Portada » Economía » Activos de Deuda: Guía Completa de Corto, Medio y Largo Plazo
Los productos financieros de deuda se conocen como productos o títulos de renta fija. Se llaman así porque los intereses pactados en la emisión suponen una renta asegurada para el poseedor de los activos. La renta fija contrasta con la renta variable que producen los dividendos de las acciones. Su cobro y cuantía dependen del nivel de beneficios de la sociedad que los paga y del acuerdo que la junta general de accionistas adopta para su reparto. La vida de los títulos de renta fija es el periodo que transcurre entre la fecha de su emisión y la de su vencimiento o amortización. En los de corto plazo este periodo oscila entre unos pocos días y 2 años o 2 años y medio. Entre estos títulos destacan las letras del tesoro emitidas por la Dirección General del Tesoro y los pagarés financieros o de empresa.
Según el plazo de emisión, se pueden distinguir 4 tipos de letras: las que vencen a 3 meses, las que vencen a 6 meses, las que se amortizan a 12 meses y las que tienen un plazo de vida de 18 meses. Las letras del tesoro tienen un valor nominal de 1.000 € y se emiten al descuento, de modo que el suscriptor de estos títulos desembolsa una cantidad inferior a dicha cifra y a su vencimiento recupera 1.000 €. Si el título se vende en el mercado secundario antes de su vencimiento, los intereses percibidos serán la parte proporcional correspondiente al periodo que dure la inversión.
El importe que se desembolsa en la suscripción de una letra del tesoro se calcula dependiendo del plazo de vencimiento:
En las subastas de letras hay 2 tipos de ofertas: competitivas y no competitivas. En las competitivas quien desea suscribir, indica el precio al que está dispuesto a adquirir los títulos y en las no competitivas quien desea suscribir no señala el precio, de forma que sus adquisiciones se hacen al precio medio ponderado.
Los pagarés financieros o de empresa son títulos de renta fija producto de empréstito a corto plazo. Diversas empresas emiten pagarés con plazos de vencimiento que oscilan entre unos pocos días y 2 años o 2 años y medio. Los pagarés tienen un funcionamiento similar al de las letras del tesoro: se emiten al descuento. Los pagarés de empresa se suelen crear bajo programa de modo que la entidad que los pone en circulación mantiene un saldo vivo de pagarés durante un determinado periodo de tiempo, por consiguiente, los títulos que vencen se sustituyen por otros de nueva emisión. Esto se conoce como programa de pagarés y equivale a conseguir un crédito rotativo por el importe del saldo vivo del empréstito. Otra forma de poner pagarés en el mercado primario consiste en realizar una emisión numerada por importe cerrado. Una vez colocados los títulos comienzan su vida y se amortizan a su vencimiento. Los establecimientos financieros de crédito, los bancos y cajas de ahorros, así como las grandes empresas de servicios suelen recurrir a las emisiones de pagarés para obtener fondos ajenos con los que financiarse. La colocación de estos títulos en el mercado primario suele hacerse a través de intermediarios financieros o a través de las oficinas de la entidad emisora. El plazo de vencimiento de los pagarés, su nominal, el tipo de interés… dependen de las condiciones de la emisión, que se anuncian en el folleto informativo que obligatoriamente deben depositar las compañías emisoras en la CNMV. Si un adquiriente de pagarés en el mercado primario desea venderlos antes de su vencimiento tiene que acudir al mercado secundario.
Esquema pág. 57
Los activos de deuda a medio y largo plazo se conocen genéricamente como bonos. Se incluyen en el medio plazo los títulos cuyo vencimiento supere los dos años y medio y no alcance los diez. Los activos a largo plazo son aquellos con un plazo de vida de diez años o más y los de deuda perpetua.
Tanto la forma de emisión como la de amortización o cobro de intereses (cupones) de estos títulos dependen de las características que establezca la entidad que crea el empréstito:
Para calcular el porcentaje de rentabilidad que se obtiene de la inversión en activos de deuda a medio y largo plazo se pueden adoptar diferentes estrategias: por la expresión R=I/(C*T)*B o por la expresión:
La Dirección General del Tesoro emite dos modalidades de títulos de deuda pública a medio y largo plazo. Los primeros se denominan bonos del Estado y los segundos, obligaciones del Estado. El Tesoro puede crear bonos con una vida de entre dos y cinco años y obligaciones a un plazo superior. No obstante en el año 2005 los bonos del Estado se emitían a 3 y 5 años mientras que las obligaciones del Estado tenían vencimientos a 10, 15 y 30 años. El valor nominal de los bonos y de las obligaciones del Estado es de 1.000 €. Salvo que la DGT determine otra cosa, estos activos se ponen en el mercado primario según los mismos procedimientos que las letras, normalmente a través de subastas, pero con una particularidad: después de la misma se abre un plazo para que quien desee pueda suscribir dichos títulos al precio medio fijado en la subasta. Los bonos y obligaciones del Estado se emiten con el tipo de interés que determine el mercado. Los intereses de estos títulos son explícitos y se abonan mediante cupón al final de cada periodo anual.
Los empréstitos privados a medio y largo plazo adoptan diversas formas y los títulos emitidos reciben diferentes denominaciones:
La inversión en activos financieros está sometida a tres tipos de riesgos.
Las obligaciones y bonos hipotecarios se consideran seguros. La entidad que los emite responde del pago de intereses y de la devolución de los fondos recibidos con la garantía de bienes inmuebles hipotecados por un valor superior al de los títulos puestos en circulación. En otros empréstitos, el nivel de riesgo depende de la estabilidad financiera de la entidad emisora. Para que el inversor evalúe el nivel de riesgo de crédito que desea asumir, existen compañías internacionales dedicadas a valorar la calidad de crédito de los emisores de títulos y de sus correspondientes emisiones. Son agencias de rating. Su valoración es necesaria para las entidades que quieren colocar sus productos de deuda en mercados internacionales y para dichos productos. Para calificar el riesgo de crédito de los activos se tienen presente tanto las cuentas de la entidad emisora como la idoneidad de su gestión y sus expectativas. Entre las empresas de rating destacan dos: Standard & Poor’s y Moody’s. Establecen una escala de mayor a menor seguridad basada en la combinación de letras y signos.
Escala | Significado |
---|---|
AAA | Máxima seguridad |
BBB+, BBB, BBB- | Nivel de seguridad medio |
D | Situación de insolvencia |
Escala | Significado |
---|---|
Aaa | Máxima calidad crediticia |
Baa1, Baa2, Baa3 | Nivel de seguridad medio |
CaD | Situación de insolvencia |
En condiciones económicas normales el valor de los títulos de renta fija en el mercado secundario, oscila de forma bastante moderada, y su volatilidad se origina por variaciones en los tipos de interés. Esto se debe a que un descenso de los tipos del mercado primario supone un incremento de los precios de los títulos de renta fija que cotizan en el mercado secundario, ya que éstos producen un tipo de interés mayor que los procedentes de nuevas emisiones que se encuentren a un tipo más bajo.
Si los tipos de interés son relativamente estables, los activos de renta fija de elevado rating son una inversión conservadora que no produce grandes beneficios, pero que tiene escaso riesgo de tipo de interés. Este riesgo es menor cuanto más corto sea el plazo de colocación del capital, puesto que hay menos posibilidades de verse obligado a recuperar los fondos antes del vencimiento de los activos. En consecuencia, las Letras del Tesoro o los pagarés emitidos por empresas muy solventes son una inversión adecuada para colocar dinero a corto plazo. La inversión en bonos y obligaciones interesa cuando se espera una disminución de tipos de interés y se desaconseja, salvo que se mantengan los títulos hasta el vencimiento, cuando tienden a subir. No obstante, si las oscilaciones de tipos no son muy acusadas, la volatilidad es escasa, y su riesgo, pequeño.
Las cesiones temporales de activos o repos son una inversión mediante la cual una persona o entidad incorpora a su cartera, durante cierto tiempo, títulos de otra. El propietario de los activos los cede temporalmente a un inversor que desea colocar su dinero a corto plazo. El cedente recibe fondos líquidos del inversor y se compromete a reembolsar el dinero al readquirir los títulos al vencimiento o cuando quien los posee quiera deshacerse de ellos. Mediante esta operación, quien adquiere temporalmente los títulos obtiene una rentabilidad de su dinero superior a la que le produciría si lo mantuviese en una cuenta bancaria. Al mismo tiempo, mantiene gran liquidez, pues los repos a plazo no suelen superar los doce meses y en los repos a la vista se recupera el dinero en cualquier momento. Por su parte, el cedente de los títulos consigue liquidez y rentabilidad. La liquidez se origina porque se obtiene dinero mediante la cesión de un activo, a medio o largo plazo. La rentabilidad se consigue por varias vías: diferencias entre los precios de cesión y readquisición de los títulos, comisiones cobradas por la operación, reinversión a mayor tipo de interés del dinero conseguido…