Portada » Griego » La Alimentación en las Civilizaciones Antiguas
El alimento mayor consumido era el pan y sus derivados. El trigo era la materia prima más utilizada. La carne era un lujo para los egipcios. Cerdos, ocas o cabras eran los animales más utilizados. En la zona costera se consumía pescado marino, mientras que el Nilo proporcionaba peces fluviales. Las bebidas destacadas eran el vino y la cerveza, siendo esta última la más consumida.
Es a los egipcios a quienes se atribuyen su invención y, en especial, su producción industrial, siendo su consumo de enorme importancia para la población de Alto y Bajo Egipto, tanto como comida como por sus aplicaciones medicinales. En algunas pinturas, grabados, figuras y tumbas se explicaba el ciclo completo de elaboración de la cerveza. Se mostraba desde la recogida del cereal hasta la elaboración de tortas de pan. La materia prima principal era una especie de trigo rojo llamado espelta. Recolectado el cereal, se procedía a hacer germinar los granos mediante humidificación, ya que el almidón no puede fermentar. Los egipcios no conocían el azúcar de caña ni el de remolacha y empleaban el producido por dátiles o miel. Solían hacer tortas de harina de cereal o usar migajas de panes inservibles para la comida.
Las normas de fabricación de la cerveza eran muy severas y se controlaban por el monarca o príncipe de cada provincia. Al final, se procedía a sellar la jarra para certificar la calidad y autenticidad de la cerveza, siendo todo ello muy vigilado por las estrictas normas de cada cervecero. De los tipos y calidades de la cerveza se habla de hasta 17 tipos, y es posible que hubiera más. El grado de alcohol variaba entre los 4 y 14 grados, según el proceso de fabricación. La cerveza egipcia difería bastante de la actual, especialmente en su aspecto. En ocasiones, era tan espesa que no se bebía, sino que se comía en cuencos. La cerveza también era empleada como medio de pago o como uso lúdico en los distintos festejos.
El consumo de vino era minoritario frente a la cerveza, que era la bebida popular. Lo consumían solo los faraones y los poderosos, en especial los sacerdotes. Distinguían 6 tipos de vinos: el blanco, el negro, el rojo y el del norte. En los banquetes se servía vino tanto a hombres como a mujeres, y no estaba mal visto que las mujeres bebieran en público. La fabricación del vino está recogida en numerosas tumbas. Las uvas se cultivaban en los viñedos y los huertos de las casas. Una vez vendimiadas, se ponían en grandes tinajas de madera o piedra que se cubrían con una especie de andamiaje. Los trabajadores, entonces, las pisaban agarrándose a las cuerdas para mantener el equilibrio. El líquido que salía se recogía en grandes recipientes. El hollejo se metía dentro de una tela que se retorcía con ayuda de unas varas para hacer más fuerza hasta extraer las últimas gotas. El mosto se colocaba en vasijas destapadas y se dejaba fermentar naturalmente por medio de levaduras presentes en las pieles de la uva. La fecha de producción era importante, ya que los vinos egipcios no duraban mucho tiempo y debían consumirse en 1 año. En los banquetes, los sirvientes se encargaban de que las copas de los invitados nunca estuvieran vacías. En las grandes ocasiones, la bebida era el vino. En cuanto a los vasos utilizados, eran tazas o copas bajas, hechos de piedra o hueso. Las bebidas típicas de los egipcios, además del agua de río, eran la cerveza y el vino. No obstante, la cerveza ganaba en popularidad al vino, ya que las clases bajas no tenían demasiado acceso al vino.
Los invitados a estos banquetes comían estirados, apoyándose sobre el brazo izquierdo, pudiendo utilizar únicamente los dedos de la mano derecha para tomar alimentos de la mesa de las bandejas que ofrecían los esclavos. En estos grandes banquetes, la mujer quedaba relegada a un segundo plano. En la cocina se encontraba la dueña de la casa, la esposa, vigilando el asado de ubres de cerda. Los antiguos griegos hacían 3 comidas al día: un desayuno compuesto de pan de cebada mojado en vino puro, un almuerzo somero que se tomaba a mediodía y una cena que era la comida más importante. Las tortas de pan podrían servir de plato, pero son más corrientes los recipientes de terracota o de metal. Los cereales constituyen la base de la alimentación griega, principalmente el trigo y la cebada. Se conocía la levadura, pero el horno de piedra no aparecerá hasta la época romana. Los cereales se sirven a menudo con un acompañamiento llamado genéricamente ópson. En la ciudad, las verduras frescas son caras y se consumen poco; los ciudadanos poco afortunados se conforman con las verduras secas. Los frutos se comían en el postre, siendo principalmente higos, granadas, nueces y avellanas. Los campesinos cultivaban la cría de pollos y gansos. En la ciudad, la carne es cara, excepto la de cerdo. Los espartanos comían principalmente el ragut de cerdo, compuesto de cerdo, sal, vinagre y sangre. El plato se completaba con higos y queso. La leche era de oveja o de cabra. En las islas griegas, el pescado frito y las frutas de mar son el recurso corriente, consumidos en el puerto y cada vez más vendidos a las tierras del interior. Las sardinas y las anchoas forman parte de la nutrición habitual. Otros pescados caros eran el atún o las anguilas del lago. En Grecia, la profesión de cocinero alcanzó gran importancia. Los primeros cocineros griegos fueron panaderos. Tenían una diosa a la que le ofrendaban los panes recién horneados, frutos, miel y lana.
Habitualmente, se hacían 3 comidas: el desayuno, que consistía básicamente en pan untado en ajo, sal o algún otro condimento. En algunas casas se consumían también huevos, queso, leche, miel, frutos secos, uvas u otra clase de fruta. El almuerzo consistía en las sobras de la cena anterior. La comida principal era la cena, que empezaba a las 4 o 5 de la tarde y se alargaba durante horas. En los primeros tiempos, la cena era bastante simple; solamente en los días festivos se comía carne. La gastronomía romana empieza a transformarse desde finales del siglo II a.C., en el que los comensales dejan los taburetes y se tumban en los triclinios, apoyados sobre su brazo izquierdo. La cena ahora constaba de huevos, ensaladas y verduras, aceitunas, pescados… El postre consistía en frutos secos y repostería en general.
El pan era un alimento muy rico y su uso en Roma era bastante reciente. El pueblo romano tomaba el puls, una especie de pasta. El vino era conocido en toda la cuenca mediterránea. Se prohibía a las mujeres beber vino; solo podían tomar un vino de pasas. El vino se servía mezclado con agua fría o caliente, también con miel o mulsum. La cerveza era la bebida de los pobres. La miel reemplazaba al azúcar. Un rasgo característico es el gran uso de las salsas y la condimentación con especias.
El tamaño de las casas era reducido y estaban construidas en madera, adobe y piedra, utilizando paja para el techo. Las cabañas de los campesinos medían entre 2 y 6 m de largo y 2 de ancho. En su interior, la familia y los animales servían de calefacción. Las casas podían tener una cerca alrededor donde se ubicaba el huerto, uno de los espacios más queridos en la época. Allí se cultivaban hortalizas y legumbres. El mobiliario de las casas era muy escaso. La comida más fuerte era la de la tarde. Al principio de la comida se servía la sopa, después se comían las carnes. Era habitual que los platos se aliñaran con garum. Las numerosas sobras caían en manos de los esclavos y sirvientes. Las dietas de los monjes eran abundantes. En un día, un monje solía consumir 1700 g de pan, litro y medio de vino o cerveza, unos 80 g de queso y un puré de lentejas de unos 230 g. Las monjas se contentaban con 1400 g de pan y 130 g de puré, añadiéndose el queso y el vino. Las raciones alimentarias rondarían entre las 6000 calorías; cuando no había platos, los alimentos se tomaban sobre el pan. Las raciones alimenticias de los monjes aumentaban en un tercio, alcanzando las 9000 calorías. En época de Cuaresma, la carne se sustituía por pescados. Estas pesadas comidas requerían de largas digestiones acompañadas de siestas y eructos. Buena parte de la culpa de estas comilonas está en la mentalidad de la época al asociar la salud. El viajero o peregrino podía refugiarse del cansancio o de los bandidos acogiéndose a la hospitalidad brindada.
Al-Andalus tuvo un papel muy importante en la introducción de productos; trajeron tejidos del lejano Oriente y con ellos llegaron también nuevas especias y nuevos sabores. También llegó el azúcar. Hubo una gran mejora y crecimiento de la producción agrícola, instalaron regadíos diferentes a los romanos, introdujeron las norias y con ello un gran desarrollo de las extensiones de huertos. Se empezaron a cultivar berenjenas, espinacas y arroz. También representó un gran desarrollo de árboles frutales. La economía se desarrollaba principalmente en los centros urbanos, donde se hacían las transacciones comerciales y se vendían productos cotidianos. La comida más importante del día era cuando el sol se ponía. Los comensales comían sentados en cojines en torno a una mesa baja, tomando la comida directamente de la plata con los dedos de la mano derecha; no utilizaban cubiertos, excepto cucharas solo para los platos espesos y semilíquidos. Solían comer primero los hombres y después las mujeres. La comida estaba marcada por la religión, las normas islámicas que están basadas en lo lícito y lo ilícito. Por norma general, los sacrificios se hacen sin hacer sufrir a los animales, desangrándolos, y también tienen que estar mirando hacia La Meca. Las bebidas alcohólicas eran prohibidas. El islam considera comer como un bien de Dios; hay que hacerlo con moderación y siempre se tiene que compartir con los más necesitados.