Portada » Psicología y Sociología » Motivación y Frustración: Causas y Mecanismos de Defensa
No siempre alcanzamos los objetivos que perseguimos y, cuando no podemos satisfacer alguna necesidad o motivo, sufrimos un desengaño o frustración. La frustración tiende a ser acumulativa y puede generar estrés y la pérdida del equilibrio emocional de una persona.
La aparición de la frustración puede deberse a varios factores, como la personalidad del individuo, su historia de aprendizaje o el grado de realismo en las metas que se proponga. También influyen las opiniones de otras personas o los estándares culturales o sociales sobre la idea de éxito y fracaso. La tolerancia a la frustración es la capacidad de las personas para gestionar la molestia, la demora o el fracaso en la satisfacción de sus necesidades, deseos o planes. La tolerancia a la frustración se enseña y se entrena. Una personalidad excesivamente autocrítica, exigente o perfeccionista puede verse frustrada continuamente, ya que, aunque alcance una meta, siempre estará insatisfecha con el resultado. Las metas poco realistas también son fuente de constante frustración.
Los mecanismos de defensa son reacciones inconscientes que las personas utilizan para evitar emociones desagradables como la ansiedad y la culpa.
Según Freud, la personalidad se va desarrollando a medida que la persona va logrando satisfacer sus deseos sexuales en diferentes momentos de la vida. Así, las vivencias que un sujeto tiene en las diferentes etapas psicosexuales van formando su personalidad. Las etapas que planteó son:
Quienes sufren estos trastornos son personas excéntricas e introvertidas y presentan un déficit social.
Las personas que sufren estos trastornos son impulsivas, muy emocionales, llamativas, extravertidas y presentan una gran inestabilidad en sus relaciones interpersonales.
Quienes sufren estos trastornos son sujetos ansiosos, temerosos e inhibidos, con una alta presencia de conflictos interpersonales e intrapsíquicos.