Portada » Historia » La Crisis del Sistema Político de la Restauración: Oposición y Regeneracionismo
La muerte de Cánovas (1897) y de Sagasta (1903) llevó a los partidos del turno a una lucha interna por el liderazgo que debilitó su posición, y facilitó la aparición de nuevos partidos (socialistas, republicanos y nacionalistas), ajenos al sistema turnista, esto llevó al agotamiento del sistema canovista. A la crisis política debe añadirse el clima de violencia social provocado por la lucha entre los sindicatos y la patronal y el descontento creciente en el ejército por el desastre del 98 y los fracasos de la guerra en Marruecos, de lo que muchos militares culpaban a los políticos.
Maura (que fue presidente del gobierno en varias ocasiones entre 1903 y 1922) intentó la llamada en su»gobierno larg» (1907-1909) con una nueva ley electoral , que fue aprobada, pero tuvo pocos efectos para hacer creíble los procesos electorales. También intentó una dinamización de la economía con cierto intervencionismo estatal y algunas medidas sociales. Por los acontecimientos de la Semana Trágica cayó en el descrédito como baluarte regeneracionista.
Entre 1910 y 1912 acomete el más serio intento de regenerar el sistema de la Restauración: Intenta avanzar en la separación Iglesia-Estado (fin monopolio religioso en educación), ley del candado – limita aparición nuevas órdenes religiosas-), lo que le enfrenta a sectores católicos. Promueve algunas reformas sociales (reducción jornada de trabajo, regulación derecho de huelga, contratos colectivos. Y otras medidas como supresión de la redención en metálico para librarse del servicio militar o una imposición más progresiva, ley de mancomunidades que daba cierta descentralización o el tratado con Francia sobre el protectorado de Marruecos. Su asesinato en 1912 acaba con esta vía y divide al partido liberal.
La oposición fue aumentando significativamente su fuerza con el Siglo XX.
La»famili» republicana, muy dividida, representaba una opción democratizadora, en buena medida anti-clerical y con tendencia a tener en cuenta las reivindicaciones sociales. En 1903 Alejandro Lerroux y Nicolás Salmerón unifican al fragmentado ámbito republicano en la Unión Republicana, que logra 36 diputados con presencia importante en las grandes ciudades. Pronto las diferencias se manifiestan y se dividen, dando lugar en 1908 al Partido Radical de A. Lerroux , muy implantado en Cataluña, con un discurso anticlerical y anticatalanista intenta atraerse sectores obreros y fomenta intentonas insurreccionales. En 1912 Melquíades Álvarez funda elPartido Reformista, más conservador en lo social y dispuesto a colaborar con la monarquía, si esta emprendía un proceso democrático. También fue significativo el republicanismo valenciano, nucleado en torno al literato Vicente Blasco Ibáñez.
Estuvo representado sobre todo por la Lliga Regionalista de Prat de la la Riba y Cambó. Con posiciones pactistas y conservadoras lo que provocó una escisión izquierdista (Centro Nacionalista Republicano). Abogaban por la entidad de Cataluña como nación y la autonomía catalana con unas amplias competencias.Una coalición de los partidos nacionalistas (bajo el nombre de Solidaridad Catalana) en las elecciones de octubre en 1907, obtuvo 41 de los 44 escaños correspondientes a Cataluña. Esta unidad se rompería después.
Se aglutina en torno al PNV (Partido Nacionalista Vasco). El “padre” del nacionalismo vasco es Sabino Arana que parte del conservadurismo católico y añoranzas de la sociedad tradicional, lo que permite conectar a un campesinado más reacio al liberalismo, y que en buena parte hablaba el euskera. Los rasgos “arcaizantes” y una xenofobia inicial fueron mitigándose. El proyecto se convertirá en un complejo entramado ínter-clasista con un sector obrero que fundaría en 1911 el sindicato ELA-STV.
La sociedad gallega era también una sociedad rural que se vio afectada duramente por la emigración. A mediados del siglo XIX se produce “O Rexurdimento”, movimiento que reivindica la lengua y cultura gallega. Durante la última etapa de la Restauración cobrará más fuerza.
El nacionalismo llegó a fraguar mínimamente hasta los años 10 del siglo XX con Blas Infante, quien optaría por una simpatía hacía el movimiento jornalero. Pero nunca llegó a lograr un enraizamiento masivo.
El movimiento obrero se muestra débil organizativamente a principio de siglo, pero durante este primer tercio se convertirá en un actor importante en la sociedad española. Dividido en dos corrientes principales: Anarquistas y Socialistas. En el País Vasco será también es influyente el sindicalismo de inspiración católica de ELA-STV. Durante los años 20 se va configurando también una, en principio, débil sección comunista.
Tenía su partido político, el PSOE, y su central sindical, la UGT. Sus aspiraciones revolucionarias se veían frecuentemente reducidas por la aspiración de aprovechar las oportunidades del sistema (Su líder Pablo Iglesias logra acta de Diputado) y por las reformas parciales que pudieran arrancarse a través de luchas concretas en la fábrica o con movilizaciones más generales. Su máxima influencia se daba en la minería asturiana, Vizcaya y Madrid.
Sus bases más sólidas estaban entre el proletariado industrial catalán y la clase jornalera del campo andaluz en la zona latifundista. No aceptaban la organización en partidos políticos y menos aún la participación en elecciones. La Huelga general y ocupación de tierras eran sus armas preferidas. También hubo sectores que optaron por sectores que optaron por el terrorismo, lo que fue utilizado por las fuerzas del régimen para incriminar al movimiento obrero organizado, a veces utilizando auténticos montajes. Tras periodos de ilegalizaciones y divisiones en 1911 se funda la gran central sindical anarco-sindicalista: CNT, que fue mayoritaria hasta la guerra civil y sufrió frecuentes persecuciones.