Portada » Ciencias sociales » Análisis de Sistemas Económicos y su Impacto Social desde una Perspectiva Ética
La economía es la ciencia que se ocupa de los recursos materiales que el ser humano necesita para vivir: cómo se producen, transforman, comercializan y consumen.
La aparición del capitalismo provocó la ruptura entre economía y ética, al sostener que la vida económica está regida por leyes propias. La economía comenzó a regirse por la eficacia, dejando de lado consideraciones morales.
La finalidad de la producción no es el intercambio de productos ni el poder, sino el servicio al ser humano, teniendo en cuenta sus necesidades. La Iglesia exige humanizar el proceso de producción para que la persona pueda realizar su dignidad humana. La explotación y las brechas sociales son rechazadas por la Iglesia.
La libre competencia del mercado (dentro de ciertos límites) es justa y beneficiosa. La Iglesia defiende el derecho a la libre iniciativa y predica el principio de subsidiaridad: ni el Estado ni la sociedad deben sustituir la iniciativa individual. La subsidiaridad implica que el Estado debe ayudar al cuerpo social sin impedir que las personas hagan lo que pueden realizar por sí mismas. La sociedad es anterior al Estado: el fin del Estado es servirla, no anularla. La crisis del Estado de bienestar se debió a la necesidad de consolidar una sociedad más participativa y fortalecer las instancias del poder democrático.
Es necesario que el mercado y el poder económico sean controlados por el Estado. La libertad debe regularse, no suprimirse. El Estado debe orientar la vida económica mediante leyes y programas que garanticen un bienestar mínimo a través de políticas sociales y una distribución equitativa de la riqueza.
Garantizar las libertades, el crecimiento de la producción, un sistema monetario estable, servicios públicos eficientes y cumplir responsabilidades como educación, salud, justicia y seguridad. También debe garantizar la igualdad de oportunidades y el equilibrio entre los sectores.
El Estado de bienestar ha entrado en crisis por demasiada burocracia e ineficiencia.
La empresa es la unidad económica de producción donde el trabajo y el capital se combinan para producir bienes y servicios y obtener un beneficio. La empresa moderna nació con la Revolución Industrial y evolucionó desde una base capitalista con condiciones inhumanas de trabajo y bajos salarios, a una fase neocapitalista con mejores condiciones laborales, participación en las ganancias y reducción de la jornada laboral. La Iglesia propone estimular el proceso productivo, pero advierte sobre el peligro del poder abusivo de las multinacionales.
Una ideología es un conjunto de valores, criterios y una visión del mundo que orienta a una persona o grupo hacia un proyecto de sociedad. La ideología pretende cambiar, modificar o mantener la realidad según la perspectiva del grupo. Pueden tener efectos perversos cuando esclavizan al ser humano. Ejemplos de ideologías son el liberalismo económico, el marxismo y el nazismo. Con el avance democrático, el pluralismo y la lucha por los derechos humanos, las ideologías totalizantes han entrado en crisis.
El discurso del fin de las ideologías es monopolizado por la concepción neoliberal, presentándola como la única solución a los problemas actuales.
El liberalismo busca asegurar la libertad individual y limitar el poder del Estado. A nivel económico, esto ha llevado a la exclusión social. La búsqueda individualista del lucro es el motivo esencial de la actividad económica y debe regularse por la libre competencia. Actualmente, en muchos países «desarrollados», el capitalismo salvaje no existe debido a la presión de los trabajadores.
El capitalismo no se autorregula ni consigue por sí mismo el bien común, por lo tanto, el Estado debe intervenir en la economía. Se conserva la propiedad privada de los medios de producción, impulsando un capitalismo social o economía mixta para un mayor bienestar social y pleno empleo. En la mayoría de los países desarrollados, con economías orientadas al mercado, los gobiernos han asumido un rol regulador.
Es una doctrina político-económica que intenta retomar el liberalismo económico clásico, adaptándolo a las condiciones actuales (privatizaciones de empresas estatales, estabilidad financiera y monetaria). El neoliberalismo ha provocado empobrecimiento, exclusión social y aumento del desempleo.
La Iglesia ha condenado el capitalismo salvaje porque no se rige por principios morales, sino por el lucro y la ganancia. Es un materialismo individualista que produce progresos técnicos con una desigualdad creciente, donde el más fuerte gana.
El neoliberalismo provoca un creciente empobrecimiento. Aunque pueda ser beneficioso para frenar la inflación y estabilizar la economía, suele deteriorar la vida de los pobres. Sus consecuencias incluyen la desregulación del mercado, el desempleo y la reducción de las coberturas sociales. Esta ideología puede silenciar las voces que van en contra de sus intereses.
Marx criticó los beneficios que obtienen los capitalistas a costa de los trabajadores. Estaba convencido de que la propiedad privada de los medios de producción desaparecería. Los regímenes comunistas han recurrido al terror para mantenerse, y el colectivismo no es una alternativa viable al capitalismo. El marxismo cayó en una visión economicista y materialista del ser humano, con una moral donde todo era lícito si servía a la causa del partido.
Proponen la justicia social y una distribución equitativa de los bienes, al tiempo que denuncian el fracaso de la economía de mercado. Respetan los valores religiosos, la libertad, la democracia y los aspectos positivos del mercado, pero otorgan un rol más preponderante al Estado para que planifique la economía. Con la crisis de las ideologías y un mayor pragmatismo político, las distancias entre la economía social de mercado y los socialismos democráticos se han reducido.
El neoliberalismo se basa en el individualismo (libertad y responsabilidad económica), la aceptación de las desigualdades sociales (iniciativa privada) y las leyes del mercado. Sostiene que el desarrollo económico es independiente del desarrollo social. Atenta contra la dignidad humana, niega la dimensión trascendente del ser humano, rechaza la solidaridad social, desconoce la función social de la propiedad y de la economía, acentúa la división social y concentra el poder económico en pocas manos.