Portada » Educación Artística » Conceptos Clave del Arte Contemporáneo: Del Impresionismo al Surrealismo
El arte abstracto es un arte no figurativo, es decir, no hace referencia a la realidad. Sostiene que un conjunto de líneas, colores y formas puede expresar emociones y sentimientos. Su origen se remonta a los años veinte y se pueden diferenciar dos estilos:
La Bauhaus fue una escuela fundada por Walter Gropius en Weimar en 1919 y trasladada a Dessau en 1925 por Mies Van der Rohe. Su programa se basaba en desarrollar todas las disciplinas artesanales y artísticas, respondiendo a las necesidades e influencias del mundo industrial moderno. Defendían que un buen diseño debía ser estéticamente agradable y técnicamente satisfactorio: bello y práctico. Buscaban que la belleza fuera accesible a todas las clases sociales, haciendo hermosos y asequibles los objetos cotidianos gracias a la producción industrial. Además de escultura, pintura y arquitectura, se impartían clases de artesanía y diseño industrial. Ejemplo: Edificio de la escuela Bauhaus (1919).
El cubismo es un estilo artístico que se desarrolla entre 1907 y 1914, con Pablo Picasso y Georges Braque como principales fundadores. Picasso, en su obra Las señoritas de Avignó (1906-1907), iniciadora del estilo, trataba las formas de la naturaleza mediante figuras geométricas, representando todas las partes de un objeto en un mismo plano. La representación del mundo dejaba de tener compromiso con la apariencia real. Picasso crea dos tendencias:
El cubismo deriva del postimpresionismo de Cézanne.
El expresionismo es un movimiento artístico de finales del siglo XIX, opuesto al realismo impresionista. No busca imitar o interpretar la realidad, sino expresar los sentimientos del artista, las angustias del hombre contemporáneo. Deriva del postimpresionismo de Van Gogh. Su principal representante fue el noruego Edvard Munch (El Grito, 1893).
El modernismo, surgido a finales del siglo XIX, recibe diferentes nombres según el país: Art Nouveau (Bélgica y Francia), Modern Style (Inglaterra), Secesión (Austria), Jugendstil (Alemania), Liberty o Floreale (Italia), y Modernisme o Estil modernista (Cataluña). Se inspira en la naturaleza e incorpora novedades de la revolución industrial. En arquitectura, es frecuente el uso del hierro y el cristal. Es una reacción a la estética de la arquitectura en hierro y al «feísmo industrial». Su objetivo es democratizar la belleza, dando valor estético a objetos cotidianos y haciéndolos accesibles a toda la población (socialización del arte) gracias a la producción masiva. El modernismo no se limita a las artes mayores, sino que también se encuentra en el diseño de mobiliario y objetos cotidianos. Su principal representante es Antoni Gaudí (Sagrada Familia, 1882-actualidad).
El neoclasicismo, desarrollado a finales del siglo XVIII y principios del XIX, se inspira en el arte clásico. Surge como reacción a los excesos decorativos del Barroco y el Rococó. Los artistas neoclásicos buscan reemplazar la sensualidad y la trivialidad del rococó por un estilo austero y racional, que defiende la vuelta a los valores, la serenidad, el equilibrio y la mesura de la época clásica. Los gobiernos republicanos de Francia y América del Norte adoptaron el neoclasicismo arquitectónico como estilo oficial, relacionando la democracia con la antigua Grecia y la República romana. Su principal representante fue el francés Jacques-Louis David (El juramento de los Horacios, 1784).
El Pop Art, nacido en EEUU en los años 50, utiliza imágenes de la cultura de masas. Algunos artistas reprodujeron latas de cerveza o sopa, tiras de cómic, señales de tráfico y otros objetos similares en sus pinturas, collages y esculturas. Otros incorporaron estos objetos cotidianos a sus obras, a veces modificados. Los materiales de la tecnología moderna, como el poliéster, la gomaespuma o la pintura acrílica, ocuparon un lugar destacado. Entre sus artistas más famosos se encuentran Andy Warhol y Roy Lichtenstein. Ejemplo: Sopa de lata Campbell (1962) de Andy Warhol.
El postimpresionismo engloba los estilos pictóricos que sucedieron al impresionismo en Francia entre 1880 y 1905. Reaccionaron contra el deseo de reflejar fielmente la naturaleza y experimentaron con nuevas formas de expresión más personales, que darían origen a las vanguardias. Van Gogh, Cézanne y Gauguin son algunos de sus representantes. Ejemplo: Los girasoles (1888) de Van Gogh.
El puntillismo, también llamado neoimpresionismo, es una técnica pictórica que aplica los principios del divisionismo (aplicación de colores puros, sin mezcla). Actúa por yuxtaposición de colores, sin mezclarlos en el cuadro. Al contemplar las obras desde cierta distancia, las pequeñas manchas se funden en un solo campo de color y reproducen los efectos lumínicos. Se basaron en las teorías del color de Chevreul, según la cual el contraste de colores complementarios yuxtapuestos (rojo-verde, amarillo-violeta, azul-naranja) provoca las diferentes intensidades y tonos de color. Georges Seurat y Paul Signac son sus principales representantes. Ejemplo: Domingo en la Grande Jatte (1884) de Seurat.
El realismo intenta reproducir fielmente la realidad. Con frecuencia, se usa para describir escenas de la vida de las clases humildes, con cierta crítica social, o temas atrevidos que escandalizaban a la sociedad burguesa. Ejemplos: Buenos Días (1854) de Gustave Courbet y Las espigadoras (1857) de Millet.
El rococó, estilo recargado de la época de Luis XV (mediados del siglo XVIII), se caracteriza por una ornamentación elaborada, delicada y recargada, con arabescos, conchas marinas, curvas sinuosas y asimetría. En pintura, se distingue por el uso de colores pastel. Se difundió por otros países europeos, como Alemania y Austria. Ejemplo: El columpio (1767) de Fragonard.
El romanticismo, movimiento cultural de la primera mitad del siglo XIX, reaccionó contra el academicismo y el neoclasicismo, prestando atención a los temas medievales. Mientras que el arte clásico y neoclásico es claro y completo en su expresión, el arte romántico expresa estados de ánimo y sentimientos intensos, eludiendo la claridad. Se inspira en el pasado medieval y en las culturas exóticas para huir de la realidad. Sus representantes más destacados fueron pintores como Théodore Géricault y Eugène Delacroix. Ejemplo: La balsa de la Medusa (1819) de Géricault.
El surrealismo, tendencia literaria y artística nacida en Francia hacia 1924, se caracteriza por sus imágenes inspiradas en el mundo de los sueños y el subconsciente, influenciado por las ideas de Freud, como una forma de huida de la realidad. Salvador Dalí, Joan Miró y Max Ernst son sus principales representantes. Ejemplo: La persistencia de la memoria (1931) de Dalí.