Portada » Ciencias sociales » Historiografía: Corrientes y Conceptos Clave
Kuhn entiende la ciencia como una actividad racional y controlada, con particularidades en cada época histórica. Su enfoque historicista se divide en fases: paradigma, ciencia normal, crisis, revolución científica, y nuevo paradigma.
Entiende el paradigma como una realización científica universalmente reconocida, que durante cierto tiempo, proporciona modelos de problemas y soluciones a una comunidad científica. El paradigma analiza y trata de resolver los problemas científicos que se están investigando para aclarar los posibles fallos del paradigma o ver sus consecuencias.
Braudel propone la idea de una historia total. Le Goff, por su parte, habla de una nueva historia que es global, total, y renueva la historia. Febvre afirma que la historia se hace con documentos y evidencias, incluyendo las no escritas.
La escuela de los Annales propone un paradigma historiográfico que rechaza el hecho histórico positivista, pero no crea una nueva concepción de la historia.
La Historiografía positivista, donde solo se tienen en cuenta los documentos y se rechazan las teorías, es criticada por los Annales.
La escuela de los Annales nació en 1929, y se difundió desde 1950 (IX Congreso Mundial de Ciencias Históricas, en París); prefiere la historia social al positivismo y se interesa por otro tipo de fuentes complementarias.
Bloch, Febvre y E.H.Carr ignoran la aportación de los Annales. La escuela de los Annales se divide en varias épocas: la primera (Bloch, Febvre), la segunda (Braudel, Morazé, Mandrou, con textos metodológicos), y la tercera (Duby, Le Goff, con obras como “Faire de l’Histoire”, y “La nouvelle histoire”, que se centra en la cultura y la historia de las mentalidades).
El Marxismo influye en las ciencias sociales; las relaciones de producción reflejan las fuerzas productivas, dando lugar al cambio histórico.
Dentro del cuantitativismo diferenciamos la cliometría y la historia estructural-cuantitativista, que interpreta el pasado a partir de la economía política, reduciendo la historia a la economía. Fontana da un giro a esta corriente dando lugar al escepticismo y positivismo, provocando desconfianza hacia los planteamientos teóricos. Se vuelve a una historia narrativa, que es neutra, pero no es un gran planteamiento salvo que se sucedan acontecimientos homogéneos. La solución es reunir datos de historia política, social y cultural.
En los años 70, los Annales, el marxismo y el cuantitativismo entran en crisis, y la historia se combina con otras ciencias.
El Postmodernismo prioriza la narración y el relato, dando lugar a otros caminos distintos de la historiografía, y la respuesta a la crisis se encuentra dentro de la historiografía.
El postmodernismo afirma que la humanidad evoluciona a través de la racionalidad, el conocimiento científico y la historia, y no a partir del pensamiento ilustrado.
Aróstegui propone tres formas nuevas de historiografía: Microhistoria, nueva historia cultural, y ciencia histórica socioestructural. Fontana también añade la historia narrativa.
Nace en Italia en los años 70 con autores como Giovani Levi y Carlo Ginzburg. En Alemania aparece la historia de lo cotidiano.
La Microhistoria se propone estudiar fenómenos socio-antropológicos en su vertiente histórica a escala muy pequeña de observación, para establecer tipos o modelos y posteriormente pautas para generalizarlos (macrohistoria). La microhistoria intenta comprender el funcionamiento de las estructuras.
La contribución de la microhistoria es la renovación de la historia local, pero sin extrapolación de datos; no se puede reconstruir la realidad histórica. No se ha convertido en un paradigma ni en una escuela, y ha recibido críticas negativas y positivas. Fontana la critica y considera que la narración lleva a la literatura.
Surge en los años 80. El nombre fue dado por R. Darnton, pero quien impulsa la corriente es Lynn Hunt, que toma aspectos de la vieja historia cultural y de la historia social, fundamentalmente de las estructuras sociales.
No ha tenido éxito como corriente, es una tendencia muy ambigua que no ha marcado sus objetivos y sufre la influencia de otras disciplinas como la antropología lingüística.
Es la nueva historia social. En ella han influido la sociología histórica y la historia social.
Es un tipo de historia con una inequívoca pretensión científica. Rechaza las tendencias postmodernistas. Su máximo difusor es C. Lloyd.
Lo importante es hacer un tipo de historia en el que tenga lugar un cambio social estructural. Tienen importancia la estructura y el sujeto.
Según Fontana, la historia narrativa no tiene mucho sentido porque lo importante es el buen estilo, no el rigor científico.
La vieja idea de hecho histórico era la del Positivismo. Según los positivistas, el historiador perseguía hechos en bruto. Los hechos históricos eran documentos.
Esto cambió con los Annales y con la obra “Combates por la Historia” de Febvre, que define cómo cambia el concepto de hecho histórico. Febvre dice que la historia es ciencia del hombre y de los hechos humanos. Dice que hay que usar todos los textos, no solo los documentos de archivo. También valora el uso de otras disciplinas: estadística, geografía, psicología, demografía.
Arostegui, al hablar del hecho histórico, señala tres categorías que permiten dar cuenta del movimiento histórico:
Pierre Vilar la define como marcos de larga duración, en los que se inscribe la historia. También puede entenderse como un sistema de relaciones estables que permiten prever las reacciones y movimientos de una economía, o como las interconexiones profundas que existen en la realidad histórica, que puede ser permanente o cambiante, como señala Eiras Roel.
Es el modo de producción capitalista, y aparece en el marxismo; genera contradicciones (crisis o lucha de clases).
La estructura se utiliza para hacer referencia a lo que permanece, y solo cambia muy lentamente. Hay que tener en cuenta estructuras de todo tipo para estudiar un sistema.
Es el conjunto de las condiciones articuladas entre sí que caracterizan un momento histórico. Hace referencia a un cambio. Las coyunturas se generalizan, y se hacen más cortas a medida que avanza la historia.
El economista busca las causas, y el historiador busca causas y consecuencias de las coyunturas para reconstruir la historia.
Arostegui define la historia como un atributo o propiedad de las cosas, especialmente de los seres humanos, porque todo queda dentro de ella, y todo puede cambiar. Para él, la sociedad humana es una realidad en el tiempo, pero en el tiempo las cosas cambian, por lo que tener historia es tener cambios y permanencias.
Braudel diferencia tres tipos de tiempo: corto (acontecimientos, sucesos), medio (coyunturas), y largo (estructuras). Braudel distingue dos aspectos fundamentales en el tiempo histórico: el orden de los cambios, y el tiempo que pasa entre un cambio y otro.