Portada » Biología » Nucleótidos, Ácidos Nucleicos y Genes: Estructura, Función y Relación
La relación existente entre estos dos tipos de moléculas es que los ácidos nucleicos son polímeros de nucleótidos. Una hidrólisis parcial de un ácido nucleico rinde nucleótidos. Una hidrólisis total, rompiendo todos los enlaces entre las moléculas componentes, rinde:
Molécula orgánica formada por una pentosa (ribosa o desoxirribosa) a la que se une al carbono 1 una base nitrogenada por enlace N-glucosídico y al carbono 5 una molécula de ácido fosfórico por enlace éster.
Biomoléculas orgánicas de elevado peso molecular y carácter ácido. Muy abundantes en el núcleo de las células eucariotas, de ahí su nombre. Químicamente son polímeros de nucleótidos unidos mediante enlace fosfodiéster. El ADN está formado por los nucleótidos: dAMP, dGMP, dCMP y dTMP; y el ARN del AMP, GMP, CMP Y UMP.
Los dos tipos de ácido nucleico se diferencian:
Indica cómo la información biológica contenida en el genoma, acaba siendo una secuencia de aminoácidos de una proteína que hace funcionar la célula. ADN -> ARNm -> proteína.
Polímero de los siguientes nucleótidos: dAMP, dGMP, dCMP y dTMP enlazados mediante enlaces fosfodiéster 5′-3′. Moléculas de elevadísimo peso molecular y carácter ácido. En él está contenida la información genética (genoma) de todos los seres vivos, con excepción de algunos virus, en forma de moléculas bicatenarias llamadas cromosomas. Podemos distinguir varios niveles estructurales en la molécula.
Es la secuencia de nucleótidos de una de las hebras dando su orientación de lectura. La otra hebra se puede deducir porque resultará complementaria a esta, como veremos en la estructura secundaria.
Se puede simplificar dando tan solo la secuencia de bases. 5′ A-G-G-G-C-TT-A-A-3′.
En una secuencia de bases como esta está codificada la secuencia de aminoácidos de una proteína (INFORMACIÓN GENÉTICA).
Gen: fragmento de ADN en el que está codificada la estructura primaria (secuencia de aminoácidos) de una proteína.
El ADN adquiere una configuración espacial muy concreta, que se conoce con el nombre de doble hélice y que fue descubierta por J.D. Watson y F.H. Crick. Su descubrimiento supuso para estos investigadores la concesión del premio Nobel. Pero antes de que Watson y Crick propusieran su modelo, se conocían bastantes datos que condicionaban en buena medida la posible estructura de esta molécula, planteando algunos problemas de solución bastante compleja:
Pero fueron Watson y Crick quienes dieron con la clave definitiva, al descubrir el principio de complementariedad de bases. Dicho principio es, simplemente, el resultado de las características químicas de las bases nitrogenadas. En efecto, si se sitúan frente a frente una molécula de adenina y de timina, es posible que se establezcan entre ellas dos puentes de hidrógeno. Por otra parte, si se sitúa una molécula de guanina con otra de citosina, pueden formar entre ellas tres puentes de hidrógeno. En las parejas formadas de esta forma, una de las bases es una purina, y por lo tanto su tamaño es bastante grande, mientras que la otra es una pirimidina, con un tamaño menor. Al ser las sumas de tamaño de cada una de ellas aproximadamente igual, lo que explica el diámetro de 2.4 nm constante de la molécula de ADN. Dicha anchura coincide, además, con los datos que se conocían de antemano.
A partir de este principio, Watson y Crick propusieron su modelo para la estructura tridimensional del ADN. Según dicho modelo, en los seres vivos las moléculas de ADN o hebras de polinucleótido no se encuentran aisladas, sino asociadas de dos en dos (es bicatenario), de forma que la estructura primaria de una de ellas determina la de la otra según el principio de complementariedad de bases. Esto quiere decir que, tomando como referencia una de las cadenas, su estructura puede ser cualquiera, pero la otra cadena tiene una secuencia de nucleótidos forzada: si en la primera aparece una adenina, en la segunda debe haber, frente a ella, una timina; y si en la primera aparece una citosina, la segunda cadena debe presentar una guanina. Ambas cadenas, siempre según el modelo, están enrolladas una respecto a la otra, siguiendo direcciones antiparalelas (es decir, frente al extremo 5′ de una se encuentra el extremo 3′ de la otra), del mismo modo que las fibras que forman una cuerda, formando una doble hélice dextrógira de diámetro constante. La parte externa de la hélice está constituida por el esqueleto de fosfato-azúcar, mientras que las bases nitrogenadas se proyectan hacia el interior de la misma, en dirección perpendicular a la hélice.
La estructura del ADN se estabiliza gracias a la suma de un gran número de fuerzas débiles que se suman entre sí:
Esta estructura cumple todos los requisitos conocidos anteriormente: su anchura corresponde con la observada, es una estructura helicoidal y presenta las regularidades conocidas: cada 0.34 nm (distancia entre dos pares de bases consecutivas) y cada 3.4 nm (una vuelta completa de la hélice).
La doble hélice es muy estable, pero si se calienta hasta aproximadamente 100°C, las hebras se separan por haberse roto los puentes de hidrógeno que las mantenían unidas. Al proceso se le llama desnaturalización del ADN.
Se llama temperatura de fusión (Tm) a la temperatura en la que el 50% de la doble hélice está desnaturalizado. Está relacionada con la proporción de bases, ya que se desnaturalizan antes los fragmentos ricos en A-T.
Si el ADN desnaturalizado se deja que se vaya enfriando lentamente, puede renaturalizarse la doble hélice gracias a la complementariedad entre las bases (renaturalización del ADN).
La molécula de ADN es muy larga, especialmente con relación a su grosor. Un cromosoma humano, por ejemplo, puede alcanzar los 2 mm, lo que significa que es mil veces más larga que ancha. Si fuera un cable de 0.5 cm de grosor, su longitud sería de 500 m. Además, en el núcleo de una célula humana hay 46 cromosomas, lo que supone que en un volumen muy pequeño se reparten un gran número de hilos que podrían enredarse entre sí y romperse con mucha facilidad. Para evitarlo, el ADN nuclear de los eucariotas se encuentra formando bobinas que constituyen los cromosomas.
Para ello se ayuda de esqueletos de proteínas. En la célula eucariota, a la sustancia formada por el ADN y las proteínas de sostén se le llama cromatina.
Se forma al enrollarse la doble hélice en torno a unos discos de proteínas (histonas: 2xH2A, 2xH2B, 2xH4), de modo que le da dos vueltas a cada disco. La molécula adopta una forma característica en forma de collar de cuentas. Se llama nucleosoma a la unidad que se repite de estructura discoidal + espaciador.
El collar de perlas se enrolla en hélice, de modo que en cada vuelta se sitúan seis nucleosomas. Los espaciadores son acortados y sujetados por moléculas de histona H1 que se colocan en el eje del solenoide. La longitud se ha reducido a la 1/40 de la longitud de la doble hélice.
La estructura en solenoide se pliega en forma de bucles que se anclan en un esqueleto o andamio proteico. Esta estructura es la que tiene en la célula en interfase.
Los bucles se vuelven a enrollar hasta que quedan muy compactados. Se acorta la longitud a 1/10.000 la longitud de la doble hélice, pero se hacen tan gruesos que son perfectamente visibles incluso con el microscopio óptico.
El ADN es la molécula encargada de mantener y transmitir toda la información genética de los seres vivos, es decir, toda la información necesaria para elaborar las proteínas que forman la célula.
La transmisión es posible gracias a que una molécula de ADN puede ser replicada, es decir, copiada para dar lugar a otra molécula de ADN con una secuencia de nucleótidos complementaria. Como la doble hélice de ADN basa su estructura en la complementariedad de bases, la copia de la cadena complementaria a la que contiene el mensaje genético forma precisamente la secuencia que contiene dicho mensaje. Durante el proceso de replicación es posible que ocurran algunos errores, lo que también juega un papel importante para los seres vivos, ya que estos errores (mutaciones) son necesarios para que ocurra la evolución de los seres vivos.
Por otra parte, el ADN dirige la actividad celular, ya que puede ser copiado (transcrito) a una molécula de ARN, con lo que comienza la expresión del mensaje genético, es decir, la plasmación del mensaje en proteínas, que hacen funcionar la célula.
Otro tipo de ácido nucleico presente en las células de los seres vivos es el ácido ribonucleico (ARN).
Los nucleótidos que forman parte del ARN presentan ribosa como azúcar, en lugar de la desoxirribosa del ADN. Existe una segunda diferencia de composición, consistente en que el ARN presenta uracilo (U) en lugar de timina (T). Por lo demás, el resto de los componentes son idénticos a los del ADN. Por tanto, es un polímero de los nucleótidos: AMP, GMP, CMP y UMP, unidos mediante enlace fosfodiéster 5′-3′.
Su tamaño puede oscilar entre 75 y varios miles de nucleótidos, pero siempre mucho más pequeñas que las de ADN. Presentes en todas las células, suponen entre el 5% y el 10% del peso total de la célula.
Existen tres tipos principales de ARN en las células que se diferencian en estructura y función, aunque todos colaboran en la síntesis de proteínas:
Respecto a la ubicación de las moléculas de ARN, todos los tipos se sintetizan en el núcleo de la célula, pero realizan sus funciones en el citoplasma, concretamente en los ribosomas.
Es una hebra de polinucleótido que contiene de 2000 a 5000 nucleótidos en estructura primaria, con lo que tienen aspecto filamentoso.
Transporta la información contenida en un gen para sintetizar una proteína. En el citoplasma, cada molécula de ARNm se une a un ribosoma para que se sintetice un péptido.
Se sintetiza en el núcleo y, tras un proceso de maduración (cortes y empalmes), sale al citoplasma.
Identifica y transporta los aminoácidos hasta el lugar en donde se realiza la síntesis proteica. Existe al menos un ARNt para cada aminoácido.
Son moléculas de entre 70 y 90 nucleótidos de longitud que funcionan como adaptadores entre el ARNm y el aminoácido transportado, mediante una secuencia de tres nucleótidos que forman parte de su estructura, el anticodón. Las tres bases del anticodón utilizan el principio de complementariedad para emparejarse con un codón situado en el ARNm y colocar el aminoácido que transportan en el lugar preciso que le corresponde en la proteína que se está sintetizando.
Varias moléculas de ARN distintas en secuencia y tamaño se asocian con proteínas para formar los orgánulos celulares llamados ribosomas. Este ARN es el ARNr y supone el 50% de la masa ribosómica aproximadamente (el otro 50% corresponde a las proteínas).
Los ribosomas son orgánulos formados por dos piezas o subunidades de diferente tamaño (una mayor y otra menor) que presentan acanaladuras superficiales para albergar ARNm en una de ellas, y ARNt en dos de ellas. Es fundamental el papel del ARNr en la formación de esos canales y en la posibilidad de enlazar a los otros tipos de ARN.
Síntesis de proteínas. Para ello necesitan la colaboración de los otros ARN.
Se sintetiza en el núcleo por transcripción de los genes (ADN) en los que están codificados. Estos genes quedan agrupados en el núcleo en una región visible al microscopio en la interfase: el nucléolo. Una vez fabricadas las moléculas de ARNr, y todavía en el núcleo, se unen con las proteínas para formar las subunidades ribosómicas. Estas subunidades salen del núcleo por los poros nucleares hasta el citoplasma. Sólo se unirán ambas subunidades para formar el ribosoma en el momento en que se unan a un ARNm para la síntesis proteica.
Es la unidad de herencia física y funcional, portadora de información de una característica hereditaria y responsable de su transmisión de una generación a la siguiente. Es un segmento de ADN que contiene los elementos necesarios para su función, que es la producción de una proteína. Ocupa un lugar específico llamado locus en un determinado cromosoma. Mendel les llamaba «factores hereditarios».