Portada » Biología » La Atmósfera y el Cambio Climático: Contaminación y sus Efectos
La capa de ozono de la estratosfera impide que parte de la radiación ultravioleta llegue a la superficie terrestre. La atmósfera también evita el impacto de meteoritos y otros cuerpos procedentes del espacio exterior que se desintegran al atravesar las distintas capas de la atmósfera.
El vapor de agua que contiene se condensa, forma nubes y precipita en forma de lluvia o nieve.
El CO2 y el O2 se utilizan para procesos vitales como la respiración o la fotosíntesis.
La atmósfera tiene función reguladora de la temperatura ya que mantiene un balance de la radiación solar sobre la Tierra, esto es posible gracias al efecto invernadero que impide que parte del calor que llega a la superficie terrestre procedente del sol se disipe en el espacio exterior.
Es la sucesión de fenómenos meteorológicos que tienen lugar en una determinada región a lo largo del tiempo. El clima de una región se define por los elementos climáticos: temperatura, presión, humedad, vientos, nubosidad, precipitaciones, etc. Estos elementos, a su vez, dependen de una serie de factores climáticos:
Influye en la mayor o menor cantidad de radiación solar que incide en la Tierra. Esto condiciona la circulación general de la atmósfera.
Al disminuir la temperatura a medida que se asciende, las regiones elevadas serán más frías que las situadas a menor altitud.
La mayor proximidad o lejanía de los océanos influye en el clima. El agua se enfría y se calienta más lentamente que las rocas continentales, por lo que las regiones costeras presentan menos oscilaciones térmicas y climas más suaves.
Las cadenas montañosas, en función de su orientación, pueden generar en sus dos vertientes climas diferentes e incluso amplias zonas de ausencia de lluvias.
En la Tierra existen numerosos tipos de climas, se habla de climas de latitudes bajas, de latitudes medias y de latitudes altas.
Se define como la condición de la atmósfera en la que ciertas sustancias y/o energías alcanzan unas concentraciones que se hallan por encima de su nivel ambiental normal, de forma que producen riesgos, daños o molestias a las personas, ecosistemas o bienes.
Gran parte del dióxido de azufre y de los óxidos de nitrógeno que se emiten a la atmósfera retornan a la superficie de la Tierra, bien en estado gaseoso, cerca de los focos de emisión, o bien en forma de ácidos disueltos en las gotas de lluvia. El dióxido de azufre es el que más contribuye a la acidez del agua de lluvia, ya que es más soluble que el dióxido de nitrógeno y su oxidación es más fácil. Se puede decir que dos tercios de la acidez de origen antropogénico del agua de lluvia provienen del ácido sulfúrico, y un tercio, del ácido nítrico.
Las chimeneas altas evitan la contaminación en el área de origen y difunden los contaminantes, pero son la causa de que estos permanezcan más tiempo en la atmósfera. Los óxidos de nitrógeno y de azufre pueden mantenerse durante varios días en la atmósfera antes de transformarse en ácido nítrico y sulfúrico, respectivamente, por lo que pueden recorrer grandes distancias y causar lluvia ácida en lugares muy alejados de los focos de emisión.
El deterioro de la capa de ozono es hoy día uno de los más serios problemas ambientales con que se enfrenta nuestro planeta. Localizada en la estratosfera, la capa de ozono actúa a la manera de un potente filtro que deja pasar sólo una pequeña parte de la radiación ultravioleta que nos viene del Sol denominada B; esta zona del espectro se extiende desde los 290 nanómetros hasta 310 nanómetros. Dicha radiación si su intensidad y el tiempo de exposición a la misma son elevados produce eritemas, conjuntivitis y deterioro del sistema de defensas en los seres humanos, limita el crecimiento de las plantas y daña el fitoplancton, con las consecuencias que de ello se derivan para el normal desarrollo de la fauna marina. La forma por la cual se destruye el ozono es bastante sencilla. La radiación UV arranca el cloro de una molécula de clorofluorocarbono (CFC). Este átomo de cloro, al combinarse con una molécula de ozono la destruye, para luego combinarse con otras moléculas de ozono y eliminarlas. El proceso es altamente dañino, ya que en promedio un átomo de cloro es capaz de destruir hasta 100.000 moléculas de ozono. Este proceso se detiene finalmente cuando este átomo de cloro se mezcla con algún compuesto químico que lo neutraliza.
Se denomina efecto invernadero al fenómeno por el cual determinados gases, que son componentes de la atmósfera planetaria, retienen parte de la energía que el suelo emite por haber sido calentado por la radiación solar. Afecta a todos los cuerpos planetarios dotados de atmósfera. De acuerdo con el actual consenso científico, el efecto invernadero se está viendo acentuado en la Tierra por la emisión de ciertos gases, como el dióxido de carbono y el metano debida a la actividad económica humana.
Este fenómeno evita que la energía solar recibida constantemente por la Tierra vuelva inmediatamente al espacio, produciendo a escala planetaria un efecto similar al observado en un invernadero.