Portada » Latín » La Elegía en la Literatura Griega y Romana: Evolución y Características
La elegía, como otros tantos géneros literarios, nació en Grecia. Sus primeras manifestaciones fueron populares, se recitaban o cantaban con acompañamiento de flauta, estaban compuestas en dísticos elegíacos y tenían carácter doloroso (lamentaban la muerte de algún pariente).
En el siglo VII a.C. aparece la elegía literaria, que conserva las características de la elegía popular, pero amplía su temática. Sus cultivadores, los poetas griegos Calino y Tirteo, la emplearon para exaltar el valor guerrero. Posteriormente, en la época helenística (siglo III a.C.), los poetas alejandrinos le dieron una temática amorosa no subjetiva: no cantaron sus relaciones amorosas, sino las de personajes mitológicos.
Las primeras elegías de la literatura romana (siglo I a.C.) fueron cultivadas por los llamados poetas neotéricos, entre los que destaca Catulo. Los poetas de la época de Augusto mantendrán la temática amorosa del género, pero lo utilizarán para expresar sentimientos propios. Entre estos poetas destacan Galo, Tibulo, Propercio y Ovidio.
La elegía literaria fue cambiando temáticamente con el tiempo, pero siguió reflejando el mundo interior de una persona, sea éste el poeta o un tercero, y con frecuencia late en ella un poso de amargura, tristeza o/y reflexión vital que coincide con el que presentaba la elegía popular de la que nació.
En cuanto a la métrica, como ya se ha comentado, la elegía se caracteriza por emplear el dístico elegíaco. El dístico es una estrofa compuesta por dos versos, un hexámetro y un pentámetro dactílicos.
Cayo Cornelio Galo nació en el 69 a.C. en Fréjus (Galia). Fue amigo de Virgilio y luego de Augusto, al que apoyó en la guerra civil contra Antonio. Fue nombrado gobernador de Egipto.
Su comportamiento megalómano y su escasa eficacia administrativa hicieron que fuera depuesto y cayera en desgracia (sus bienes fueron confiscados y él acabó en el exilio). Incapaz de asumir su nueva situación se suicidió en el 26 a.C.
La obra de Galo estaba integrada por 4 libros de elegías, de los que no se conserva nada. Sabemos por referencias que en ellas cantaba sus amores con Lycoris, seudónimo bajo el que se oculta Cytheris, una liberta de la que estaba enamorado. La utilización de un nombre ficticio para aludir a la amada era una convención literaria a la que recurrían los poetas líricos y elegíacos. Supuestamente así preservaban la identidad y el honor de su amante, aunque en realidad todos supieran de quién se trataba.
La primera y fundamental división es la de tragedia y comedia.
Dentro de la comedia hay que distinguir:
La tragedia, a su vez, se subdivide en dos subgéneros:
De estas clases de teatro, solamente han llegado a nosotros las obras de Plauto y Terencio (fabula palliata) y las tragedias de Séneca. Los demás son fragmentos sacados de citas de otros autores.
Plauto (254?-184 a.C.) nació en la Umbría. No conocemos bien su vida. Sabemos que era de condición libre pero muy pobre. Su actividad teatral fue amplia: autor, director teatral y empresario.
Escribió numerosas obras, de las que han llegado veintiuna a nosotros. Se conservan, al lado de farsas, tales como Asinaria (La comedia de los asnos), y de comedias de intriga, como Mostellaria (La comedia de las apariciones), Menecmos, Miles gloriosus (El soldado fanfarrón), Pseudolus, comedias dramáticas y novelescas, como Captivi (Los prisioneros de guerra), Rudens (El cable), y comedias de caracteres, como Aulularia (La ollita), Trinummus (El hombre de los tres centavos). Anfitrión es, según Plauto, una tragicomedia porque pone en escena a hombres y a dioses.