Portada » Biología » El Sarcómero y la Contracción Muscular: Un Vistazo Detallado
Los músculos poseen una estructura compleja. Un músculo está rodeado de fascia y se compone de fascículos. Cada fascículo, a su vez, está formado por fibras musculares (células musculares). Estas fibras contienen:
El sarcómero es la unidad fundamental del tejido muscular. Se define como el segmento de miofibrilla entre dos líneas Z. Es la unidad contráctil que se repite a lo largo de la miofibrilla. El sarcómero está compuesto por:
La contracción muscular se produce gracias al deslizamiento de los filamentos de actina sobre los de miosina. Los miofilamentos están formados por actina, miosina, troponina y tropomiosina.
La contracción muscular se inicia con la excitación del sarcolema por una neurona motora en la unión neuromuscular (placa motora).
La inmunidad específica es la tercera línea de defensa del cuerpo y está mediada por los linfocitos. Hay dos tipos principales:
Las células T se originan en la médula ósea y maduran en el timo. Se clasifican en:
Las células B maduran en la médula ósea y se activan en presencia de antígenos. Se diferencian en células plasmáticas, que producen anticuerpos.
Hay cinco clases de anticuerpos (inmunoglobulinas):
Los linfocitos presentan marcadores de superficie, como CD4 y CD8, que son importantes para su función y reconocimiento de antígenos.
En resumen, el sistema muscular y el sistema inmunitario son ejemplos fascinantes de la complejidad y la eficiencia del cuerpo humano. La contracción muscular permite el movimiento y la locomoción, mientras que la inmunidad específica protege al organismo de las infecciones y las enfermedades.