Portada » Psicología y Sociología » Multiculturalidad y Educación Intercultural: La Familia en la Sociedad Actual
El conocimiento de la normativa sobre extranjería es fundamental para comprender el fenómeno de la migración en España. La multiculturalidad y la interculturalidad son conceptos clave en este contexto.
La multiculturalidad se refiere a la coexistencia de diferentes culturas en un mismo espacio geográfico. La interculturalidad, por otro lado, implica la interacción y el intercambio entre estas culturas, promoviendo el diálogo y el respeto mutuo.
La Educación Intercultural busca formar ciudadanos críticos y comprometidos con la construcción de una sociedad más justa e igualitaria, donde la diversidad cultural sea valorada y respetada.
Un conflicto multicultural surge cuando existen tensiones o enfrentamientos entre personas o grupos de diferentes culturas, debido a diferencias en valores, creencias, costumbres o intereses.
Para elaborar un plan de trabajo efectivo, es necesario:
Institución primaria que cumple con dos funciones básicas:
Se rompe su vinculación exclusiva al ámbito doméstico.
Causas:
Cada uno de estos modos de disciplina va ligado a una actitud de entender y ejercer la paternidad/maternidad:
En las actitudes educativas subyacen elementos muy diversos:
Los padres que adoptan esta postura creen demasiado en la madurez del hijo, fundamentalmente en la etapa de la adolescencia. En este tipo de actitud, habitualmente no se corresponde la realidad madurativa del hijo con las posibilidades que los padres piensan que este tiene. El hijo se cree responsable para asumir decisiones y poder resolver conflictos, que frecuentemente superan sus capacidades personales. Los hijos educados con actitud “adultista” suelen acumular fracasos muy diversos y estas situaciones van mermando la autoestima del hijo, al no ir resolviendo los conflictos adecuadamente y en los años que les corresponde.
Los padres que adoptan este tipo de actitud llegan a considerar al hijo, sobre todo en los años de la adolescencia, como que son incapaces de razonar, decidir o controlar su propia conducta. Los padres perciben al hijo como un ser “inmaduro” respecto a su edad evolutiva. Los padres que adoptan este estilo educativo roban al hijo la posibilidad de ir conquistando progresivamente autonomía y el entrenamiento de tomar decisiones, de experimentar emociones sobre el fracaso o el éxito, ambos tipos de emociones conjuntamente con otras irán preparando al hijo para la madurez. Este tipo de padres suelen ser ansiosos, cargados de miedos y angustias. Los hijos de padres educados “infantilmente” adoptarán comportamientos de agresividad o rebeldía, ya que muchos de ellos desean liberarse de la tutela de sus progenitores. Este tipo de hijos, acumula igualmente miedo y ansiedad, mermando su autoestima y en ocasiones el rechazo hacia sí mismo.
Son muy diferentes las formas de proteger en exceso al hijo, las más comunes son:
La primera de ella pretende que el hijo no evolucione según sus intereses y motivaciones sino según el deseo materno-paterno. El segundo tipo de superprotección pretende que el hijo no se equivoque. Ambas modalidades son nocivas, ya que con ellas se ignora la autonomía del hijo. Se hace preciso en este tipo de actitud, que los padres sepan entrenar al hijo en competencias que desarrollen su socialización. Cuando es la madre la que adopta la actitud sobreprotectora, suele impedir que el hijo realice la identificación de este con la figura paterna, identificación que es necesaria para su desarrollo como persona. Una actitud de superprotección provocará posiblemente en el hijo comportamientos de:
Suele ser frecuente este tipo de actitud protectora en aquellas familias de un único hijo o hijos con algún tipo de dificultad en el desarrollo o discapacidad físicapsíquica.
Los padres que han adoptado este tipo de actitud, son padres autoritarios, los cuales no permiten que los hijos se manifiesten tal como son. El dominio y la rigidez impiden y ahogan todo tipo de crecimiento personal y de expresión, ya que los padres hacen y actúan para evitar que los hijos descubran sus propios límites, siendo frecuentemente exigentes con estos. Los hijos suelen intentar responder a las altas expectativas que frecuentemente tienen los padres para con los hijos. Y es habitual que los hijos vivan en un constante estrés-tensión para poder agradar a los padres. Una consecuencia de este tipo de actitud, se manifiesta en múltiples ocasiones, en un “rendimiento escolar escaso”, en “dificultades para el aprendizaje” bloqueado este, por los procesos afectivos que influyen en el modo de aprender. El ambiente rígido familiar, bloquea las posibilidades de cohesión y comunicación familiar entre los diferentes subsistemas familiares, impidiendo el equilibrio y la madurez de los hijos.
Hoy en día se habla del “Eclipse de la familia”: la familia no está cumpliendo su función socializadora con la misma intensidad y calidad que antes, lo que tiene las siguientes implicaciones:
Uno de los rasgos característicos del trato a los niños en las sociedades actuales es la tensión entre:
Esta tensión refleja, a su vez, un problema más amplio que tiene que ver con la cuestión de la autoridad de los adultos sobre los niños (padres/tutores y maestros).