Portada » Historia » La Restauración Borbónica (1874-1923): Características, Funcionamiento y Crisis
La Restauración Borbónica, un extenso período de la España Contemporánea que abarca desde el pronunciamiento de Martínez Campos en 1874 hasta el golpe de estado de Primo de Rivera en 1923, se caracterizó por una aparente estabilidad constitucional. Sin embargo, bajo la superficie se gestaban las tensiones del caciquismo, el falseamiento electoral y el descontento social. Este período se desarrolló en un contexto internacional convulso, marcado por el colonialismo europeo en África y Asia, el auge de Estados Unidos y la sombra de la Revolución Rusa. La pérdida de las colonias españolas en 1898 tras la guerra con Estados Unidos marcó un punto de inflexión, evidenciando las debilidades del sistema y dando paso a un creciente movimiento regeneracionista. La crisis se agudizó con las intervenciones militares en Marruecos y la convulsión social derivada de la Primera Guerra Mundial, culminando con el golpe de estado de Primo de Rivera en 1923, que puso fin a la Restauración.
En 1874, el general Martínez Campos proclamó rey a Alfonso XII desde Sagunto, forzando el exilio del general Serrano. Se estableció un Ministerio de Regencia presidido por Cánovas del Castillo a la espera del nuevo rey. La burguesía moderada, que ya durante la República abogaba por la restauración borbónica, veía en Alfonso XII la figura para restaurar el orden. El joven rey, en su manifiesto de Sandhurst, prometía un régimen monárquico que, defendiendo el orden social, garantizase el funcionamiento liberal de las instituciones. Cánovas del Castillo, artífice de la restauración, logró aglutinar a los viejos partidos isabelinos, a antiguos revolucionarios del 68 y a la mayor parte del ejército. Tras el Sexenio Democrático, las clases conservadoras recuperaban el control del poder.
El sistema político de la Restauración está intrínsecamente ligado a Cánovas del Castillo. Partidario de mantener a los Borbones y el sistema liberal antidemocrático basado en el sufragio censitario y la soberanía compartida, Cánovas configuró un régimen conservador. Los pilares de este nuevo sistema eran:
Este sistema bipartidista buscaba la estabilidad a través de la alternancia pacífica en el poder, marginando a las fuerzas de izquierda, el movimiento obrero, los regionalismos y nacionalismos. Para garantizar su funcionamiento, se promulgó la Constitución de 1876, de carácter moderado e inspirada en la de 1845. Sus principios básicos eran:
Cánovas diseñó un sistema bipartidista basado en dos partidos burgueses que se
turnan pacíficamente en el poder: El Partido Conservador (dirigido por Cánovas del Castillo, que abogaba por el
inmovilismo político y aglutinaba a los sectores más conservadores y tradicionales de la sociedad).
El Partido Liberal (liderado por Práxedes Mateo Sagasta, que abogaba por un
reformismo progresista y reunía a progresistas, unionistas, ex republicanos
moderados y demócratas del Sexenio Democrático).
Ambos partidos apoyaban : la Constitución, la propiedad privada y la
consolidación de un Estado Liberal, unitario y centralista. Se nutrían de las élites
económicas y de la clase media acomodada, aunque era mayor el número de
terratenientes entre los conservadores y de profesionales entre los liberales.
El nuevo sistema garantizó la alternancia pacífica en el poder y puso fin a intervencionismo militar y a los pronunciamientos. Sin embargo, el turno fue un puro
artificio político, destinado a mantener fuera del poder a las fuerzas de izquierda, el
movimiento obrero, los regionalismos y nacionalismos.
El turno en el poder no era expresión de la voluntad de los electores, sino que
los dirigentes de los partidos lo acordaban y pactaban previamente. Cuando el partido
en el gobierno sufría un proceso de desgaste político y perdía la confianza de las Cortes,
el monarca llamaba al jefe del partido de la oposición a formar gobierno. El nuevo jefe
convocaba elecciones con el objetivo de construirse una mayoría parlamentaria suficiente
para ejercer el poder de manera estable.
Las elecciones siempre las ganaba el partido que las convocaba.
La alternancia en el gobierno fue posible gracias a un sistema electoral corrupto
que se valía del caciquismo y se ejercía a través de dos instituciones: el Ministro de la
Gobernación y los caciques locales. El ministro de la Gobernación era el que elaboraba, de hecho, la lista de diputados
que habían de ser elegidos en cada distrito electoral (encasillado), independientemente de
su relación con sus electores (cuneros).
Los gobernadores civiles transmitían la lista de los candidatos «ministeriales» a los
alcaldes y caciques, y todo el aparato administrativo y de orden público se ponía a su
servicio para elegirles. Se falseaban actas, censos, se compraban votos y se utilizaba la
influencia de determinadas personas de gran influencia en la sociedad, los caciques, para
falsear las elecciones. Al conjunto de trampas electorales se conocía con el nombre de
pucherazo, en el que las listas de votos se incluían a personas muertas.
El fraude electoral generalizado se da en el contexto de un país agrario y
atrasado. Los caciques eran los encargados de llevar a la práctica los resultados
electorales acordados por las élites de los partidos. Eran personajes ricos e influyentes en
la España rural (terratenientes, prestamistas, notarios, comerciantes…), quienes
siguiendo las instrucciones del Gobernador Civil de cada provincia, amañaban las
elecciones Los métodos empleados por los caciques durante las elecciones eran: la violencia y
amenazas; cambio de votos por favores o trampas en las elecciones, el conocido popularmente como pucherazo.
La prematura muerte de Alfonso XII en 1885 abrió el período de la Regencia de
María Cristina de Habsburgo (1885-1902) hasta la mayoría de edad de Alfonso XIII.
Tras la muerte del rey, Cánovas y Sagasta reafirmaron en el denominado Pacto del
Pardo (1885) el funcionamiento del sistema de turno. Sin embargo, el asesinato de Canovas en 1897 suponía el inicio del fin del
sistema de turno que aún así funcionó hasta 1923.
conclu
El Sistema de la Restauración, ideado por Canovas del Castillo (admirador del
Parlamentarismo inglés) funcionó hasta 1923. Conservadores y liberales llegaron a un acuerdo pacífico para turnarse en el poder
abandonándose los métodos violentos (pronunciamientos) utilizados por moderados y
progresistas para acceder al poder durante el reinado de Isabel II.
Por ello, a pesar de sus imperfecciones, el turnismo dio estabilidad a la vida política
española. Ahora bien, el caciquismo y la farsa electoral que éste propiciaba eran inmorales por
lo que llevaban en sí el germen de la crisis del Sistema. Pronto sería señalado, sobre
todo a partir de la Crisis de 1898, por los regeneracionistas como uno de los “males de la
patria” y por lo tanto, factible de ser eliminado.
El régimen de la Restauración, además, tuvo que hacer frente al auge de los
nacionalismos vasco y catalán, a la oposición del movimiento obrero y del
republicanismo y a la crisis de 1898 . Sin embargo el regeneracionismo y el
revisionismo político no evitarán la crisis del sistema de la Restauración durante el
reinado de Alfonso XIII (1920-1923) y el establecimiento de la dictadura de Primo de
Rivera, elemento clave en el desprestigio del monarca, y en su exilio posterior, con la
proclamación de la Segunda República.
1.- INTRODUCCIÓN.
A principios del Siglo XX: el régimen de la Restauración se debilita. Los intentos regeneracionistas de Maura
y de Canalejas fracasaron.
Los partidos dinásticos se debilitan mientras que los partidos republicanos y los movimientos obreros (CNT,
PSOE-UGT) fueron creciendo socavando el sistema político.
La Primera Guerra Mundial: periodo de pujanza económica: auge de exportaciones; pero supuso también un
alza de precios. La Revolución rusa causó un hondo efecto, convirtiéndose en referente del movimiento obrero
y alarmando a la burguesía.
Década de 1910-1920: la crisis se acentúa. La Guerra en Marruecos, la división del ejército y la huelga
general de 1917 desembocaron en una crisis interna. Con el paso del tiempo, la suspensión de garantías
constitucionales y el estado de excepción se fueron haciendo normales.
En 1921, Abd-el-Krim derrotó a un ejército español en Annual, en lo que fue un duro revés al dominio español
de Marruecos: una comisión investigadora parlamentaria y la redacción de un informe (Expediente Picasso)
sobre la situación del ejército en Marruecos y las responsabilidades de la derrota: crítica al régimen político.
Antes de permitir su aprobación, sectores del ejército liderados por Miguel Primo de Rivera realizaron un golpe
de Estado.
Miguel Primo de Rivera, capitán general de Cataluña, dio un golpe de estado en Barcelona el 13 de
septiembre de 1923.
La oposición al golpe fue muy escasa. La opinión pública española acogió el golpe con agrado o indiferencia.
La burguesía industrial y mercantil y las clases medias estaban muy satisfechas. En el mundo obrero, los
socialistas no ofrecieron resistencia e incluso colaborarán con el régimen; anarquistas y comunistas fueron
los únicos que se opusieron.
El rey Alfonso XIII apoyó al general y le encargó formar gobierno, convirtiéndose en responsable directo de la
Dictadura .
DESARROLLO DEL TEMA
2.1. Las causas del golpe de Estado.
Diversos factores explican que la dictadura militar empezara a contemplarse como una solución a la crisis del
país:
El golpe de Estado se justificó con el argumento de que el régimen constitucional estaba bloqueado y
desprestigiado y existía un grave peligro de revolución social. En su manifiesto inaugural, Primo de Riveran
anunció su firme voluntad de limpiar el país de caciques y de acabar con el bandidaje político.
Primo de Rivera ofrecía una imagen campechana y paternalista, mantenía un discurso antisistema, muy al
día en la época, tildando de corruptos a los políticos y enviando a la población mensajes sencillos que hacían
pensar en una fácil solución de los problemas(próximo al populismo actual).
Algunos historiadores han apuntado que posiblemente Primo de Rivera no pretendía poner fin a un régimen
caduco sino más bien evitar que el régimen político acabara por democratizarse. Así, el golpe de Estado se
presentaba también como una forma de frenar esa posible reforma del sistema que podía resultar amenazadora
para ciertos sectores e intereses sociales.
2.2. La reorganización del Estado.
La Dictadura de Primo de Rivera fue un régimen con fuerte tendencia centralista, apoyado en:
Ejército
La Iglesia
Los grandes terratenientes.
Le serán adversos: los intelectuales (Unamuno), algunos periodistas, republicanos y la CNT.
Distinguimos dos etapas en la Dictadura:
El Directorio Militar
El Directorio Civil.
Directorio Militar (1923-1925).
Primo de Rivera se constituyó en ministro único, pasando a ser asesorado por un Directorio Militar: nueve
generales y un contralmirante.
Las primeras medidas del Directorio militar mostraron su carácter dictatorial: suspensión de la
Constitución, disolución de las cámaras legislativas, prohibición de los partidos y sindicatos y destitución de
todos los cargos electos (diputados, alcaldes y concejales). La represión alcanzó sobre todo a la CNT, a los
nacionalismos, a la prensa e intelectuales.
La regeneración política era uno de los objetivos del discurso dictador. Se elaboró un «Estatuto Municipal“:
creación de la figura del delegado gubernativo con la que trató de terminar con el caciquismo. Sin embargo, la
regeneración prometida quedó en una gran farsa, ya que suspendieron todos los mecanismos electorales y
la renovación política se limitó a sustituir unos caciques por otros.
Se creó un nuevo partido la Unión Patriótica (UP) un partido de apoyo a la Dictadura con un programa
regeneracionista. UP intentó sin éxito aglutinar un amplio espectro político, pero fue sólo un instrumento de
propaganda oficial en el que se integraron los sectores más tradicionalistas.
El gran éxito del Directorio tuvo lugar en África. Primo de Rivera consiguió una enorme popularidad por
finalizar victoriosamente la guerra de Marruecos. En una acción militar conjunta con Francia contra Abd-el-
Krim (que había atacado la zona francesa del Protectorado). Las tropas españolas desembarcaron en la bahía
de Alhucemas (septiembre de 1925) y vencieron a los rifeños.
Directorio Civil (1925-1930)
A fines de 1925, un gobierno civil, presidido por Primo de Rivera, sustituyó al Directorio Militar. Entraron seis
civiles. En 1927 se convocó la Asamblea Nacional Consultiva, cuya función era asesorar e informar al
dictador, formada en 4/5 partes por miembros de UP. Su tarea fue preparar un proyecto de Constitución para
legitimar a la dictadura; el texto no se aprobó.
La Dictadura se benefició de una buena coyuntura económica internacional de los años veinte. La economía
creció gracias a las medidas de Calvo Sotelo, destinadas a fomentar la industrialización con el
intervencionismo estatal y a mejorar la agricultura y el comercio exterior. Hubo un extraordinario desarrollo
de las obras públicas y las infraestructuras. También se concedieron grandes monopolios (de teléfonos a
la Compañía Telefónica Nacional de España o del petróleo a CAMPSA).
Se crearon los Comités Paritarios: organismos oficiales compuestos por representantes de patronos y obreros
y un representante del gobierno. De influencia fascista, su función consistía en resolver los conflictos laborales.
Estos comités encontraron el apoyo de la UGT, mientras la CNT era prohibida.
Se trató de erradicar el analfabetismo, aumentando los centros de enseñanza. Lo negativo fue el recorte de la
libertad de cátedra, sobre todo en la universidad, y el favorecimiento de la enseñanza privada religiosa. (Sólo el
25% de los centros de Bachillerato pertenecían al Estado).
2.3. La oposición al la Dictadura.
Los sectores que se oponían a la Dictadura fueron:
Los antiguos partidos del turno (conservadores y liberales) criticaron al régimen y algunos dirigentes
monárquicos participaron en conspiraciones militares como el complot conocido como “la sanjuanada”.
Los republicanos que organizaron la llamada Alianza Republicana y que realizaron una gran campaña
propagandística en el exterior contra el sistema.
La mayoría de los intelectuales formaron parte de la oposición. Destacaron Unamuno, que fue deportado,
Ortega y Gasset y Marañón. Los estudiantes protagonizaron revueltas en la universidad.
La CNT y la FAI (Federación Anarquista Ibérica, creada en 1927). Incluso el PSOE rechazó en 1929 la
continuidad del régimen y se pronunció a favor de la República.
El nacionalismo catalán se opuso abiertamente a un régimen que entre otras medidas había prohibido
hablar la lengua catalana.
3. CONCLUSIONES.
En 1929: Crash de la bolsa de Nueva York. Los problemas económicos se extendieron con gran rapidez por
el mundo. El descontento social, con la vuelta de los movimientos huelguísticos, vino a acrecentar la oposición
a la dictadura.
Anciano, enfermo y sin apoyos sociales, en enero de 1930, Primo de Rivera presentó su dimisión al
monarca, quién se apresuró a aceptarla. Dos meses después, el dictador fallecía en el exilio en París.
Tras la dimisión Alfonso XIII nombró jefe de Gobierno al general Berenguer. Se iniciaba así un período
conocido humorísticamente como la «Dictablanda», en el que se intentó infructuosamente volver a la situación
previa a 1923.
La lenta vuelta a las libertades constitucionales, fue aprovechada por una oposición que cada vez conseguía
más apoyo. En agosto de 1930 republicanos, socialistas y otros grupos de oposición firmaron el denominado
Pacto de San Sebastián, por el que se comprometían a derrocar la monarquía e instaurar un régimen
democrático.
Alfonso XIII se vio cada vez más aislado. Muchos militares empiezan a ver con buenos ojos la posibilidad
republicana. Berenguer dimitió el 14 de febrero de 1931 dando paso a un nuevo gobierno presidido por el
almirante Aznar.
El nuevo gabinete convocó elecciones municipales para el 12 de abril. Las elecciones locales se convirtieron
en un plebiscito sobre la monarquía. El triunfo aplastante en las zonas urbanas de las candidaturas
republicanas y socialistas precipitaron la abdicación del rey y la proclamación de la de la República el 14 de
abril de 1931.
1.- INTRODUCCIÓN.
A principios del siglo XX, la conmoción por el desastre del 98 forzó a los
partidos dinásticos (conservadores y liberales) a iniciar una política reformista.
La sociedad española entraba en una etapa de desarrollo económico y de
modernización social condicionados por el proceso de urbanización, simbolizado por
el protagonismo de las clases medias, la aparición de la prensa de masas y la
emergencia de los intelectuales.
Pero el impacto de la I Guerra Mundial acrecentó los problemas políticos y
sociales. La inestabilidad de los gabinetes dinásticos, el creciente divorcio entre las
Cortes y los gobiernos, la agudización de las tensiones sociales y las dificultades
bélicas en Marruecos: causa de que en septiembre de 1923, los militares impusieran
una dictadura.
En 1902, Alfonso XIII llega al trono: se inicia la segunda etapa de la
Restauración: intentó de modernización del sistema político.
Pero el miedo a aceptar los riesgos de una verdadera participación
democrática mantuvo el turno dinástico, que hizo imposible una reforma en
profundidad del sistema y éste entró en su quiebra definitiva.
2.- DESARROLLO DEL TEMA
2.1. EL REGENERACIONISMO.
La pérdida de las colonias en 1898 sume al país en una grave crisis: los
primeros años del reinado de Alfonso XIII están marcados por el Regeneracionismo
(Revisionismo): intento de reformar el Sistema de la Restauración desde dentro.
Los principios básicos fueron formulados por JOAQUÍN COSTA (1846-
1911); la solución era: el desarrollo de la educación, la europeización…Los últimos
gobiernos de la Regencia de María Cristina y los primeros del reinado de Alfonso XIII
(1902-1931) intentarán este camino.
Pero el nuevo siglo coincidió con una crisis de liderazgo en los partidos
dinásticos. Los protagonistas del Revisionismo fueron Antonio Maura
(Conservador) y José Canalejas (Liberal).
La primera manifestación del Revisionismo Político fue la “revolución desde arriba” del gobierno conservador de Maura (1907-1909):
Tímida reforma de la legislación laboral que mejoraba algo la
condición de los obreros: creación del Instituto Nacional de Previsión (1908),
germen de la seguridad social.
Ley de Reforma Electoral de 1907 que no acabó con la corrupción ni
democratizó el sistema político, pero hizo más difícil el fraude electoral.
El Partido Liberal de Canalejas llevó a cabo un regeneracionismo político
de mayor alcance entre 1910-1912. Destaca:
Ley del Candado que limitaba la creación de nuevos conventos e
instituciones religiosas
Ley de Reclutamiento (1912), que eliminaba el Soldado de Cuota,
aunque no acababa con las discriminaciones respecto al servicio militar. Estas
reformas se vieron truncadas por el asesinato de Canalejas en 1912.
2.2. LA GUERRA DE MARRUECOS Y LA SEMANA TRÁGICA DE BARCELONA.
Después del desastre del 98 la actuación exterior española se orientó hacia
el norte de África: las potencias imperialistas estaban concluyendo el reparto colonial
de ese continente. 1906: la Conferencia de Algeciras: se estableció un
protectorado franco-español en Marruecos. A España se le concedió el Rif, y un
enclave en la costa atlántica.
La presencia española en el Rif provocó continuos ataques de los rifeños.
En 1909 se produce la derrota en el Barranco del Lobo. Maura ordena la
movilización de los reservistas. Jóvenes soldados catalanes iban a ser embarcados,
y los obreros portuarios de Barcelona inician la protesta con la consigna: “¡Abajo la
guerra!”. Esto deriva en una insurrección general en Barcelona, y el ejército tarda
una semana en dominar la ciudad.
Es fusilado un anarquista, Francisco Ferrer i Guardia, como instigador de
los hechos. En la represión murieron un centenar de personas: oleada de protestas
de repercusión internacional, y Maura presenta su dimisión.
La Semana Trágica y el asesinato de Canalejas (1912) abrieron un
nuevo período (1912-1923) en el que se manifestó la crisis de los Partidos dinásticos y del Sistema de la Restauración.
La oposición política, marginada del sistema canovista se reforzaba en
los primeros años del siglo XX:
Partidos republicanos (demócratas y anticlericales) como el Partido
Radical de Lerroux .
Partidos obreros, PSOE y Anarquistas. Los anarquistas
organizaron su sindicato, la CNT, a partir de 1910;
Partidos nacionalistas, especialmente de los catalanistas: Lliga
Regionalista de F. Cambó. El nacionalismo vasco (PNV) se moderó respecto a
las posturas radicales y antiespañolistas iniciales de Sabino Arana.
LA I GUERRA MUNDIAL Y LA CRISIS DE (1914-1917).
En 1913, Alfonso XIII nombró presidente del gobierno al conservador
Eduardo Dato y éste tuvo que hacer frente a las consecuencias del estallido de la
Primera Guerra Mundial (1914-1918).
España se mantuvo neutral, sin embargo, la guerra tuvo efectos para
nuestro país: España pasó a ser suministradora de materias primas y alimentos
a los contendientes: aumentaron mucho las exportaciones: efecto expansivo sobre la
economía, pues mejoró la balanza comercial. Pero, el aumento de la demanda
exterior provocó un ascenso de los precios. Además no se produjo un ascenso
paralelo de los salarios. Las clases bajas perdieron poder adquisitivo y aumentó el
descontento y la conflictividad social (afiliaciones a los sindicatos, huelgas).
La I Guerra Mundial acentuó las diferencias sociales y creó un clima de
tensión que estalló en 1917 en forma de protestas generalizadas de carácter
antigubernamental en la que se vieron implicados los partidos situados al margen del
turno dinástico, los militares y las organizaciones obreras. Así, durante el verano de
1917, una profunda crisis aceleró la descomposición del régimen de la Restauración.
LA CRISIS DE 1917
Esta crisis tuvo tres vertientes:
Crisis militar: el ejército español presentaba un número excesivo de
oficiales. Los ascensos se obtenían por méritos de guerra lo que favorecía a los
militares africanistas en detrimento de los peninsulares, genera un gran descontento.
Este descontento desembocó en la formación de las JUNTAS DE DEFENSA:
reclamaban cambios en el sistema de ascensos, que fueran por antigüedad, y
mejora de las condiciones económicas. Alfonso XIII, apoyó este movimiento ya que
el ejército era la mejor defensa contra la oposición política al Sistema de la
Restauración.
Crisis política: El gobierno de Dato clausuró las Cortes e impuso la
censura de prensa. Como reacción se organizó la Asamblea de Parlamentarios:
especie de “parlamento alternativo” a las Cortes, reunido en Barcelona, por iniciativa
de Cambó y la Lliga Regionalista, que pretendía unir a toda la oposición política al
Sistema de la Restauración (republicanos, nacionalistas y socialistas).
Crisis social: motivada por un descenso de los salarios en un momento en
que las empresas acumulaban enormes beneficios. En 1916 la CNT y la UGT llegan
a un acuerdo para convocar una huelga general . En 1917 se llama a la huelga
general que contó con poca participación de los sectores campesinos pero que
produjo incidentes violentos en algunas ciudades (Barcelona, País Vasco, Asturias).
La reacción del gobierno fue represiva enviándose al ejército para reprimir el
movimiento.
Los sucesos de 1917 no consiguieron poner fin al sistema político de la
Restauración. Sin embargo, el régimen entró en una progresiva descomposición y
desgaste a partir de este momento.
2.4. LA DESCOMPOSICIÓN DEL SISTEMA (1918-1923).
Entre 1918 y 1923, el país conoció un elevado número de cambios de
gobierno (10 en total), y ninguno de ellos alcanzó un año de vida. A pesar de recurrir
al fraude electoral, ningún partido dinástico reunió la mayoría parlamentaria
necesaria para gobernar y fue constante la clausura del Parlamento: el Sistema de
la Restauración estaba herido de muerte. Al finalizar la I Guerra Mundial: final de la coyuntura favorable de la
economía española lo que hizo aumentar las tensiones sociales: aumento de las
afiliaciones sindicales, revueltas campesinas en Andalucía en las cuales se
quemaron cosechas y se ocuparon tierras y aumento de las huelgas en las regiones
industriales. La conflictividad laboral degeneró en una radicalización extrema de las
posiciones de los sindicatos y de la patronal: aprovechada por las autoridades
militares para hacerse con el control y ejercer una fuerte represión. Así, entre 1919 y
1922, España vivió bajo un estado de excepción permanente con las garantías
constitucionales suspendidas.
A esta situación se suma la guerra de Marruecos que fue un auténtico
cáncer en la vida política española. El protectorado que a España le había tocado en
Marruecos era una zona de escaso valor económico, poblado por tribus belicosas y
con una difícil orografía que dificultaba la ocupación del territorio por el ejército
español. En 1921, el general Silvestre inició una campaña con el objetivo de
extender el control español alrededor de Melilla. Las cabilas de Abd-el-Krim
atacaron por sorpresa el puesto español de Annual : enorme derrota del ejército
español (13.000 bajas).
3. CONCLUSIONES.
El desastre de Annual provocó una terrible impresión en una opinión
pública contraria a la guerra. Hubo grandes protestas en el país y los republicanos y
socialistas se apresuraron a reclamar el abandono de Marruecos.
La presión de la opinión pública llevó a la formación de una comisión militar
que investigara sobre los acontecimientos. Su resultado fue el Expediente Picasso:
ponía en evidencia enormes irregularidades, corrupción e ineficacia en el ejército
español destinado en África.
El expediente no llegó a suponer responsabilidades políticas ni criminales.
Antes de que la comisión del Congreso encargada de su estudio fuera a emitir su
dictamen, el general Miguel Primo de Rivera dio un golpe de estado y estableció