrillas: colágeno tipo I, II y III. Asociadas a fibrillas: tipo XII (al colágeno tipo I) y tipo IX (al tipo II). Formadoras de redes: colágeno tipo IV y VII (de transmembrana).
Fibras elásticas: más delgadas que las colágenas, formadas por 90% de elastina y microfibrillas de fibrilina, fibulina 5 y colágeno tipo VIII. Elastina: 72dK, alto contenido de prolina y valina, desmosina e isodesmosina. La fibrilina 1 sirve como sustrato para la formación de la fibra elástica.
Fibras reticulares: colágeno tipo III, I y cubierta de proteoglicanos.
Células conectivas: propias (mesenquimáticas) y conjuntivas (hematopoyéticas).
Fibroblasto: célula más común y menos especializada; síntesis y mantenimiento de la MEC.
Células mesenquimáticas: presentes en el feto y el adulto, precursoras de fibroblastos, células adiposas, endoteliales y musculares lisas.
Células reticulares: fibroblastos especializados (células estrelladas), secretan microfibrillas de colágeno tipo III, citoplasma eosinófilo, ubicación en médula ósea y órganos linfoides.
Adipocitos: especializadas en el almacenaje de triacilgliceroles, se ubican cerca de vasos sanguíneos y son abundantes en la médula ósea. Células adiposas uniloculares (grasa blanca) y multiloculares (grasa parda).
Células dendríticas: presentadoras de antígenos, captan el material genético por pinocitosis. No linfoides y linfoides.
Célula cebada o mastocito: almacena mediadores químicos de la respuesta inflamatoria. Mastocito del tejido conjuntivo (presente en piel y cavidad peritoneal) y mastocito de la mucosa (en intestino y pulmones). Célula hematopoyética.
Célula plasmática: abundante en inflamación crónica, produce inmunoglobulina.
Leucocitos: llegan al tejido conjuntivo y no regresan a la sangre, excepto los linfocitos.
Tejido conectivo embrionario: mesenquimático y tejido conectivo mucoso (en cordón umbilical y MEC).
Tejido conectivo laxo (areolar): asociado al epitelio de glándulas y rodeando vasos sanguíneos.
Tejido conectivo denso no modelado: gran cantidad de fibras, células escasas, escasa sustancia fundamental.
Tejido conectivo denso modelado: provee máxima resistencia, células y fibras ordenadas en haces paralelos, células comprimidas entre fibras.
Cartílago: tejido avascular compuesto por condrocitos y MEC. Nutrición a través de capilares del pericondrio o líquido sinovial de cavidades articulares.
Principales células: condrogénicas, condroblastos y condrocitos. Matriz producida por condrocitos y tres tipos de moléculas (colágeno, proteoglicanos y glucoproteínas).
Células del tejido óseo: osteoprogenitoras, osteoblastos y osteoclastos.
Periostio: tejido conectivo que reviste un hueso en activo crecimiento. Cuando no se forma hueso, predomina la capa fibrosa; en las articulaciones no hay periostio. Conductos de Volkmann: llevan vasos sanguíneos para la nutrición del tejido óseo. Vasos pequeños en conductos de Havers.
Hueso maduro: osteona o sistema de Havers (unidad estructural).
Hueso inmaduro: tejido óseo que se forma en el feto en desarrollo; en el adulto, se presenta cuando el hueso se remodela.
Osificación: formación del hueso; dos procesos: endocondral e intramembranosa.
Metáfisis: contiene la placa de crecimiento epifisiaria, el sitio de crecimiento del nuevo hueso. Modulación del hueso por acción de osteoblastos y osteoclastos, en la infancia y adolescencia.
Músculo esquelético: voluntario, se fatiga, fibras multinucleadas. Endomisio (fibras reticulares), perimisio (tejido que rodea a las fibras), epimisio (vaina de tejido conectivo denso).
Túbulos T: invaginación digitiforme del sarcolema que penetra en la fibra muscular.
Organización: fascículos, fibra muscular, miofibrillas, miofilamentos (miosina y actina). Unidad funcional: sarcómero.
Filamentos gruesos (banda A): miosina. Filamentos finos (banda I): actina, tropomiosina y troponina (C: TnC fija calcio; T: TnT ancla el complejo troponina; I: TnI).
Proteínas accesorias: distrofina; ayudan a regular el espaciado, la fijación y la alineación de los miofilamentos para la rapidez en la contracción muscular.
El calcio es indispensable para la interacción entre actina y miosina; la entrega y eliminación de este se realiza por el retículo sarcoplásmico y el sistema de túbulos transversos. El saco o cisterna es un reservorio de calcio.
Músculo cardíaco: extremos de fibras contiguas unidas por discos intercalares. Abundantes mitocondrias que se extienden por el sarcómero, al igual que gránulos de glucógeno y lipofuscina.
Disco intercalar: sitio de adhesión especializado entre células contiguas. Tiene retículo endoplasmático (RE) y túbulos T poco desarrollados (un túbulo T por sarcómero).
La fascia adherens sirve para fijar la porción final del sarcómero terminal a la membrana.
Máculas adherens: desmosomas típicos, cohesionan las fibras musculares cardíacas.
La despolarización de las membranas de los túbulos T activa proteínas sensoras de voltaje (“mecanismo de liberación de calcio mediado por calcio”), permitiendo el paso de calcio de la luz del túbulo T al sarcoplasma.
El latido cardíaco se inicia y se regula por células de conducción cardíaca.
Músculo liso: fibras musculares ahusadas con un único núcleo; su citoplasma es débilmente acidófilo y no presenta estriaciones. Fibras inervadas por el sistema nervioso autónomo, es involuntario y su contracción es más lenta. Se desencadena por estímulos nerviosos, hormonales o locales.
Caveolas: en su interior hay una alta concentración de calcio fijado a proteínas.
Filamentos intermedios: desmina y vimentina.
Filamentos finos: actina y proteínas caldesmona y calponina.
MLCK (quinasa de la cadena ligera de miosina): fosforila la porción reguladora de la cabeza de miosina. La disminución de calcio citosólico produce la inactivación de MLCK.
Responde a impulsos mecánicos, despolarizaciones eléctricas y estímulos químicos.
Sistema innato: respuesta rápida, no específica, compuesta por el complemento, macrófagos, neutrófilos y células asesinas naturales (NK).
Sistema inmunitario adaptativo: responde con mayor lentitud, tiene memoria inmunitaria y depende de los linfocitos B y T. Elimina las amenazas de invasores específicos.
El sistema linfoide es responsable de la defensa inmunológica del organismo.
Vasos linfáticos: se parecen a los capilares y venas (microscopía óptica). Los capilares linfáticos no tienen lámina basal. Absorben el líquido intersticial de la matriz del tejido conjuntivo extracelular. Este líquido y los linfocitos son devueltos a la circulación.
Función del timo: maduración y diferenciación de células madre linfoides multipotenciales (provenientes de la médula ósea) en linfocitos T inmunocompetentes. Educación tímica: expresión y desaparición de antígenos CD superficiales específicos.
Capilares: existen diferentes tipos de capilares según el órgano. Algunos tienen un endotelio continuo que no deja pasar nada y forman parte de la mayoría de las barreras del cuerpo. Su diámetro es más pequeño que el de un eritrocito. Forman redes vasculares que permiten que líquidos con gases, metabolitos y productos de desecho atraviesen sus paredes. El endotelio continuo se encuentra en el tejido muscular, los pulmones y el sistema nervioso central, entre otras barreras.
El capilar fenestrado tiene pequeños agujeros que permiten el paso de algunos componentes de la sangre hacia el tejido. Se encuentran en glándulas endocrinas, vesícula biliar y tubo digestivo. Las fenestraciones proveen canales a través de la pared capilar y tienen permeabilidad selectiva, permitiendo el paso solo de algunos compuestos.
Los capilares sinusoidales tienen muchos agujeros y una membrana basal discontinua. Se encuentran en el hígado, el bazo y la médula ósea. Son irregulares e incluyen células especializadas en el endotelio.