Portada » Magisterio » Educación Infantil: Derechos, Necesidades y Enfoques Educativos
La Educación se encarga de desarrollar la capacidad intelectual, afectiva y moral de las personas de una sociedad, de acuerdo con su cultura y sus normas de convivencia. Se trata de un proceso de perfeccionamiento humano, puesto que trata de hacer a la persona mejor. Tiene que ver con el mundo de los valores.
Se trata de un proceso permanente, ya que no acaba nunca y se tiene que desarrollar a lo largo de la vida (no puede asociarse sólo a las etapas de la escuela), continuamente, puesto que nunca se alcanza la perfección. Podemos entenderla también como algo conseguido después de realizar una actividad.
Es intencional por parte del educador y del educando y además consciente y voluntaria. Es intencionada esencialmente por el educador y progresivamente por el educando. Se planifica y sistematiza, es decir, todas las actividades van cargadas de sentido educativo. Aparte de esto, el medio ambiente, los medios de comunicación y otros aspectos, son educativos. Estos no tienen intencionalidad, pero contribuyen al perfeccionamiento humano.
Puede ser de 3 tipos:
Por otro lado, la integralidad, lleva consigo el desarrollo de todas las cualidades y dimensiones de la persona: cognitiva, social, ética, estética, etc.
La educación lleva consigo comunicación, puesto que lleva consigo bidireccionalidad entre dos o más personas, normalmente educador y educando.
La educación contribuye al desarrollo de las peculiaridades individuales de la persona, es decir, facilita la incorporación de la persona al medio físico y social, a través de la adquisición de la cultura.
Aparte de esto, la educación debe estructurarse en torno a cuatro aprendizajes fundamentales, los cuales son: aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a vivir juntos y aprender a ser.
La educación desde las primeras edades debe potenciar el desarrollo de los valores, elementos básicos de las personas, los cuales forman parte del proceso educativo.
En la etapa de Educación Infantil, el maestro tiene que ayudar al niño en el desarrollo de su autonomía, que sean capaces (progresivamente) de decidir por sí mismos, en relación con los valores controvertidos, pero no ha de comprometerse con ninguno. Es fundamental la relación entre los contextos familiar y escolar, para que haya una coherencia en relación con los valores compartidos.
El maestro ha de ofrecer un contenido básico de moralidad y educar en valores a los niños, para que esto ocurra también en la vida cotidiana. El maestro ha de educar en relación con los valores compartidos y en el rechazo de los contravalores.
El juego es fundamental en el desarrollo socio-cognitivo, para que se conozcan a ellos mismos, y a su vez expresar sus gustos y emociones. Tiene que orientar la actividad cotidiana provocando el diálogo y la discusión, pero siempre respetando los demás puntos de vista.
Desde el punto de vista social, deben asumir valores para la convivencia, para su desarrollo social y control de su conducta. Y desde el punto de vista personal, tiene que desarrollar la autoestima, ya que esta les ayudará a abordar retos y tienen que formar hábitos de conducta, los cuales se van familiarizando con la vida cotidiana.
Debemos ayudarle en el desarrollo de la capacidad de autocontrol, para que tengan una buena conducta moral, para que puedan elegir una respuesta en cualquier situación. Para ayudarle en este desarrollo, tenemos que proporcionarle formas concretas de actuar, y para potenciarlo, son muy útiles las metodologías como canciones, títeres, juegos, vídeos, etc.
El autor afirma que la Educación Infantil, es tanto una necesidad como un derecho.
En primer lugar, Ignasi Vila defiende que ciertos aspectos se desarrollan fuera del entorno familiar, por lo que el niño necesita acudir a la escuela, que es el segundo contexto más importante, ya que después del contexto familiar, es dónde pasa más tiempo.
Por otro lado, el autor expone que se trata de una necesidad para los padres. Esto es así, por ejemplo, en el caso de las familias en las que los padres trabajan y el niño no se puede quedar al cuidado de ningún familiar. También ocurre en las familias, que dicen que esta etapa, complementa su tarea educativa.
Además, desde la perspectiva que señala a los niños, se trata de un derecho y no de una obligación. En ese sentido, hablamos de su derecho al desarrollo en todos los niveles: cognitivo, social, moral, etc.
Las familias que salen favorecidas de esta etapa, poseen más situaciones para el desarrollo del niño, en las cuales el nivel cultural está más desarrollado, el cual pueden aplicarle al niño. Y, por otro lado, las familias desfavorecidas, tienen menos nivel cultural, algo que al niño no le van a poder inculcar. Esto no tiene por qué ser necesariamente algo económico dentro de la familia. Otra diferencia entre estos dos tipos de familia, son los cursos superiores. Las familias favorecidas, tienen más posibilidad de llegar a cursos avanzados, mientras que las desfavorecidas, menos.
En base a cada una, podemos tomar decisiones distintas en Educación Infantil.
Según Elena Lobo, la función asistencial y la educativa, no se contraponen, es más, dice que son complementarias. Nos dice que, en toda intención educativa, es mejor el método que los objetivos que queremos conseguir, por lo que se utilizarán las tareas educativas y asistenciales. El juego es fundamental, para el aprendizaje y desarrollo del niño.
Hoyuelos nos expone que la orientación educativa tiene un riesgo en los niños y las escuelas de hoy en día. El riesgo que nos expone es que muchas de ellas, no consideran que lo asistencial está incluido en lo educativo, por lo que, si todo sigue así, en las escuelas asistenciales, seguirá existiendo la carencia de un sentido educativo.
La LOGSE (1990) contemplaba la etapa de Educación Infantil con sentido educativo, no como una etapa preparatoria para la Educación Primaria. Se trata de una etapa integrada en dos ciclos: el primer ciclo (0-3 años) y el segundo ciclo (3-6 años).
Esta Ley supuso un cambio en la Educación Infantil, puesto que estableció que la EI, además de promover el desarrollo cognitivo, facilita el desarrollo del autoconcepto, la autonomía, la autoestima…
Los niños son seres capaces, competentes, saben muchas cosas y pueden ir ganando autonomía, a través de la ayuda del maestro.
Esta Ley ha contribuido a que se pierda la idea de que la EI es de carácter asistencial. La EI es un derecho y una oportunidad para que los niños tengan una atención en sus primeros años de vida.