Portada » Filosofía » La Revolución Copernicana y la Nueva Física: Un Análisis
Nicolás Copérnico, en su obra “Sobre la revolución de los orbes”, recuperó una vieja hipótesis heliocéntrica propuesta en el siglo III. Con ella, rechazó la explicación aristotélico-ptolemaica sobre la base de dos principios:
Estas ideas fueron rechazadas por la iglesia, ya que en ese entonces no se ajustaban a la interpretación tradicional de la Biblia y cuestionaban la imagen del ser humano como centro de la creación.
Supuso un punto de inflexión en nuestra forma de entender el universo. Gracias a ella, podemos comprender fenómenos como la órbita de los planetas, los agujeros negros y el mismo origen de nuestro mundo. Para la nueva física, no existen un espacio y un tiempo absolutos. Einstein postuló que las tres dimensiones del espacio y el tiempo están juntas y lo denominó espacio-tiempo.
Para algunos físicos, el Big Bounce, el Big Bang, era como un punto de inflexión en un ciclo eterno de contracción y expansión.
El universo de la relatividad puede imaginarse como una especie de cama elástica con la posibilidad de curvarse, en la que el sol deforma el tejido espacio-temporal y obliga a los planetas a moverse siguiendo esa deformación que él mismo provoca.
Santo Tomás de Aquino propone un argumento:
Posturas ante la existencia de Dios:
Copérnico sentó las bases de lo que hoy llamamos revolución científica. En el siglo XVII se encuentran evidencias y teorías a favor de la hipótesis copernicana. Kepler enunció que los planetas giran regularmente alrededor del sol, describiendo órbitas elípticas y no circulares.
Galileo Galilei refutó varias de las ideas principales del modelo clásico con ayuda del telescopio. Mediante el principio de la inercia, explicó por qué no percibimos el movimiento de la Tierra.
Isaac Newton estableció en su obra que todos los cuerpos del universo están sometidos a las mismas leyes:
Newton consiguió la primera gran unificación de la física y, con unas pocas leyes, pudimos comprender el universo.
Según el filósofo Fernando Savater, el lenguaje es la intención con la que nos comunicamos al querer decir algo. Esa intención es lo que da significado a nuestras palabras y es lo que mueve a un artista a realizar una obra de arte en la que quiere decir algo. Por ejemplo, ninguna máquina puede tener ninguna intención de algo; puede reproducir un cuadro, pero no podrá expresar por qué lo hace.
En el caso de los animales, sí hay un intento de comunicación, pero lo que expresan son señales, no símbolos.
Lenguaje humano |
Comunicación animal |
Es articulado y creativo; combina palabras en infinitas variaciones. |
Tiene un carácter mecánico repetitivo; forma un sistema cerrado de señales. |
Es abstracto y simbólico; supera la situación concreta y representa conceptos e ideas. Humor e ironía. |
Es concreto y se basa en señales; está anclado en la situación de comunicación. |
Es adquirido y convencional; necesita aprenderse dentro de una cultura. No hay relación entre el nombre y el objeto. |
Es innato y natural; se activa en cada individuo, pero lo posee toda la especie. |
Sin embargo, hay casos de primates como chimpancés o gorilas que han aprendido a comunicarse con nosotros, lo que nos hace cuestionarnos cuál es la barrera en la comunicación humana. Esto llamó la atención sobre el carácter racional y lingüístico que poseemos y que es nuestro rasgo distintivo: “Sólo el hombre, entre los animales, posee la palabra (logos)”.
El filósofo estaba vinculado al lenguaje y pensamiento, cuestiones que desarrollará para encontrar las reglas del razonamiento en sus estudios en su obra Retórica.