Portada » Filosofía » Comparativa entre Platón, Aristóteles, Nietzsche y Ortega y Gasset
Platón y Parménides no habían considerado los sentidos en su teoría del conocimiento. La teoría aristotélica, en cambio, va a ser empirista. Si, como hemos visto en la metafísica, solo podemos afirmar la existencia del mundo material que nos rodea, los sentidos desempeñan una función muy importante en el proceso de conocimiento. Aristóteles se siente convencido de que la realidad la podemos conocer, lo cual es una tesis contradictoria a la tesis platónica. Para Aristóteles, todas las cosas están formadas por materia y forma. No desprecia los sentidos; Aristóteles afirma que el conocimiento comienza por los sentidos y continúa por el pensamiento. Para él, los sentidos son siempre una posibilidad de conocimiento.
Según Aristóteles, sentir consiste en captar la forma del objeto, pudiendo decir que el objeto se encuentra dentro de los sentidos del sujeto. Después de esta percepción de lo individual, llevada a cabo por los sentidos, el entendimiento convierte el conocimiento concreto en universal. La acumulación o ganancia de experiencias ofrece al entendimiento comenzar un proceso inductivo que desemboca en la esencia universal común. No hay conocimiento posible sin sensación; el entendimiento debe ir siempre acompañado de imágenes sensibles. Los sentidos captan lo particular y el entendimiento eleva ese conocimiento a la categoría universal.
La concepción aristotélica de la realidad ha planteado diversos problemas. Son apuntes para sus clases utilizando más la expresión «filosofía primera» que «metafísica», cuyo objeto sería el ser en cuanto ser y sus atributos esenciales. Dicha filosofía aspira al conocimiento de todo lo que es, estudia todos los seres de la forma en sí, comparten alguna característica en común: el que son. Para Aristóteles, el ser es sustancia, todo individuo concreto, rechazando los dos mundos de Platón. Hay dos tipos de sustancia: la primaria y la secundaria.
La sustancia es un conjunto inseparable de forma y materia. La primera es la esencia de la cosa, la segunda la de la especie, pero si quiere existir necesita materializarse. No puede haber materia sin forma y tampoco al contrario, pero la forma tiene más importancia que la materia, ya que es al mismo tiempo esencia y naturaleza.
Dentro de cada sustancia hay acto (lo que ya es) y potencia (lo que puede llegar a ser). Hay dos tipos de potencia: activa del agente (energeia) y pasiva de quien recibe la acción (entelecheia).
Nietzsche participó en la guerra mostrándose crítico con ese acontecimiento. Presenta una inclinación al romanticismo y un pasado glorioso. La expansión del capitalismo es el triunfo de una civilización en declive. Asume una posición crítica ante el socialismo. Recibe como influencia a un filósofo alemán. Admira la tragedia griega y la filosofía presocrática. Es importante el materialismo histórico de Marx; la filosofía positivista inglesa y francesa son sus puntos de ataque.
Dos periodos: perspectivismo y raciovitalismo.
El perspectivismo es lo más importante, la piedra angular de la teoría del conocimiento con el que se opone al racionalismo o idealismo, como al realismo.
Contra el idealismo afirma que el sujeto o individuo no es el eje sobre el cual gira la realidad. Contra el realismo afirma que el sujeto no es un simple trozo de la realidad concreta que vive aquí y ahora, es una vida.
Ambos pensaban que el alma tenía tres partes y que pertenecía al mundo inteligible, pero para Platón el alma era eterna, inmortal, y para Aristóteles el alma no es eterna, pues es una «forma», es mortal.
Para Platón, la sociedad ideal es aquella en la que cada clase de la misma cumple la función que le corresponde a la parte del alma que ellos tienen. Habrá tres clases sociales, empezando por la más baja:
Platón piensa que una persona que llega al conocimiento de la idea de bien es una persona sabia. Una persona sabia será una persona virtuosa, y como la virtud máxima es la justicia, será también una persona justa. Para ser justo hay que conseguir dominar la parte irascible y la concupiscible del alma mediante la razón, haciéndoles llegar a la fortaleza y a la templanza respectivamente, y alcanzando así un estado de armonía entre las tres partes.
A los dos autores podemos encuadrarlos dentro de la nueva «Filosofía de la vida». La vida es para ambos la esencia última de la realidad. Para Nietzsche, la vida es considerada desde una perspectiva biológica como impulso instintivo, mientras que para Ortega la considera como biografía. Para Nietzsche, la facultad racional no puede penetrar en la esencia básica de la vida, caracterizada como cambio, devenir y desarrollo. Al dejarnos guiar por la razón y despreciar los instintos, estamos despreciando, a su vez, la vida. Para Ortega, mientras tanto, la razón es una facultad humana indispensable, ya que es necesaria para analizar las circunstancias que a cada uno nos rodea, dar sentido a nuestra vida y plantearnos nuestro proyecto vital. Para Ortega, el tiempo solo puede ser entendido de un modo lineal, en el cual los acontecimientos pasados son irrepetibles. Para Nietzsche, el tiempo es entendido de una manera cíclica como Eterno Retorno. Para él, todos los acontecimientos pasados, presentes y futuros están condenados a repetirse eternamente.