Portada » Francés » Morfología Urbana: Análisis y Evolución de la Ciudad
La morfología urbana estudia la forma externa de la ciudad a través del análisis de diversos elementos:
Es el espacio concreto sobre el que se asienta la ciudad, dependiendo de las características físicas y de la función original.
Es la posición relativa de la ciudad respecto a un entorno geográfico amplio.
Permite conocer la disposición de sus calles como resultado de una evolución histórica. El plano actual está integrado por tramos diversos que condicionan su estructura urbana.
Nos informa también sobre la evolución histórica. Incluye la trama urbana (disposición de los edificios) y la edificación.
Predominante permite determinar la tipología de la ciudad (industrial, administrativa…) y, por tanto, los usos del suelo.
Contribuye a dar forma a la ciudad, influyendo sobre todo en la funcionalidad y la tipología urbana.
Los elementos de la ciudad se distribuyen en el espacio de una forma determinada, configurando el trazado de las calles, que nos permite distinguir formas geométricas características de una época, informándonos sobre su evolución. Tipos de planos:
Característico de ciudades preindustriales, encerradas en murallas y carentes de trazado previo. Calles tortuosas e irregulares, sin orden. Hoy suelen corresponder a los cascos históricos.
Calles que se cortan en ángulo recto formando cuadrículas. Origen en el plano hipodámico de Grecia (Hipódamo de Mileto, siglo V a.C.), usado por los romanos en los campamentos militares. Se generaliza en los ensanches del siglo XIX. Problemas como el encajamiento de los vientos y la difícil incorporación del tráfico rodado.
A partir de un núcleo central se forman círculos concéntricos unidos por calles radiales en forma de estrella. Suele ser espontáneo o deberse a la planificación urbana.
Los elementos urbanos se reparten a ambos lados de una vía de comunicación principal. Se establece una línea de circulación rápida en contacto con el medio natural, situando edificios públicos e industriales a ambos lados y, al lado con escasa profundidad, las viviendas. En España, Arturo Soria lo aplicó en Madrid en el siglo XIX.
Bien determinada por las actividades económicas desempeñadas por los habitantes de la ciudad. Las actividades sirven para satisfacer las necesidades de la ciudad y abastecer al hinterland (zona de influencia) que la rodea. La funcionalidad determina la tipología de la ciudad. Ej: Toledo, Ávila.
Fue una función predominante en ciudades antiguas y medievales (Toledo) que contaron con fuertes murallas. Algunas han desaparecido, otras están en decadencia y solo algunas han tendido a atraer otras funciones, como las industriales o comerciales.
Muchas ciudades surgen en torno a mercados y ferias por los intercambios de bienes y servicios, sobre todo en el Renacimiento urbano bajomedieval. Esta función comercial arrastra actividades derivadas (almacenamiento, conservación…) además de industrias, transporte… que impulsan el crecimiento de la ciudad y multiplican sus funciones.
Afecta al paisaje urbano, aunque no siempre está ligada a la ciudad. Esta actividad atrae población y servicios que condicionan el espacio al necesitar amplias superficies próximas a ejes de circulación. Un tipo es la ciudad portuaria. Ej: Alcoy, Vitoria, Pamplona.
Algunas ciudades están ligadas a la función religiosa al ser centros de peregrinación (Santiago de Compostela), que atraen otros servicios complementarios. En este caso, tienen función religiosa y universitaria (también Salamanca). Ciudades-museo con atracción turística por conjuntos histórico-artísticos (Toledo, Granada). Función turística también en Benidorm o Marbella por el boom turístico.
Situadas en un centro económico o geográfico, adquiriendo el papel de capital regional o nacional. La importancia creciente de la administración aumenta los servicios necesarios. Su importancia, tamaño y poder dependen del peso político. Las pequeñas ciudades se especializan en algo y las grandes son heterogéneas.
La civilización urbana nace en el Neolítico por la agricultura, que posibilita una economía productiva que conduce a nuevas formas de organización social, concentrando a la población de forma permanente en un lugar. Esta revolución urbana comienza en el Creciente Fértil (valle del Tigris, Éufrates y Nilo) hace 5000 años, apareciendo ciudades como Ur y Menfis (poder religioso, político y militar, y centros de intercambio – desarrollo del comercio en torno al Mediterráneo).
Primeras ciudades españolas fundadas por fenicios, griegos y cartagineses. Pocas restos de ciudades prerromanas españolas. Fenicias: Málaga, Sexi. Griegas: Emporion, Rhodas. Íberos: Arse, Ilerda. No hay restos anteriores al siglo VIII a.C. Se caracterizan por la irregularidad del trazado y su ubicación costera.
Los romanos fundaron numerosas ciudades con la expansión, con unas características comunes. Trazado basado en la existencia de dos grandes vías (cardo N/S, decumanus W/E). En el cruce, el foro (centro de la vida económica, política y cultural de la ciudad). En torno a él, los principales edificios (teatros, anfiteatros, termas…). A partir del cardo y el decumanus se trazaban el resto de las calles siguiendo un plano ortogonal, y las calles se cruzan formando ángulos rectos. Se cerraban con murallas por defensa. Hispania fue una de las provincias más romanizadas por el Imperio, importante centro comercial y militar, por lo que había una amplia red de calzadas. Urbes romanas: Emerita Augusta, Tarraco, Barcino, Asturica… La decadencia del Imperio y las invasiones germánicas provocaron un retroceso y la decadencia del urbanismo romano. Algunas ciudades desaparecieron y se volvió al modo de vida rural que deriva en el feudalismo.
En los primeros siglos, las ciudades tuvieron poca importancia respecto al desarrollo. La preocupación por el urbanismo surge a partir de la Baja Edad Media en Europa. En España, en este periodo, conviven dos culturas diferentes con formas de urbanismo distintas (cristiana e islámica). Las huellas de este pasado medieval siguen siendo visibles.
Mitad sur de la Península por la influencia musulmana. Doble función: religiosa y comercial. Plano irregular, calles muy estrechas y algunas sin salida. Ejemplos de la herencia musulmana: Toledo, Sevilla, Córdoba, Granada. Dos partes:
En la Península, zonas repobladas por la Reconquista. Función defensiva y religiosa, apareciendo murallas e iglesias o catedrales (elemento a partir del cual se estructura la ciudad). Por esta función religiosa, muchas ciudades crecieron en la Edad Media, como las que están en torno al Camino de Santiago (León, Santiago, Logroño…). Predomina el plano lineal en torno a la ruta de peregrinación. Generalmente, se utiliza el plano radiocéntrico (Vitoria).
Transformación del espacio interno de las urbes, crecimiento de nuevos barrios o arrabales fuera de las murallas y desarrollo arquitectónico.
Con el fin de la Reconquista y el aumento de la seguridad, surgen barrios extramuros. Además, surgen replanteamientos parciales de los centros urbanos financiados por la Iglesia, los monarcas y la burguesía, transformando la fisionomía de la ciudad. Aparecen plazas mayores. La España del siglo XVI es una época de gran desarrollo urbano, surgiendo ciudades ducales (Gandía), episcopales (Palencia), universitarias (Baeza), comerciales (Madrid). En el siglo XVII, el crecimiento está ligado al comercio con América, surgiendo ciudadelas fortificadas con función militar (Jaca).
En el siglo XVIII, las ciudades se convierten en exponentes del poder de los monarcas absolutos, que buscan la monumentalidad y la uniformidad urbanística, utilizando la línea recta para crear grandes perspectivas urbanas. Los Borbones y el Despotismo Ilustrado impulsan cambios, sobre todo en la capital, embelleciéndola con fuentes, jardines, plazas. Carlos III aplicó las teorías urbanísticas de la época a Madrid (puertas monumentales, paseos ajardinados, fuentes…). También aumentó la preocupación por la calidad de vida (ampliación de cementerios, red de alcantarillado, recogida de basura…).
Crisis en España agravada por la Guerra de Independencia y la pérdida de las colonias americanas. La segunda mitad del siglo XIX se transforma por varios factores:
La estructura y el crecimiento espacial de la ciudad industrial implican el derribo de murallas, la urbanización de nuevos espacios y la transformación de los existentes. También se modificó la organización social de la ciudad. Nueva estructura: