Portada » Historia » Análisis de la Antigua Grecia: Poder, Traición y Reconciliación en Atenas
Este texto narra un periodo tumultuoso en la historia de Atenas, posterior a la Guerra del Peloponeso. Tras la derrota ateniense, se instauró un gobierno oligárquico conocido como los Treinta Tiranos, apoyado por Esparta. El texto describe las luchas de poder, la resistencia del pueblo ateniense desde el Pireo y el eventual camino hacia la reconciliación.
«Pero cuando comenzaron a deliberar como podrían servirse de la ciudad como quisieran primero para ello enviaron a Lacedemonia a Esquines y a Aristóteles y convencieron a Lisandro de que él enviase unas tropas para ayudarles, hasta que restablecieran el gobierno desembarazándose de los malvados. Y ellos se comprometieron a mantenerlo.»
Este fragmento revela la génesis del régimen de los Treinta Tiranos. Un grupo de atenienses, buscando el poder, solicita el apoyo de Esparta para derrocar el gobierno democrático existente. La promesa de «restablecer el gobierno desembarazándose de los malvados» es una retórica común utilizada para justificar la toma del poder.
«Convencido éste, consiguió que les enviaran unas tropas y al gobernador Calibio. Ellos cuando tuvieron la tropa, alabaron a Calibio con mucha servidumbre, para que lo aprobara todo lo que hacían, y este les enviaba las tropas a ellos que querían, no sólo detenían a los malos ni a los pocos dignos sino incluso a quienes consideraban que no soportaban ser rechazados sobretodo, si intentaban oponerse a algo tomarían el mayor número de simpatizantes.»
Lisandro, convencido por las promesas de los oligarcas atenienses, envía tropas espartanas bajo el mando de Calibio. El texto destaca la sumisión de los oligarcas hacia Calibio, buscando su aprobación para consolidar su poder y eliminar cualquier oposición.
«Y los 30 marchaban a Eleusis; y los 10 con los caballeros estaban al frente de los habitantes de la ciudad y sobretodo de los que alborotaban y desconfiaban los unos de los otros. Y los caballeros dormían en el Odeón, tenían los caballos y los escudos, y por desconfianza inspeccionaban desde el atardecer con los escudos bajo la muralla y al amanecer con los caballos, siempre temiendo que algunos de los del Pireo se lanzase contra ellos.»
La resistencia al régimen de los Treinta Tiranos se concentra en el Pireo. El texto describe la paranoia y la desconfianza que reinaban en Atenas, con los oligarcas temiendo un ataque desde el Pireo.
«Estos siendo ya muchos y de muchas clases, hacían armas, unos de madera, otros de mimbre y las pulían. Antes de que fueran 10 días, dieron garantías, a los que lucharán como aliados, aunque fueron extranjeros, de tener igualdad en los tributos, muchos hoplítas hacían salidas y muchos soldados ligeros; alrededor de 70 jinetes estaban con ellos; hacían expediciones y tomaban maderas y frutos, y dormían de nuevo en el Pireo.»
La resistencia en el Pireo se fortalece, atrayendo a diversos grupos, incluyendo extranjeros. El texto resalta la determinación de los rebeldes, fabricando armas y organizando expediciones.
«De los que estaban en la ciudad, ningún otro salía con las armas sino los caballeros a veces y cogían ladrones del Pireo, y dañaban su propia falange. Encontraron por casualidad algunos de los exoneos que iban hacia sus campos por provisiones; y Lisimáco, el jefe de la caballería los decapitaba, aunque suplicaban muchos y muchos de los jinetes lo llevaban mal.»
Este fragmento ilustra la brutalidad del régimen de los Treinta Tiranos, ejecutando incluso a ciudadanos que buscaban provisiones. La crueldad de Lisimáco, jefe de la caballería, genera malestar entre sus propias filas.
«Los del Pireo mataron en represaría a Calistráto de la tribu Leontide de los caballeros que cogieron en el campo. Y entonces ya tenían muchos ánimos, de manera que atacaron la muralla de la ciudad. Aunque es preciso decir esto del constructor de máquinas de la ciudad, este cuando se dio cuenta de que estaban apunto de aplicar las máquinas en el camino de Liceo, ordenó que todos los carros llevaran piedras enormes y las esparcieran cada uno en donde quisiera del camino. Porque esto ocurrió, cada una de las piedras ocasionó muchos problemas.»
La resistencia responde a la violencia de los Treinta con acciones propias, matando a Calistráto. El asedio al Pireo se intensifica, con los rebeldes utilizando máquinas de guerra. El texto describe las tácticas defensivas empleadas por los oligarcas.
«Los eforos y los miembros de la asamblea habiendo escuchado a todos estos, enviaron 15 hombres a Atenas, y les ordenaron que con Pausanias hicieran un pacto en las mejores condiciones que pudieran. Estos hicieron el pacto de manera que por una parte mantuvieran la paz los unos con los otros, por otra parte cada unos de ellos se marchase a su casa excepto los 30 y los 11 y los 10 magistrados del Pireo. Si algunos de los de la ciudad tenían miedo, se decidió que fueran a vivir a Eleusis.»
Esparta, buscando la estabilidad en Atenas, interviene y envía a Pausanias para negociar un acuerdo de paz. El acuerdo permite el regreso de los exiliados y el establecimiento de un nuevo gobierno.
«Terminadas estas cosas Pausanias por una parte licenció al ejército y por otra parte los del Pireo subieron con las armas a la Acrópolis e hicieron un sacrificio a Atenea. Cuando los estrategos bajaron, allí Trasíbulo dijo.»
Con la paz establecida, los demócratas regresan a Atenas y celebran su victoria con un sacrificio a Atenea en la Acrópolis. Trasíbulo, líder de la resistencia, se dirige al pueblo.
«Oh ciudadanos! Yo os aconsejo que os conozcáis. Sobretodo os podéis conocer, si reflexionáis acerca de que os sentís más orgullosos, de manera que intentéis gobernarnos. Quienes son más justos? Por una parte el pueblo siendo más pobre que vosotros nunca os ofendió por causa de las riquezas pero por otra parte vosotros siendo más ricos que todos habéis hecho cosas terribles por causa de la avaricia. No os pertenece nada de la justicia considerad si por la valentía podéis sentiros más orgullosos.»
Trasíbulo insta a la reflexión y a la reconciliación. Cuestiona la legitimidad de los oligarcas, destacando su avaricia y su injusticia en contraste con la pobreza y la resistencia del pueblo.
«Y que juicio acerca de esto es mejor que cuando luchamos los unos con los otros? Sin embargo diréis que sois mejores en inteligencia, vosotros que tenéis la muralla, las armas, la riqueza y los aliados del Peloponeso, habéis sido rodeados por quienes no tienen nada de esto? Sin embargo creéis que sois más orgullosos frente a los Lacedemonios? ¿Cómo, estos, os entregan, como perros que muerden atados con una cadena, y de esta manera se marchan y os dan a vosotros este pueblo ofendido?»
Trasíbulo continúa su discurso, resaltando la valentía del pueblo que, a pesar de su inferioridad material, logró resistir y vencer a los Treinta Tiranos. Cuestiona la supuesta superioridad de los oligarcas, quienes fueron abandonados por sus aliados espartanos.
«Sin embargo, ciudadanos, yo os pido que, no transgredías ninguna de las cosas que jurasteis, sino que además de otras cosas buenas mostréis esto, que sois honrados y fieles a lo jurado. Habiendo dicho esto y otras cosas semejantes, y que no debían vivir en anarquía, sino utilizar las leyes más antiguas, disolvió la asamblea.»
Trasíbulo hace un llamado a la unidad y al respeto a las leyes. Insta al pueblo a honrar los acuerdos de paz y a construir un futuro basado en la justicia y el orden.
«Y entonces, habiendo establecido los cargos se gobernaban; Algún tiempo después al oír que los de Eleusis sobornaban a extranjeros, hicieron una expedición en masa contra estos y mataron a sus estrategos que habían venido para las conversaciones por una parte, y por otra parte enviaron a los otros, a amigos y parientes y los convencieron para reconciliarse. Y habiendo jurado con juramento solemne de no vengarse, aún ahora se gobiernan juntos y el pueblo permanece fiel a los juramentos.»
El texto concluye describiendo la consolidación del nuevo gobierno y la reconciliación final entre los atenienses. A pesar de las dificultades, Atenas logra superar la crisis y restaurar la democracia, sentando las bases para un futuro de paz y prosperidad.
Este fragmento histórico ofrece una valiosa perspectiva sobre las luchas de poder, la resistencia y la reconciliación en la Antigua Grecia. La historia de Atenas tras la Guerra del Peloponeso nos recuerda la importancia de la unidad, la justicia y el respeto a las leyes para la construcción de una sociedad estable y próspera.