Portada » Religión » La Iglesia: Sacramento de Salvación y Plenitud del Encuentro con Cristo
¿Qué enseñanza se desprende del pasaje del Siervo de Yavhé?
La Iglesia es el sacramento universal de salvación. Sacramento es misterio, realidad oculta, signo visible de una realidad oculta. Así, la Iglesia es humana y divina a la vez. Es una comunidad formada por pecadores, pero es al mismo tiempo una comunidad que vive de la fe, la esperanza y el amor. Es humana y visible, formada por hombres pecadores, y es Divina porque en ella está presente Dios; Dios vive y actúa en ella. Su fin primordial es la salvación de todos los hombres.
La Iglesia tiene órganos jerárquicos, pero es también una unidad indisoluble de todos sus miembros en Cristo. Es un cuerpo cuya cabeza es Cristo. Cristo se comprometió a no abandonar nunca a su Iglesia. La Iglesia es Misterio de la unión de los hombres con Dios; la Iglesia es el lugar de encuentro y unión con Cristo, por eso es ordenada a la santificación de todos sus miembros. La misión salvadora de Cristo se manifiesta y actúa en los sacramentos de su Iglesia. A través de ellos, Jesús nos transmite la gracia.
Jesús nos ha dicho que al morir el cuerpo se apaga, pero el alma permanece viva y se presenta ante Dios. Estar delante de Dios significa ver la propia vida a la luz del amor que Él nos ha tenido en completa transparencia. En ese momento se produce el juicio particular; San Juan de la Cruz dice que al morir nos examinarán del amor. Al juicio particular siguen tres posibles caminos:
Jesucristo murió y resucitó, y durante cuarenta días se apareció a sus discípulos. Después subió al cielo y está sentado a la derecha del Padre. De este modo, no solo venció de manera definitiva a la muerte y al mal, sino que nos enseñó el camino del cielo. Los primeros cristianos tenían claro que al fin del mundo todos los cuerpos resucitarán y se unirán a sus almas para ir en cuerpo y alma al cielo o al infierno.
La historia de Jesús no acabó con la muerte porque resucitó al tercer día de entre los muertos por su entrega y su obediencia. La Resurrección de Jesús presenta tres aspectos:
¿En qué consiste el amor verdadero? El amor verdadero consiste en la entrega mutua de los cónyuges, que supera el puro deseo de satisfacción egoísta y busca el bien de la otra persona y la apertura al don de la vida.
María es la Madre de Dios porque María es Madre de Jesús y Jesús es Dios; por lo tanto, María es Madre de Dios. María es la Inmaculada porque no tuvo nunca pecado, ni pecado original ni pecado personal.
Jesús quiso que los que se unieran a Él formaran una comunidad visible y organizada: la Iglesia. Con Jesús se inaugura el Reino de los Cielos en la tierra, comenzando su vida pública y anunciando la Buena Nueva. Jesús eligió a los Doce para que estuvieran con Él y para predicar el Evangelio. Estos serán los doce apóstoles, a los que dará poderes especiales y transmitirá su misión. Así les dio el poder de celebrar la Eucaristía y de perdonar los pecados. Jesús escogió a Pedro como cabeza de los apóstoles y pastor de su Iglesia: “Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia”. Muriendo en la cruz y resucitando, Jesús realizó la Redención; después envió el Espíritu Santo en Pentecostés y la Iglesia comenzó su expansión obedeciendo el mandato de Jesús de predicar por el mundo entero.
La Iglesia continúa la obra de Cristo: propagar el Reino de Cristo en toda la tierra para gloria de Dios Padre y hacer así a todos los hombres partícipes de la Redención y ordenar todo el universo a Cristo. Hay una triple finalidad:
Además:
La Revelación de Dios llega a su plenitud con la Encarnación de Jesucristo, que nos revela quién es Dios. Jesús, como es Dios, nos hace partícipes de la intimidad divina, y como es hombre puede ser nuestro modelo de santidad. Jesús nos revela que el amor de Dios por el hombre no tiene límites, porque tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo a la muerte por nuestra salvación. La Revelación plena del amor de Dios se da en los acontecimientos del Misterio Pascual: la entrega y muerte en la cruz de Jesucristo y su Resurrección. Por último, Jesús nos muestra que Dios es uno y trino, es decir, tres Personas y un solo Dios, y esto es así porque, como dice san Juan en el Evangelio, Dios es amor, y el Amor, que en Dios es perfecto, hace que tres Personas divinas distintas sean un solo Dios porque el amor hace unidad. Y este mensaje de salvación se dirige a todos los hombres.