Portada » Geografía » Conceptos básicos de Geografía de la Población
Lista oficial de los habitantes de una población o de un estado, con indicación de sus condiciones sociales, económicas, etc.
Documento público en el que se relacionan las personas residentes en un determinado término municipal y otros datos relativos a ellas, como la edad, el sexo, el domicilio y la actividad profesional.
La densidad de población es un concepto que se utiliza para indicar la relación que hay entre la cantidad de personas que viven en un territorio y la extensión de éste.
Por cuanto implica un fuerte crecimiento de la población, puede denominarse revolución demográfica o explosión demográfica, especialmente durante su fase inicial, caracterizada por la disminución de la mortalidad que produce altas tasas de crecimiento.
Fue un periodo (entre 1946 y 1964) caracterizado por un notable aumento de la natalidad.
Presentaba los siguientes rasgos: un escaso crecimiento vegetativo, condicionado por altas tasas de natalidad contrarrestadas por altos índices de mortalidad, especialmente infantil.
Baja natalidad, su baja mortalidad (sobre todo su baja mortalidad infantil), y la escasa incidencia de la mortalidad catastrófica. Aunque el crecimiento reducido que implican las tasas bajas puede devolver su protagonismo a la mortalidad catastrófica.
Índice demográfico que expresa la relación entre el número de nacidos vivos y la población total en un lugar y período de tiempo determinado. Se expresa en tantos por mil.
Índice demográfico que expresa la relación entre el número de fallecimientos producidos en un lugar y período de tiempo determinado, y la población total. Se expresa en tantos por mil.
Número de niños que fallecen antes de cumplir el primer año de vida. Se mide a partir de la tasa de mortalidad infantil que relaciona el número de niños fallecidos menores de un año con el total de nacidos vivos. Suele expresarse por cada 1.000 nacidos vivos.
Se centra en el análisis del cambio que se desarrolla en la población atendiendo a sus diferentes tramos de edades, desde una presencia inicial de individuos jóvenes a una posterior situación de mayoría de individuos más longevos.
Movimiento migratorio considerado desde el lugar de origen o de residencia. A los que participan en él se les denomina emigrantes.
Movimiento migratorio considerado desde el lugar de llegada o destino. A los que participan en él se les denomina inmigrantes.
Movimiento migratorio desde las áreas rurales hacia los núcleos urbanos. Este tipo de desplazamiento de población implica un cambio de residencia, de actividad y de modo de vida.
Es la emigración temporal y repetitiva de carácter anual sin establecer integración en la nueva comunidad.
Movimientos que no suponen un cambio de lugar de residencia permanente, ya que afectan a períodos breves de tiempo, con carácter cíclico y que pueden hacerse traspasando fronteras.
Es la representación gráfica de la distribución por edad y sexo de la población.
Porcentaje que representa la población desempleada sobre el total de la población activa.
Con una densidad de población de 93,51 hab/km², la población española se encuentra muy desigualmente repartida por el territorio. Desde la segunda mitad del siglo XIX hasta hoy se observa una clara tendencia a la concentración en determinados puntos, por lo que se encuentran vacíos en amplias áreas. La periferia, urbana e industrial, ha aumentado su población a costa de las pérdidas del interior rural, con la excepción de algunos oasis como Madrid y, en menor medida, Zaragoza y Valladolid. De este modo, la población española es eminentemente urbana (77,6%).
Por otro lado, si en la primera mitad del siglo XX se desarrolló la población, sobre todo, en el triángulo Madrid-Barcelona-Vizcaya, en los primeros años del siglo XXI lo que crece es el triángulo meridional Madrid-Valencia-Málaga, además de los archipiélagos. Se está produciendo un movimiento que podríamos denominar “heliotrópico”, por el que los habitantes cada vez van más hacia los lugares soleados, que son también aquellos en los que escasea el agua dulce. Tal tendencia heliotrópica tiene su paralelo en el declive de la industria pesada y de la economía ganadera del norte peninsular frente al correspondiente auge de la industria turística y de la agricultura de regadío, que son modelos de expansión demográfica en relación con los ciclos de la coyuntura económica.
Las provincias de la cornisa cantábrica, que vieron crecer su censo en el ciclo expansivo desarrollista (1960-1975), redujeron considerablemente su crecimiento demográfico a partir de 1975, debido a la reconversión y desmantelamiento industrial. En cambio, las provincias del arco mediterráneo contuvieron el crecimiento demográfico en el ciclo desarrollista, mientras que presenciaron un renovado auge en la fase posterior. Las provincias que se han defendido mejor de la pasada crisis económica de la década de 1970 han sido las que se han apoyado en la actividad de los servicios. Las que han padecido más esos efectos de la crisis han sido algunas provincias agrarias interiores y las que se asentaban en la industria pesada o básica, que desde entonces han ido perdiendo población progresivamente hasta la actualidad.