Portada » Español » Literatura Española del Siglo XVIII al XIX: Neoclasicismo, Romanticismo y Realismo
El siglo XVIII marca el límite histórico entre el Antiguo Régimen y el mundo contemporáneo. En él se desarrolla la Ilustración, un movimiento intelectual y reformista fundamentado en la razón, la crítica y la experimentación. Este movimiento nace en Francia con figuras como Voltaire, Montesquieu y Rousseau.
En España, Felipe V, Fernando VI y Carlos III introducen las ideas ilustradas y las reformas sociales y económicas para el desarrollo del país. Se crean organismos culturales como la Real Academia de la Lengua, la Biblioteca Nacional y la Real Academia de las Artes de San Fernando.
La literatura de este periodo, menos creativa que en otras épocas, se caracteriza por ser racional y con un fuerte contenido ideológico. Se cultiva la prosa (ensayo y crítica) y el teatro (comedia). Se aprecian tres etapas:
Género de gran importancia social con una idea reformista de la escena anterior. Se caracteriza por la separación de géneros, la regla de las tres unidades clásicas, la verosimilitud y la finalidad didáctica.
Los temas de la poesía lírica giran en torno a los sentimientos personales, el amor, la libertad, la mujer o la naturaleza. Destacan autores como José de Espronceda (Poesías), Gustavo Adolfo Bécquer (Rimas) y Rosalía de Castro (Follas novas).
La poesía narrativa trata la historia, las leyendas y los temas sobrenaturales. Destacan José de Espronceda (El estudiante de Salamanca) y José Zorrilla.
Dentro de la novela histórica, que suele tratar de la Edad Media, cabe destacar a Gil y Carrasco con El señor de Bembibre.
En los cuadros de costumbres, que versan sobre los usos y costumbres de la época, destacan dos obras emblemáticas: Escenas matritenses, de Ramón de Mesonero Romanos, y Escenas andaluzas, de Serafín Estébanez Calderón.
En el periodismo, Mariano José de Larra es el representante por excelencia. En sus Artículos realiza una crítica social, política y literaria.
Dentro del teatro se cultiva el drama, que habla del amor, el azar, la rebeldía y la libertad. El duque de Rivas con Don Álvaro o la fuerza del sino y José Zorrilla con Don Juan Tenorio son sus máximos representantes.
En la comedia, que trata costumbres sociales, destaca la obra Marcela o ¿a cuál de los tres?, de Bretón de los Herreros.
Es el género más floreciente en toda Europa, donde destacan figuras tales como Balzac, Flaubert, Dickens, Tolstoi o Dostoievski. En esta época se entiende la novela como la representación de la vida. Su intención es social y crítica. El narrador omnisciente pinta unos personajes y ambientes en un medio normalmente urbano, y lo hace a partir de la observación de la realidad, con un lenguaje sencillo.
Algunas obras prerrealistas son La gaviota, de Fernán Caballero, y El escándalo de Pedro Antonio de Alarcón.
Dentro del Realismo, como novelas de tesis, destacan Peñas arriba (conservadora), de José María de Pereda, y Doña Perfecta y La familia de León Roch (progresistas), de Benito Pérez Galdós. No obstante, la consolidación de esta tendencia la encontramos en obras como Fortunata y Jacinta, de Galdós, Pepita Jiménez, de Juan Valera, o La Regenta, de Clarín.
El Naturalismo, iniciado por Émile Zola en Francia, se basa en teorías filosóficas y científicas, y entre sus temas destacan la miseria y la corrupción. Los personajes que aparecen en sus obras son alcohólicos, locos… Las obras naturalistas más importantes son La tribuna y Los pazos de Ulloa, de Emilia Pardo Bazán, y La barraca y Cañas y barro, de Vicente Blasco Ibáñez.
Las obras más representativas de este periodo son El gran galeoto (drama neorromántico), de José Echegaray, Juan José (drama social), de Joaquín Dicenta, y La bola de nieve (alta comedia), de Tamayo y Baus.
Presenta dos tendencias: el prosaísmo, con representantes como Ramón de Campoamor en Humoradas, y el retoricismo, con obras como Gritos de combate, de Gaspar Núñez de Arce.
Publicado en 1554, anónimo. Su estructura externa está compuesta por un prólogo y siete tratados. Su eje narrativo gira en torno al caso y su justificación. Sus caracteres narrativos son: autobiografía fingida, con una historia por episodios hasta un final predeterminado. Temas: hambre, hipocresía, falsa honra, pobreza… Personajes arquetipos de clase o grupo social. Estilo claro, sencillo y esencializador.
Publicado en 1605 y 1615, su autor es Miguel de Cervantes. La estructura externa consta de dos partes, con prólogo, dedicatoria y capítulos. Su acción es lineal y cronológica, interrumpida por relatos intercalados. Es perceptivista y trata temas caballerescos, amorosos y literarios. Sus personajes son individualizados y el estilo es natural.
-Garcilaso
de la Vega:Tras la poesía cancioneril sigue tendencias
petrarquistas para llegar a la sobriedad formal y expresiva. Sus obras
esenciales son los sonetos y las églogas. El tema predominante es el amor.
-Fray
Luis de León: concilia
la herencia poética renacentista con las tendencias tradicionales. Sus obras
principales son Oda a la vida retirada, Oda a Francisco Salinas, Noche serena,
En la Ascensión, Profecía del Tajo. Y sus temas predominantes son de
inspiración neoplatónica (la música), pitagórica (la armonía universal),
estoica (la huida del mundo) o religiosa.
-San
Juan de la Cruz: recurre
a la simbología de tradición religiosa para expresar contenidos espirituales de
valor transcendente. Une rasgos de poesía popular con la influencia italiana.
Sus obras son Cantico espiritual, Noche oscura del alma y Llama de amor viva.
Los temas son la experiencia de la unión del alma con Dios (tema místico).